1/27/2015

Los periodistas pal café. . .






A contracorriente de la peculiar queja que profirió en su refugio más o menos controlado para fines facciosos, el estado de México, en el sentido de que las buenas cosas se olvidan fácilmente (concediendo que son buenas cosas las obras y servicios que el gobierno federal realiza con dinero del pueblo, entre fundadas sospechas de corrupción mediante contratismo y otras fórmulas sucias), a Enrique Peña Nieto debería moverle a profunda reflexión, y consecuentes acciones reivindicatorias, el hecho de que las cosas malas difícilmente se olvidan y, en el caso de Iguala, Cocula y los estudiantes de Ayotzinapa, esa memoria, pero no sólo el recuerdo, sino también la denuncia y la protesta, siguen presentes en todo México y en muchas partes del mundo.
Peña Nieto ni siquiera parece preparado para eludir o suavizar aunque sea simbólicamente las imágenes negativas, las cosas malas de su administración. Ayer, mientras miles de mexicanos salían nuevamente a las calles, en una demostración de persistencia de la inconformidad ciudadana como no se ha visto en la historia mexicana (a cuatro meses de distancia de los hechos criminales en Guerrero, con el circo distractor de lo electoral y con campañas mediáticas que intentan satanizar la justa indignación por los sucesos del 26 de septiembre pasado y por la inconcebible respuesta de encubrimiento y complicidad de la administración federal, sobre todo en cuanto a sus fuerzas armadas), Peña Nieto se sintió llamado a magnificar el estilo político priísta del estado de México y sus andanzas políticas personales.
Así, apareció ayer acompañado de otro gobernante altamente deficitario, el volátil Eruviel Ávila, y de secretarios federales en absoluto entredicho, como el de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, tan campante a pesar del escándalo del tren chino originalmente asignado con visos de corrupción que nadie garantiza se hayan eliminado (tal vez solamente modificado) y por cuya causa nadie ha sido castigado, ni siquiera el propio Ruiz Esparza, miembro del equipo mexiquense desde cuando Peña Nieto era gobernador. Otra muestra preclara de la política que no se olvida fácilmente fue otro mexiquense acompañante, Emilio Chuayfett, quien era secretario de Gobernacion cuando sucedió la masacre de Acteal y ahora ejerce en Educación Pública aunque no es atendido ni respetado por profesores disidentes bien organizados ni por estudiantes politécnicos movilizados.
Las cosas buenas, si las hubiera, tal vez se olviden fácilmente, como reprochaba ayer el ocupante de la silla presidencial. Pero cosas malas, muy malas, como la inacción federal en Iguala, el engaño de Murillo Karam y sus historias forenses, la cómplice protección al Ejército y el persistente gobierno turbio, lleno de casos de corrupción explícita, que avergüenza a mexicanos en todas partes, no se olvidan fácilmente, como quedó masivamente demostrado ayer.
Armando Ríos Piter le hizo un gran servicio a Los Pinos al renunciar a la virtual postulación perredista a la gubernatura de Guerrero. A pesar de que era el mejor colocado en el ánimo y las encuestas de la directiva nacional del sol azteca, el legislador autodenominado Jaguar se zafó de la contienda con un argumento insostenible: que el influyente ex líder del PRD Jesus Ortega le había aconsejado en una plática privada que se entendiera con el ex gobernador Ángel Aguirre, lo que habría motivado una pudorosa reacción de retiro de las aspiraciones gubernamentales de Ríos Piter, un político profesional que ha sostenido infinidad de conversaciones privadas cuyos términos decorosos o indecorosos nunca ha denunciado ni le habían impelido a declinar nada.
Políticamente, Ríos Piter se movió en este episodio más atento a Los Pinos que al PRD, lo que ha generado versiones de que estaría participando en exploraciones con la intención de ser postulado por el PRI o de ayudar al peñismo a construir una candidatura multipartidista en Guerrero. Su presencia ayer en la Secretaría de Gobernación abonó tales especulaciones. En todo caso, el Jaguar dejó en absoluta precariedad al sol azteca, pues en el resto de los aspirantes no hay una sola figura que albergue posibilidad de triunfo en el complicado estado suriano. Por cierto, ayer dijo Carlos Navarrete que equivale a un blando golpe de estado la pretensión de guerrerenses de impedir que haya elecciones en esa entidad.
De pronto se le acumularon a Felipe Calderón los asuntos por contestar. Rechazó de entrada las acusaciones del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de que tiene nexos con narcotraficantes y éstos le financian para actividades diversas. Y, de visita en Caracas para realizar protestas de corte político que el michoacano no realiza respecto de asuntos de su propio país, fue alcanzado por la noticia de que es el principal de los acusados por la francesa Florence Cassez de haberle causado graves daños a partir de la escenificación ajena a la realidad mediante la cual la procesaron como presunta secuestradora.
Cassez acusa a Calderón y a su entonces vicepresidente policiaco, el cineasta inconfeso Genaro García Luna; a uno de los operadores principales de éste, Luis Cárdenas Palomino; al ex procurador federal de justicia, Daniel Cabeza de Vaca; al ahora senador Roberto Gil y a los periodistas Carlos Loret de Mola y Pablo Reinah, así como a la empresa televisora donde se difundió el montaje, Televisa. Otro tema abordado por Calderón es el de su inconformidad con el mando panista maderista que le mantiene marginado. Dijo el esposo de la señora Margarita que podría explorar la posibilidad de generarse otra vía organizativa.
Entre otros correos y tuits recibidos en esta columna sobre el tema, Alejandro Acevedo Gómez escribió: “PRI, PAN y PRD son iguales de corruptos, tienen la impunidad como su premisa política y son cínicos. Los chuchos dan asco, pero Morena no acaba de dar verdadera esperanza, pues AMLO ha sido muy pragmático al otorgar (de dedo) las candidaturas. Soy pesimista. Yo anularé mi voto con alguna leyenda de protesta, ¿pero de qué sirve?” ¡Hasta mañana!, Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Hernández, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx




La telefónica AT&T ha hecho tres movimientos interesantes recientemente en México. Primero vendió sus acciones de América Móvil. Enseguida le compró Iusacell a Ricardo Salinas Pliego. Y ayer anunció que también adquirió Nextel. Ya es el tercer proveedor en número de usuarios después de Telcel y Telefónica. Ha sabido AT&T mover sus billetes con oportunidad. Según la información disponible, recibió 5 mil 900 millones de dólares por la venta de sus acciones de América Móvil. Pagó 2 mil 500 millones por Iusacell e invertirá mil 875 millones por Nextel. Todavía tiene un capital excedente para invertirlo en su expansión en México. La operación debe ser aprobada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones y por la Corte de Bancarrotas de Nueva York, puesto que NII Holdings –la dueña de Nextel– está en proceso de bancarrota. Tras conocerse la noticia, las acciones de América Móvil en la Bolsa Mexicana de Valores cayeron un 2.4 por ciento, a 16.86 pesos por acción. Al parecer los inversionistas ven que ya tiene enfrente a dos competidores poderosos: Telefónica y AT&T. Así se están moviendo los negocios de las compañías y ¿qué sucede con los consumidores? Tras el repetido anuncio de que gracias a la reforma de las telecomunicaciones ya no habría cobro de larga distancia a teléfonos fijos y celulares de la República, algunos han estado llamando a sus proveedores para conocer cuánto van a pagar de ahora en adelante, porque esperan que el recibo les llegue más bajo. Se están llevando una sorpresa: seguirá igual. Y los rollos que les sueltan son interminables.
Doble túnel
Los vecinos de la delegación Benito Juárez están preocupados por la afectación que tendrá sobre sus vidas la construcción del doble túnel Insurgentes-Mixcoac, de mil 500 metros de longitud y 20 metros de profundidad. La Red de Vecinos Unidos denuncia que las autoridades del espacio público no han sido transparentes con la información del proyecto, cuyo contrato fue asignado a Grupo Gami y/o Indi, filial de Grupo Hermes. Su eficiencia, dicen, ha sido cuestionada por ser la misma compañía que construyó la nueva sede del Senado, entregada con sobrecosto, fallas y a destiempo. Además, no nos han dado argumentos para justificar por qué sería mejor el doble túnel y no un paso a desnivel, que es un proyecto alternativo presentado en 2006, dice Marcela Benassini, representante vecinal de la colonia General Anaya. Un paso a desnivel tardaría en construirse entre tres y seis meses, y no se tocarían los camellones, ni se perforaría el suelo, poniendo en riesgo la red hidráulica y desviando el tráfico de las avenidas hacia las calles tranquilas. El doble túnel, dice Marcela, tardaría por lo menos dos años en construirse y costaría mil 200 millones de pesos, mientras que el paso a desnivel costaría una tercera parte. En una reunión que sostuvieron los vecinos con representantes de la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) la semana pasada, se les informó que serían talados 889 árboles para construir la obra, lo que evidencia la afectación ambiental que tendría su construcción. Es un proyecto monstruoso y todo parece indicar que lo que quieren es sacar dinero, apunta Marcela. Mañana habrá otra reunión en la que los vecinos exigirán a las autoridades que presenten los estudios ambientales, planos de la red hidráulica y muestren el proyecto alternativo del paso a desnivel.



Con el bombo y platillo que la ocasión ameritaba, un par de funcionarios del gabinetazo peñanietista tomó el micrófono y presumió su bombón: en dos años el aumento del empleo formal duplicó el crecimiento económico, fenómeno que no ocurría desde que existe registro estadístico (José Antonio González Anaya, director general del IMSS) y, por si fuera poco, que el ambiente de paz laboral que han construido los sectores obrero y patronal, contribuyeron a que en 2014 se generaran 714 mil 526 puestos de trabajo formales, la segunda mayor en casi dos décadas (Alfonso Navarrete Prida, titular de la STPS).
Pues bien, cada quien sus fábulas, pero de entrada es necesario subrayar que, dado el raquítico comportamiento registrado en el primer bienio de EPN, cualquier cosa puede duplicar el crecimiento económico, amén de que el ambiente de paz laboral es resultante de la inexistencia de la representación obrera (salvo honrosas excepciones, el neoliberalismo arrasó con los sindicatos, a menos, claro está, que alguien crea que la CTM y conexos, que se niegan al aumento salarial, sean voces autorizadas por los trabajadores).
Con ganas de que no quede en el olvido el espectacular ridículo que mes tras mes protagonizó Javier Lozano Alarcón como secretario calderonista del desempleo (ahora lo hace en el Senado), el citado par del gabinetazo peñanietista destacó la generación de empleo formal y brindó por el éxito reformista, aunque mantuvo en la chistera el truco de su magia laboral, que no es otro que la formalización de empleos ya existentes… en la informalidad. Así, en los hechos, el número de plazas presumido por González Anaya y Navarrete Prida resulta menor en casi la mitad.
De acuerdo con las cifras del IMSS y de la Secretaría del Trabajo en 2014 se registraron en el Seguro Social 714 mil 526 nuevos empleos formales pero, de entrada, a ese monto hay que restarle más de 18 mil plazas eventuales del campo, que tradicionalmente no cuentan para la estadística. También eventuales, pero urbanos, se registraron 164 mil 179, mientras los permanentes sumaron 532 mil 297, una cantidad nada despreciable pero sí a todas luces insuficiente, como lo salarios que se pagan. Pero a este último monto hay que restarle entre 300 y 350 mil plazas ya existentes que sólo se formalizaron, no se generaron, de tal suerte que la calculadora peñanietista ya se parece a la foxista (sólo suma, nunca resta),
Como bien detalla el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, según datos del IMSS durante 2014 el número de trabajadores asegurados en dicha institución aumentó 4.3 por ciento con respecto a lo registrado en 2013. No obstante, la totalidad de tal cifra no representa nuevas fuentes de trabajo. De acuerdo con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, de los 714 mil asegurados durante el año pasado, entre 300 y 350 mil fueron por formalización de empleo, es decir, eran puestos de trabajo que ya existían, pero dejaron la informalidad, lo cual implica que prácticamente la mitad de las altas en el IMSS durante 2014 correspondieron a fuentes de trabajo de reciente creación.
Es usual que los gobiernos utilicen el maquillaje estadístico para fines propagandísticos en su intentona de adornar con flores y bombones resultados inexistentes (recuérdese a los cinco magos previos a EPN, entre ellos el autodenominado presidente del empleo), pero aquí se les pasó la mano, porque del universo de empleos generados presumido por el par de funcionarios citado líneas arriba, sólo la mitad, en el mejor de los casos, es atribuible a nuevos puestos de trabajo.
El CIEN detalla que si bien resulta positivo que más trabajadores ingresen al mercado formal, es necesario lograr avances más significativos ya que durante diciembre pasado la tasa de informalidad fue de 58.7 por ciento de la población ocupada, cifra ligeramente inferior a la registrada durante el mismo mes de 2013 (58.9 por ciento) y que todavía se ubica muy por encima del promedio de América Latina (47 por ciento). Ni hablar de los salarios pagados, porque en 2014 de nueva cuenta México destacó (en los últimos lugares) por ser uno de los tres países latinoamericanos (Costa Rica y Panamá complementan la lista) en los que disminuyó el ingreso laboral por ocupado (el dato es de la Cepal). En el resto de la región aumentó.
Por otro lado, apunta el centro de investigación, la tasa de desocupación en diciembre pasado fue de 3.8 por ciento en términos anuales, uno de los niveles más bajos en los últimos años. Sin embargo, la estructura de la desocupación no ha experimentado mejoras contundentes ya que el 41.4 por ciento de los desocupados corresponde a personas con un nivel de educación media superior y superior. Además, si se considera que cada año ingresan al mercado laboral alrededor de 450 mil estudiantes que culminan la universidad, de no generarse igual número de plazas laborales el problema de la desocupación para el sector de la población con mayor grado de preparación se tornará más complicado con el paso del tiempo.



Cuatro meses después de la desaparición, en Iguala, de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Ángel Aguirre Herrera, hijo del gobernador con licencia Ángel Aguirre Rivero –caído precisamente a raíz de esos acontecimientos–, hizo una declaración un tanto extraña cuando reporteros le preguntaron por el peso de su progenitor en su propia campaña: No tendríamos por qué ser cuestionados: independientemente de que nos llamemos igual, cada quien tiene su trabajo, cada quien tiene su historia. Luego dijo: Hay que llegar a fondo de lo que sucedió en Iguala, independientemente de que se tuviera que llamar a Ángel Aguirre Rivero.
Más tarde aclaró: ¿Que si quiero deslindarme del nombre de Ángel Aguirre Rivero? De ninguna manera, nunca lo voy a hacer: es mi padre, es mi orgullo; él trae su camino, yo traigo el mío. Remató: Hagamos a un lado en el tema político y, en el tema de las carreras, lo que ha sido Ángel Aguirre Rivero y lo que ha venido haciendo Ángel Aguirre Herrera.
La precisión no es menor, si se toma en cuenta que padre e hijo provienen de un grupo político de larga data en Guerrero, cuyo principal exponente ha sido el ex gobernador. Este grupo fue el principal contrapeso de otro cacicazgo, el de los Figueroa. José Francisco Ruiz Massieu, quien intentó crear una nueva clase política, no pudo desbancar a ninguno de los dos.



Nací en la Ciudad de México en la primavera de 1917, me llamo Teresa Castelló Yturbide, pero cuando dibujo o escribo para los niños uso el seudónimo de Pascuala Corona, en recuerdo de la nana de mi abuela, una viejecita adorable que me dio el gusto por los cuentos. Así se describe en uno de sus libros doña Tere, que es como le decíamos con cariño y respeto, los que tuvimos el privilegio de conocer a esta mujer austera y discreta, enamorada de lo nuestro.
En su búsqueda de continuidad cultural nos entregó obras fundamentales, como Presencia de la cocina prehispánica (Fomento Cultural Banamex, 1987), que, de acuerdo con Fernando Gamboa, está respaldada por años de erudita investigación documental, de tenaz recolección de testimonios populares y de viajes realizados de acuerdo con las estaciones y las cosechas del año. Fue la tónica de libros como Arte plumario en México (Fomento Cultural Banamex, 1993) y Tejedora de vida, en coautoría con Carlota Mapelli Mozzi, (Serfin, 1987); también de sus artículos en La chaquira en México (Museo Franz Mayer, 1998) o El rebozo (Artes de México, 2010).




Con movilizaciones de distinta magnitud en diversas ciudades de México y del mundo, ayer se conmemoraron cuatro meses desde que, de acuerdo con la versión oficial, policías municipales coludidos con una organización delictiva agredieron a tiros, en Iguala, a estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos, de Ayotzinapa, con un saldo de seis muertos –tres de ellos, alumnos– y 43 normalistas desaparecidos.

Ensalzan a Cortés y denigran a México en España, dice
Si México está en venta, por qué no también vender su historia. Se vende el petróleo, la energía, el subsuelo de la nación; se venden las playas del Pacífico, los cenotes de Yucatán, la arena de Baja California Sur.

Hace un par de meses empezó a circular La cuestión palestina, de Edward Said, un libro que, aunque data de hace 20 años (la redición aumentada), es de una actualidad devastadora y, hasta ahora, casi imposible de conseguir en México. Dos enormes méritos tiene el libro: la capacidad de síntesis, que permite hacerse una idea general y acabada sobre uno de los problemas más agudos de la actualidad, y su historicidad: explica la genealogía del problema, entendiéndolo y rechazando cualquier explicación conspiranoica o racista.

Acuatro meses de la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas, el clamor de las madres y los padres continúa respaldado por amplios sectores sociales del país y fuera del mismo. Mientras, la parte estatal despliega una estrategia ofensiva, en especial para impedir a toda costa que se coloque la mirada en la necesidad de investigar la responsabilidad del Ejército. El detonante fue el intento de los familiares de los estudiantes desaparecidos junto a organizaciones sociales de ingresar al cuartel militar en Iguala, Guerrero, en busca de sus hijos, lo que derivó en una confrontación violenta. A raíz de ello se insistió en la demanda de ingresar en todos los cuarteles de la entidad y los decires oficiales de que la aceptaban, y en seguida que siempre no, que sólo al de Iguala y con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Lo cierto es que el Estado cierra filas con el Ejército, evadiendo la apertura de una línea de investigación al respecto, y continúa en lo que considera refugio seguro, como es apostar al basurero de Cocula y la incineración de los jóvenes desaparecidos.

The Economist creyó que el presidente Peña había abierto la puerta hacia el camino de un prolongado periodo de desarrollo con las reformas estructurales: vio the Mexican moment. No se percató de que, en efecto, se trataría de un momento en su sentido literal. Las aparentemente eufóricas élites extranjeras y mexicanas se desinflaron al ver que el moment duró un suspiro. La misma publicación dio rápidamente un giro y lanzó una áspera y enérgica puntilla al futuro del régimen del presidente Peña diciendo que EPN no entiende que no entiende. La ruda expresión significa que todo terminó para el burel. Según The Economist, el proyecto ha fenecido. Si no sabe que no entiende el problema que tiene enfrente, no hay nada qué hacer (desde Los Pinos).

El fantasma de Lady Macbeth se le apersonó a Enrique Peña Nieto. Desde hace cuatro meses, el asesinato extrajudicial y la desaparición forzada de 43 normalistas rurales de Ayotzinapa lo persigue adonde quiera que va. Y también hasta donde no llega. En Davos, Suiza, en plena clausura de la fiesta anual de los amos del universo, a varios grados bajo cero de temperatura, una multitud que tomó las calles nevadas lo responsabilizó del atentado contra los jóvenes.

Mientras Grecia estrena esperanzas México estrena escándalos: a Peña Nieto le descubren otro inmueble millonario comprado a un contratista beneficiado por su administración mexiquense, en la Veracruz de Javier Duarte un periodista más aparece asesinado, los comisionados del Ifai se sirven con la cuchara grande en absoluta impunidad y se cumplen 120 días de la desaparición de los muchachos de Ayotzinapa sin que las más altas instancias del gobierno federal den muestras de voluntad política para esclarecer el caso y sin que la administración acuse recibo de su propia inviabilidad.

Los resultados sugieren que el calor excesivo destruyó el ácido desoxirribonucleico tanto nuclear como mitocondrial en los restos, en un grado tal que los métodos convencionales aplicados hasta ahora no pueden ser usados para un análisis exitoso, afirma en un comunicado el Instituto de Medicina Legal de la Universidad Médica de Innsbruck, institución encargada de analizar las muestras que le hizo llegar la Procuraduría General de la República (PGR) como parte de las investigaciones para averiguar el paradero de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa desaparecidos el pasado septiembre.

En el dossier que reparte el Centro Nacional de las Artes (Cenart) a los medios se señala que “no es casual que jóvenes estudiantes y población general no frecuentadora habitual de museos haya sido el público asiduo a las 20 ‘muestras imposibles’ presentadas hasta la fecha”, según palabras de Renato Parascandolo, a quien se le concede categoría de curador de la muestra, vigente en las cuatro galerías de ese complejo cultural.
La noche misma de las elecciones, Hugh Laurie envió sus felicitaciones al vencedor por su triunfo electoral en Grecia: mensaje que comienza con un ¡Bravo, Syriza! y termina con dos palabras escritas en la lengua griega, las cuales significan: buena suerte. Alexis Tsipras respondió de inmediato y personalmente: “Thank you, Dr.

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