Mathieu Tourliere
MÉXICO,
D.F. (apro).- En México, más de 266 mil 900 personas –muchas de ellas
centroamericanas indocumentadas– viven en situación de “esclavos
modernos”, un concepto que abarca la esclavitud, el tráfico humano, el
trabajo forzado o por endeudamiento y el matrimonio servil, según
plantea el Índice Global de Esclavitud de 2014, que publicó hoy la Walk Free Foundation.
En cifras reales, México se encuentra en el lugar 18 de los países
con el mayor número de “esclavos modernos” –y en primer lugar en el
continente americano–, aunque en proporción de su población –0.218%–
ocupa el sitio 111.
En los 10 primeros países del índice viven 25 millones 300 mil
“esclavos modernos”, lo que equivale a 71% de los 35 millones 800 mil
víctimas de este fenómeno en el mundo.
En México, 70% de los casos de esclavitud forzada se pueden atribuir
al crimen organizado, precisa la organización en su página de Internet.
Afirma que los grupos criminales secuestran a mujeres para obligarlas a
prostituirse y a personas de todas las edades para someterlas a
trabajos forzados “con la complicidad” de autoridades locales,
estatales y federales.
“Se revelaron las operaciones de tráfico de órganos del cártel de
Los Caballeros Templarios este año”, asegura la organización. Y añade:
“La crisis de los desaparecidos, a raíz de la cual decenas de miles de
hombres, mujeres y niños se han desvanecido desde 2006, involucra
campos en los que los cárteles organizan la prostitución forzada, la
labor forzada y los actos criminales”.
Asimismo, la Fundación denuncia la explotación laboral durante las temporadas de cosecha de maíz, tomate y otras plantaciones.
Según el capítulo sobre México del Reporte sobre Tráfico de
Personas, que publicó el Departamento de Estado en julio pasado, “la
vasta mayoría de las víctimas extranjeras de la esclavitud laboral y
sexual en México provienen de Centro y Sudamérica, particularmente de
Guatemala, Honduras y El Salvador; parte de las víctimas están siendo
explotadas en la frontera sur de México”.
Dicho documento explicó que los grupos del crimen organizado
utilizan a los migrantes para extraer cobre y excavar túneles por
debajo de la frontera entre México y Estados Unidos.
La cancillería estadunidense aseveró que el turismo sexual infantil
persiste en zonas costeras como Acapulco, Puerto Vallarta y Cancún, así
como en las ciudades fronterizas como Tijuana y Juárez.
“Muchas veces los operativos contra el tráfico de personas se
reducen a redadas en bares nocturnos y antros, así como en búsquedas de
irregularidades administrativas”. Ello “resulta contrario a los
operativos basados sobre trabajos de inteligencia”, criticó el informe.
Según Washington, pocas entidades federativas reportaron el inicio
de investigaciones sobre casos de tráfico de personas, aun cuando en
2013, autoridades de 12 estados informaron de la apertura de 200
indagaciones para este delito.
“El gobierno de México no cumple totalmente con los estándares
mínimos para la eliminación del tráfico; aunque haga esfuerzos”,
observó y remató: “La complicidad oficial sigue siendo un problema
serio”.
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