El viernes pasado el Presidente Andrés Manuel López Obrador describió a Reforma como
un pasquín inmundo. Le había colmado la paciencia una nota de ocho
columnas publicada por ese periódico sobre la renuncia del Cabildo de
Macuspana, del que forma parte la regidora Concepción Falcón, esposa de
su hermano Ramiro López Obrador, vinculándola al señalamiento de un
faltante de 223 millones en el presupuesto municipal.
El duro epíteto del Presidente en contra de Reforma parecería un exceso, aunque la nota del diario también lo es. Vamos por partes.
Según diccionarios, pasquín es un término peyorativo empleado para
definir un escrito anónimo que se coloca en un lugar público y que
generalmente contiene un mensaje crítico y satírico contra una persona u
organización, tal como la iglesia o el Gobierno. Se originó en Roma a
principios del siglo XVI, cuando surgió la costumbre de colocar escritos
con críticas satíricas en la estatua de Pasquino. Hoy en día se utiliza
para describir un medio periodístico de circulación precaria y/o
contenidos deleznables.
Se entiende que desde su perspectiva el Presidente encuentre deleznable la información crítica que le endilga Reforma,
pero no hay manera de considerar a este diario como un pasquín de
circulación marginal, anónima o precaria. El hecho mismo de que el
mandatario prácticamente todos los días se queja del Reforma en
sus mañaneras daría cuenta de la relevancia que él mismo le concede a
este medio y el peso que tiene en la opinión pública, particularmente
entre círculos adversos al Gobierno de la 4T.
Del otro lado, la nota presentada por el diario capitalino de
ascendencia regiomontana exhibe las ganas de convertir en escándalo un
hecho controvertido, al menos por el momento. Lo que se sabe es que el
Cabildo de Macuspana había renunciado el 2 de septiembre debido al
cuestionamiento de varios sectores de la comunidad molestos por la
inacción del presidente municipal y la parálisis de su Gobierno. En su
carta de retiro el presidente municipal, Roberto Villalpando, pretextó
haber sido víctima del COVID-19 y de las diferencias políticas complejas
que “afectan la gobernabilidad”. Entre otras cosas, un grupo de
indígenas tenía tomadas instalaciones municipales desde hace días.
Frente a la renuncia del cabildo y sus regidores, incluyendo la cuñada
del Presidente, el 5 de septiembre el Congreso del Estado dio por
desconocida la autoridad municipal y designó un comité provisional. El
día 11 de septiembre Reforma da a conocer la nota, que ya
circulaba desde una semana antes en diarios locales y nacionales, pero
ahora acompañada de un reporte de un trabajo en marcha de una comisión
inspectora de Hacienda del Congreso local sobre algunas observaciones a
partidas insuficientemente comprobadas en el ejercicio 2019 y 2020. El
día 12, unas horas después de la reacción del Presidente, el Gobernador
morenista de Tabasco afirmó que la revisión de las cuentas de 2019 están
en proceso y que las de 2020 todavía no inician; hablar de desvío,
dijo, o peor aún de fraude era una calumnia. Añadió que la pariente del
Presidente, regidora de la comisión de Hacienda, no estaba involucrada
en tareas relacionadas con el gasto del presupuesto. Sin embargo, la
asociación que hizo Reforma de la renuncia del Cabildo con las
observaciones del Congreso al presupuesto y la pariente del Presidente
había conseguido lo que quería: “Cuñada de AMLO es vinculada a desfalco
en Macuspana” tituló ADNpolítico; “Concepción Falcón: la cuñada
del presidente López Obrador señalada por el desfalco de al menos 200
millones de pesos”, cabeceó Infobae. En redes sociales la
información que circuló aún fue más contundente, dando por hecho la
corrupción de la familia presidencial.
El problema con este litigio de carácter mediático es que la
información termina siendo la primera víctima. Entre epítetos y críticas
cuesta trabajo enterarse de lo que realmente está pasando. Los dos
contendientes están tan empeñados en ganar que se muestran menos
interesados en informar que en mostrar la perversidad del rival. Por
consiguiente han terminado por construir una caricatura del enemigo.
Ambos se acusan mutuamente de estar empeñados en una campaña de
desprestigio, y lo peor es que ambos tendrían argumentos para
demostrarlo.
En lugar de responder puntualmente con información sobre lo que está
sucediendo en Macuspana, en este caso como en otros parecidos, el
Presidente optó por descalificar al mensajero incómodo. Epíteto inmundo
es el último de una larga lista de adjetivos peyorativos en contra de
este diario.
Por su parte, los editores de Reforma han convertido a la
portada del diario en un escaparate de todo lo que pueda ser lodo y
mácula para López Obrador, en detrimento de la información del país en
muchos otros órdenes. Una tarea unilateral que es muy aplaudida por los
críticos del Gobierno pero que por su selectividad intencionada y los
espacios preferentes que ocupa termina ofreciendo a su lector una visión
empobrecida y parcial de la realidad. El criterio de relevancia no es
la trascendencia de una noticia o el impacto sobre su comunidad, sino el
daño que pueda infligir a la imagen presidencial.
Ahora bien, no nos engañemos, se trata de una confrontación desigual.
El peso del Presidente en un país como el nuestro es infinitamente
superior al de un medio de prensa; el potencial de daño también. Reforma nunca
ha ocultado un sesgo editorial a favor de una visión del mundo
empresarial, con el cual se puede o no estar de acuerdo, pero por lo
mismo ha prohijado el señalamiento oportuno y valiente de vicios y
excesos gubernamentales en sexenios anteriores. A lo largo de un cuarto
de siglo muchas de sus notas e investigaciones fueron decisivas para
conocer actos de corrupción de la autoridad.
Por lo mismo es una lástima la mutua animadversión que se profesan
Presidente y periódico porque los disminuye a ambos. En el diario se ha
traducido en una militancia tan abiertamente hostil que ha terminado por
amenazar la cobertura profesional de la coyuntura de cada día, me
parece. En el Presidente, porque termina por comerse al estadista que él
quisiera ser y le lleva a cometer atropellos verbales, a incurrir en
rasgos de intolerancia y censura en la medida en que no está en
condiciones de controlar las consecuencias de sus duros
descalificativos. Ya en alguna ocasión Reforma denunció haber
recibido amenazas de algún atentado por parte de los seguidores del
tabasqueño. En suma, un odio mutuo que empobrece las posibilidades de
gobernar, en un caso, e informar en el otro.
@jorgezepedap
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