Desde
que se recogen datos de violencia de género en España, se sabe que 13
por ciento de las mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas eran
mayores de 65 años de edad, que generalmente convivían con los
agresores, de quienes tienen mucha dependencia, sobretodo económica.
Pero además, ellas son las que menos declaran sufrir violencia machista.
Así lo explicó la delegada del gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández Olivar, en la inauguración de unas jornadas organizadas por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), sobre los “Aspectos claves en la prevención del maltrato hacia las mujeres mayores”.
Dirigidas a profesionales del ámbito social, sanitario, jurídico, fuerzas de seguridad, medios de comunicación, familiares, personal voluntario y público en general, las jornadas invitaron a una reflexión conjunta para evitar las situaciones de maltrato, abuso o violencia hacia las mujeres mayores, tan difícil de detectar.
Según Hernández, esa dificultad para “romper el silencio” obedece a “una vida entera sufriendo maltrato” a veces con la complicidad del entorno. Otro factor es la dependencia económica y por último, la “normalización de la violencia, que afecta a todas las mujeres, aunque a ellas más”.
En ese sentido, la delegada advirtió que en muchos casos, las mujeres mayores se están ocupando de la educación de niñas y niños, al estar los padres y las madres trabajando, y cabe preguntarse qué tipo de mensaje y modelo están transmitiendo.
PREVENIR Y DETECTAR
Según previsiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de casos de maltrato a las personas mayores puede aumentar, teniendo en cuenta que muchos países experimentan un rápido envejecimiento de su población que lleva consigo situaciones de fragilidad y dependencia, tanto funcional como emocional.
Los estereotipos y actitudes negativas hacia las y los adultos mayores constituyen, sin duda, un caldo de cultivo para el abuso y la violencia en nuestra sociedad, convirtiéndose en un grave problema que resulta muy difícil de abordar dado el miedo a denunciar a personas de su entorno familiar, residencial o institucional, de los que dependen su cuidado y su supervivencia.
Esta situación se incrementa notablemente en el caso de las mujeres mayores que se convierten a menudo en víctimas de violencia física, psicológica o económica, muy asociada a la discriminación no sólo por razón de género sino también de edad.
De algún modo, las jornadas que organiza el Imserso buscan contribuir a visibilizar esa situación y promover una reflexión conjunta que permita conocer cómo actuar.
Se hace necesario desarrollar estrategias de prevención que incluyan medidas integrales. Desde ese punto de vista, la jornada plantea varios objetivos. Por un lado, delimitar las causas y características del maltrato y violencia hacia las mujeres mayores.
A esto se añade la necesidad de identificar los mecanismos para detectar estas situaciones y desarrollar las medidas de intervención necesarias. Por último, se pretende definir el papel de las administraciones públicas y privadas y sus profesionales en la prevención y tratamiento de situaciones de discriminación por razón de género en las mujeres mayores.
La delegada del gobierno para la Violencia de Género insistió en la importancia de dar a conocer datos sobre la violencia machista. “Si visibilizamos, por ejemplo, que desde 2003 cerca de 800 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas, ese dato produce un impacto emocional que nos compromete”, expuso.
Por eso destacó que el próximo 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, debería ayudarnos a “compartir dos reflexiones”: por un lado que esta realidad de múltiples violencias “existe en todo el mundo, es injusta y hay que hablar de ello”. Por otro, que “hay muchas personas comprometidas con su erradicación”.
Imagen retomada del portal internacional de noticias AmecoPress
Por: Gloria López
Cimacnoticias/AmecoPress | Madrid.-
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