Los días 8 y 9 de noviembre se desarrolló en esta capital el Primer Encuentro de
Feminismos de Uruguay.
Hubo 15 talleres, una intervención urbana y un plenario en el que organizaciones, colectivos y feministas autónomas acordaron armar un acto conjunto para el próximo 8 de marzo.
Sea cual fuere la postura sobre si hay o no un movimiento feminista en Uruguay, todas las participantes estuvieron de acuerdo en que al movimiento “hay que ponerlo en movimiento”.
Fueron dos jornadas muy intensas en las que mujeres de todo Uruguay, a las que se sumaron feministas brasileñas integrantes de la organización Margaridas, convergieron en el local de la Agrupación de funcionarios de la UTE (AUTE) para “encontrarse”.
Se valoró “la importancia de volver a hablar entre nosotras” para recuperar lo que “nos pasa” y comprender que también le pasa a muchas otras mujeres.
Y habilitar así “la experimentación de sentimientos contradictorios”, por ejemplo, en relación a la maternidad y que este rol no sea sinónimo de hablar sobre una buena crianza de hijas e hijos; poder “tomar conciencia como individuos” de las decisiones que adoptemos.
“Recuperar la sabiduría y el poder de nuestros cuerpos; los saberes ancestrales de nuestras abuelas”, y dar batalla contra el poder médico hegemónico que institucionaliza prácticas y saberes femeninos, y acaba por subordinar a las mujeres a un lugar pasivo y paciente.
También se resaltó la escasa presencia de mujeres afrodescendientes y transexuales en relación al total de asistentes al encuentro, y se cuestionó si no es una “falla del feminismo” que estas representaciones hayan estado prácticamente ausentes, a pesar de haber sido convocadas.
Otro intercambio se produjo en torno al cuerpo como un territorio en disputa, donde el patriarcado está mostrando lo más salvaje de su opresión. Cómo este espacio puede sufrir intentos de ser controlado y, a la vez, es el lugar de resistencia y construcción de autonomía por excelencia.
En este sentido, la organización Mujeres en el Horno recordó el trabajo de asesoría y acompañamiento pre, durante y post aborto que realiza a través de la línea telefónica Aborto Información Segura (0800-8843).
En dos talleres multitudinarios que llevó adelante el colectivo Minervas, se habló de lucha de clases, patriarcado y feminismo, y de la lucha de las mujeres en los movimientos sociales latinoamericanos, como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en México, el Movimiento de los Sin Tierra (MST) en Brasil, las ecuatorianas que se oponen a la megaminería, y las reivindicaciones en los barrios populares argentinos a través del Frente Popular Darío Santillán (FPDS), entre otros.
Se subrayó la importancia de pensar este nuevo empuje del movimiento feminista uruguayo “a la luz de los otros movimientos de América Latina”, y sumándose a movilizaciones fuera de las fronteras.
COOPERACIÓN
Las preguntas interpelaban en tres cartulinas de colores en el patio donde se llevó a cabo el plenario final: “¿Qué entendemos por movimiento feminista? ¿Cuál es la situación del movimiento feminista hoy? ¿Qué movimiento queremos?”.
Varias feministas “veteranas” deslizaron el pedido de un reconocimiento a la historia de sus luchas, aunque ninguna de las presentes había negado este pasado. Por el contrario, en sus oratorias, varias pusieron en valor las luchas feministas en Uruguay desde principios del siglo XX.
Noelia quien, en nombre de Minervas, consideró que “en este último tiempo no hay movimiento o, en todo caso, no estaba funcionando como tal. Por eso estamos acá: porque tenemos la necesidad de que exista”, dando cuenta también de cómo las más jóvenes están “llegando” al feminismo por autoformación, por no sentirse convocadas por las organizaciones que ya existen, ni representadas desde lo institucional.
Asimismo, se instó a que el movimiento tuviera al menos una “mínima coordinación” de cara a planificar un acto conjunto para el próximo 8 de marzo, “sin repetir vínculos jerárquicos de poder, de los que nos estamos corriendo y que criticamos a diario”, advirtió otra asistente.
La tensión entre feministas autónomas, independientes e institucionalizadas “nos fragmenta”, agregaron en la ronda del patio, y es momento de “complementarnos”.
“En este espacio estamos viviendo algo que queremos rescatar. Podemos encontrarnos y lo estamos haciendo”, se dijo, al valorar el encuentro como un espacio “para saber en qué está la otra” y, a partir de conocer las luchas y los modos, “sentirnos convocadas en otras causas y actividades” con la premisa de que “por ser una reivindicación feminista, yo la apoyo”.
Imagen retomada del suplemento semanal La República de las Mujeres
Por: Azul Cordo
Cimacnoticias/LaRepúblicadelasMujeres | Montevideo.-
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