Ciudad de México. La exigencia de investigar y
sancionar a los responsables de los operativos policiacos del 3 y 4 de
mayo de 2006, en San Salvador Atenco, en el Estado de México, ya no solo
se trata de justicia para las once mujeres aprehendidas y torturadas
sexualmente hace 14 años, “se trata de todas esas mujeres que siguen
deteniendo de la misma forma que a nosotras”, aseguró Norma Aidé Jiménez
Osorio, una de las sobrevivientes.
Después de dar a conocer que la Fiscalía General de Justicia del
Estado de México (FGEM) mantiene paralizada la investigación del caso
Atenco, Norma habló con Cimacnoticias sobre este proceso. Su primera
impresión es que las detenciones arbitrarias de mujeres ocurren todo el
tiempo sin importar quién está sentado en el poder. El más reciente
ejemplo fue la detención de 13 mujeres el pasado 10 de septiembre en el
municipio de Ecatepec.
La medianoche del jueves pasado la policía mexiquense detuvo a golpes
a 13 mujeres, una de ellas embarazada y dos menores de edad, por su
probable participación en el delito de ocupación ilegal de un inmueble
destinado al servicio público, por permanecer dentro de un edificio de
la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem) y hacer
pintas en las paredes.
Norma se solidarizó con las manifestantes y recordó que, junto con
Yolanda Muñoz Diosdada, María Patricia Romero Hernández, Mariana Selvas
Gómez, Georgina Edith Rosales Gutiérrez, Ana María Velasco Rodríguez,
Suhelen Gabriela Cuevas Jaramillo, Bárbara Italia Méndez Moreno, María
Cristina Sánchez Hernández, Angélica Patricia Torres Linares y Claudia
Hernández Martínez, mantiene viva la exigencia de justicia y sanción
para los policías que las torturaron en 2006.
Para la ahora defensora, la tortura sexual ha sido latente en el caso
de las mujeres detenidas por tomar las instalaciones del Codhem y puede
ocurrir en otros casos de represión para acallar a las mujeres que
reprochan la inacción de los organismos defensores de Derechos Humanos o
que exigen un alto al feminicidio, la violación sexual o la
localización de sus familiares desaparecidos.
Ahora, expresó, el caso de las Mujeres de Atenco recobra fuerza.
“Esta denuncia (para investigar los operativos de 2006) ya no se trata
solo de nosotras. Se trata de todas esas mujeres que siguen deteniendo
de la misma forma que a nosotras. Ya lo hemos visto todos estos años que
hemos estado trabajando en la campaña “Rompiendo el Silencio” —que
documenta casos de tortura sexual— y en estas manifestaciones con las
compañeras de Guanajuato, de Chihuahua y ahora en Ecatepec (en el Estado
de México). El actuar de la policía sigue siendo igual”.
El domingo 13 de septiembre las mujeres de Atenco junto con sus
abogadas del Centro de Derechos Humanos Migué Agustín Pro Juárez
informaron que el pasado 8 de julio presentaron un amparo contra la
FGJEM para que este organismo envíe el expediente del caso a la Fiscalía
Especial para los Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de
Personas, de la Fiscalía General de la República (FGR), a fin de que
esta última sea quien lleve la investigación. Este recurso es un intento
más por acercarse al castigo a los responsables
“Si no se rompe el círculo de impunidad, hace que (la violencia) se
siga repitiendo, siempre va a seguir y las víctimas nunca vamos a
encontrar una luz ni una salida ni esa justicia que nos la pintan tan
fácilmente: ‘Bueno, solo tiene que hacer una denuncia’. Vemos que la
realidad es mucho más complicada; hemos visto el trato de las
instituciones, de desdén y desprecio a las víctimas”, expresó Norma.
Hace 14 años ella, quien entonces era estudiante, fue golpeada y
torturada por varios policías al ser aprehendida por la fuerza. La
experiencia en su cuerpo y los recientes testimonios le hacen pensar que
en la represión de Atenco y en la de Ecatepec se usaron los mismos
recursos: los insultos con carga de género, los tocamientos sexuales y
el objetivo de castigarlas por salir de sus casas y no ocupar el lugar
que socialmente se les ha impuesto.
“En este contexto, donde las mujeres salen a decir ‘Ya no podemos
soportar este nivel de violencia contra nosotras, contra nuestros
cuerpos’, es ahí donde se exceden los actores policiacos y la respuesta
del Estado es más violencia, más represión, más tortura”, consideró la
sobreviviente, por eso afirma que los patrones de impunidad permanecen
intactos.
Pese a la violencia de ayer y la de hoy y con todo y la falta de
disposición de la FGJEM para que avance la investigación sobre tortura
sexual en Atenco, Norma junto con sus compañeras siguen haciendo uso de
los recursos jurídicos para evidenciar que los operativos policiacos del
3 y 4 de mayo son una responsabilidad de las autoridades del Estado de
México y de la federación.
20/AGM/LGL
No hay comentarios.:
Publicar un comentario