A contracorriente de
la peculiar queja que profirió en su refugio más o menos controlado
para fines facciosos, el estado de México, en el sentido de que
las buenas cosas se olvidanfácilmente (concediendo que son
buenas cosaslas obras y servicios que el gobierno federal realiza con dinero del pueblo, entre fundadas sospechas de corrupción mediante contratismo y otras fórmulas sucias), a Enrique Peña Nieto debería moverle a profunda reflexión, y consecuentes acciones reivindicatorias, el hecho de que las
cosasmalas difícilmente se olvidan y, en el caso de Iguala, Cocula y los estudiantes de Ayotzinapa, esa memoria, pero no sólo el recuerdo, sino también la denuncia y la protesta, siguen presentes en todo México y en muchas partes del mundo.
Peña Nieto ni siquiera parece preparado para eludir o suavizar aunque sea simbólicamente las imágenes negativas, las
cosas malasde su administración. Ayer, mientras miles de mexicanos salían nuevamente a las calles, en una demostración de persistencia de la inconformidad ciudadana como no se ha visto en la historia mexicana (a cuatro meses de distancia de los hechos criminales en Guerrero, con el circo distractor de lo electoral y con campañas mediáticas que intentan satanizar la justa indignación por los sucesos del 26 de septiembre pasado y por la inconcebible respuesta de encubrimiento y complicidad de la administración federal, sobre todo en cuanto a sus fuerzas armadas), Peña Nieto se sintió llamado a magnificar el estilo político priísta del estado de México y sus andanzas políticas personales.
Así, apareció ayer acompañado de otro gobernante altamente
deficitario, el volátil Eruviel Ávila, y de secretarios federales en
absoluto entredicho, como el de Comunicaciones y Transportes, Gerardo
Ruiz Esparza, tan campante a pesar del escándalo del tren chino
originalmente asignado con visos de corrupción que nadie garantiza se
hayan eliminado (tal vez solamente modificado) y por cuya causa nadie
ha sido castigado, ni siquiera el propio Ruiz Esparza, miembro del
equipo mexiquense desde cuando Peña Nieto era gobernador. Otra muestra
preclara de la política que no se olvida fácilmente fue otro mexiquense
acompañante, Emilio Chuayfett, quien era secretario de Gobernacion
cuando sucedió la masacre de Acteal y ahora ejerce en Educación Pública
aunque no es atendido ni respetado por profesores disidentes bien
organizados ni por estudiantes politécnicos movilizados.
Las cosas buenas, si las hubiera, tal vez se olviden fácilmente,
como reprochaba ayer el ocupante de la silla presidencial. Pero cosas
malas, muy malas, como la inacción federal en Iguala, el engaño de
Murillo Karam y sus historias forenses, la cómplice protección al
Ejército y el persistente gobierno turbio, lleno de casos de corrupción
explícita, que avergüenza a mexicanos en todas partes, no se olvidan
fácilmente, como quedó masivamente demostrado ayer.
Armando Ríos Piter le hizo un gran servicio a Los Pinos al renunciar
a la virtual postulación perredista a la gubernatura de Guerrero. A
pesar de que era el mejor colocado en el ánimo y las encuestas de la
directiva nacional del sol azteca, el legislador autodenominado Jaguar
se zafó de la contienda con un argumento insostenible: que el
influyente ex líder del PRD Jesus Ortega le había aconsejado en una
plática privada que se
entendieracon el ex gobernador Ángel Aguirre, lo que habría motivado una pudorosa reacción de retiro de las aspiraciones gubernamentales de Ríos Piter, un político profesional que ha sostenido infinidad de conversaciones privadas cuyos términos decorosos o indecorosos nunca ha denunciado ni le habían impelido a declinar nada.
Políticamente,
Ríos Piter se movió en este episodio más atento a Los Pinos que al PRD,
lo que ha generado versiones de que estaría participando en
exploraciones con la intención de ser postulado por el PRI o de ayudar
al peñismo a construir una candidatura multipartidista en Guerrero. Su
presencia ayer en la Secretaría de Gobernación abonó tales
especulaciones. En todo caso, el Jaguar dejó en absoluta precariedad al
sol azteca, pues en el resto de los aspirantes no hay una sola figura
que albergue posibilidad de triunfo en el complicado estado suriano.
Por cierto, ayer dijo Carlos Navarrete que equivale a un
blandogolpe de estado la pretensión de guerrerenses de impedir que haya elecciones en esa entidad.
De pronto se le acumularon a Felipe Calderón los asuntos por
contestar. Rechazó de entrada las acusaciones del presidente
venezolano, Nicolás Maduro, de que tiene nexos con narcotraficantes y
éstos le financian para actividades diversas. Y, de visita en Caracas
para realizar protestas de corte político que el michoacano no realiza
respecto de asuntos de su propio país, fue alcanzado por la noticia de
que es el principal de los acusados por la francesa Florence Cassez de
haberle causado graves daños a partir de la
escenificación ajena a la realidadmediante la cual la procesaron como presunta secuestradora.
Cassez acusa a Calderón y a su entonces vicepresidente policiaco, el
cineasta inconfeso Genaro García Luna; a uno de los operadores
principales de éste, Luis Cárdenas Palomino; al ex procurador federal
de justicia, Daniel Cabeza de Vaca; al ahora senador Roberto Gil y a
los periodistas Carlos Loret de Mola y Pablo Reinah, así como a la
empresa televisora donde se difundió el montaje, Televisa. Otro tema
abordado por Calderón es el de su inconformidad con el mando panista
maderista que le mantiene marginado. Dijo el esposo de la señora
Margarita que podría explorar la posibilidad de generarse otra vía
organizativa.
Entre otros correos y tuits recibidos en esta columna sobre
el tema, Alejandro Acevedo Gómez escribió: “PRI, PAN y PRD son iguales
de corruptos, tienen la impunidad como su premisa política y son
cínicos. Los chuchos dan asco, pero Morena no acaba de dar
verdadera esperanza, pues AMLO ha sido muy pragmático al otorgar (de
dedo) las candidaturas. Soy pesimista. Yo anularé mi voto con alguna
leyenda de protesta, ¿pero de qué sirve?” ¡Hasta mañana!, Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Hernández, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
La
telefónica AT&T ha hecho tres movimientos interesantes
recientemente en México. Primero vendió sus acciones de América Móvil.
Enseguida le compró Iusacell a Ricardo Salinas Pliego. Y ayer anunció
que también adquirió Nextel. Ya es el tercer proveedor en número de
usuarios después de Telcel y Telefónica. Ha sabido AT&T mover sus
billetes con oportunidad. Según la información disponible, recibió 5
mil 900 millones de dólares por la venta de sus acciones de América
Móvil. Pagó 2 mil 500 millones por Iusacell e invertirá mil 875
millones por Nextel. Todavía tiene un capital excedente para invertirlo
en su expansión en México. La operación debe ser aprobada por el
Instituto Federal de Telecomunicaciones y por la Corte de Bancarrotas
de Nueva York, puesto que NII Holdings –la dueña de Nextel– está en
proceso de bancarrota. Tras conocerse la noticia, las acciones de
América Móvil en la Bolsa Mexicana de Valores cayeron un 2.4 por
ciento, a 16.86 pesos por acción. Al parecer los inversionistas ven que
ya tiene enfrente a dos competidores poderosos: Telefónica y AT&T.
Así se están moviendo los negocios de las compañías y ¿qué sucede con
los consumidores? Tras el repetido anuncio de que gracias a la reforma
de las telecomunicaciones ya no habría cobro de larga distancia a
teléfonos fijos y celulares de la República, algunos han estado
llamando a sus proveedores para conocer cuánto van a pagar de ahora en
adelante, porque esperan que el recibo les llegue más bajo. Se están
llevando una sorpresa: seguirá igual. Y los rollos que les sueltan son
interminables.
Doble túnel
Los vecinos de la delegación Benito Juárez están
preocupados por la afectación que tendrá sobre sus vidas la
construcción del doble túnel Insurgentes-Mixcoac, de mil 500 metros de
longitud y 20 metros de profundidad. La Red de Vecinos Unidos denuncia
que las autoridades del espacio público no han sido transparentes con
la información del proyecto, cuyo contrato fue asignado a Grupo Gami
y/o Indi, filial de Grupo Hermes. Su eficiencia, dicen, ha sido
cuestionada por ser la misma compañía que construyó la nueva sede del
Senado, entregada con sobrecosto, fallas y a destiempo. Además,
no nos han dado argumentos para justificar por qué sería mejor el doble túnel y no un paso a desnivel, que es un proyecto alternativo presentado en 2006, dice Marcela Benassini, representante vecinal de la colonia General Anaya.
Un paso a desnivel tardaría en construirse entre tres y seis meses, y no se tocarían los camellones, ni se perforaría el suelo, poniendo en riesgo la red hidráulica y desviando el tráfico de las avenidas hacia las calles tranquilas. El doble túnel, dice Marcela, tardaría por lo menos dos años en construirse y costaría mil 200 millones de pesos, mientras que el paso a desnivel costaría una tercera parte. En una reunión que sostuvieron los vecinos con representantes de la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) la semana pasada, se les informó que serían talados 889 árboles para construir la obra, lo que evidencia la afectación ambiental que tendría su construcción.
Es un proyecto monstruoso y todo parece indicar que lo que quieren es sacar dinero, apunta Marcela. Mañana habrá otra reunión en la que los vecinos exigirán a las autoridades que presenten los estudios ambientales, planos de la red hidráulica y muestren el proyecto alternativo del paso a desnivel.
Con el bombo y platillo que la ocasión ameritaba, un par de funcionarios del gabinetazo peñanietista tomó el micrófono y presumió su bombón:
en dos años el aumento del empleo formal duplicó el crecimiento económico, fenómeno que no ocurría desde que existe registro estadístico(José Antonio González Anaya, director general del IMSS) y, por si fuera poco, que
el ambiente de paz laboral que han construido los sectores obrero y patronal, contribuyeron a que en 2014 se generaran 714 mil 526 puestos de trabajo formales, la segunda mayor en casi dos décadas(Alfonso Navarrete Prida, titular de la STPS).
Pues bien, cada quien sus fábulas, pero de entrada es necesario
subrayar que, dado el raquítico comportamiento registrado en el primer
bienio de EPN, cualquier cosa puede duplicar el
crecimientoeconómico, amén de que el
ambiente de paz laborales resultante de la inexistencia de la representación obrera (salvo honrosas excepciones, el neoliberalismo arrasó con los sindicatos, a menos, claro está, que alguien crea que la CTM y conexos, que se niegan al aumento salarial, sean voces autorizadas por los trabajadores).
Con ganas de que no quede en el olvido el espectacular ridículo que
mes tras mes protagonizó Javier Lozano Alarcón como secretario
calderonista del desempleo (ahora lo hace en el Senado), el citado par
del gabinetazo peñanietista destacó la generación de empleo formal y
brindó por el éxito reformista, aunque mantuvo en la chistera el truco
de su magia laboral, que no es otro que la formalización de empleos ya
existentes… en la informalidad. Así, en los hechos, el número de plazas
presumido por González Anaya y Navarrete Prida resulta menor en casi la
mitad.
De acuerdo con las cifras del IMSS y de la Secretaría del Trabajo en
2014 se registraron en el Seguro Social 714 mil 526 nuevos empleos
formales pero, de entrada, a ese monto hay que restarle más de 18 mil
plazas eventuales del campo, que tradicionalmente no cuentan para la
estadística. También eventuales, pero urbanos, se registraron 164 mil
179, mientras los permanentes sumaron 532 mil 297, una cantidad nada
despreciable pero sí a todas luces insuficiente, como lo salarios que
se pagan. Pero a este último monto hay que restarle entre 300 y 350 mil
plazas ya existentes que sólo se formalizaron, no se generaron, de tal
suerte que la calculadora peñanietista ya se parece a la foxista (sólo
suma, nunca resta),
Como bien detalla el Centro de Investigación en Economía y Negocios
(CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México,
según datos del IMSS durante 2014 el número de trabajadores asegurados en dicha institución aumentó 4.3 por ciento con respecto a lo registrado en 2013. No obstante, la totalidad de tal cifra no representa nuevas fuentes de trabajo. De acuerdo con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, de los 714 mil asegurados durante el año pasado, entre 300 y 350 mil fueron por formalización de empleo, es decir, eran puestos de trabajo que ya existían, pero dejaron la informalidad, lo cual implica que prácticamente la mitad de las altas en el IMSS durante 2014 correspondieron a fuentes de trabajo de reciente creación.
Es usual que los gobiernos utilicen el maquillaje estadístico para
fines propagandísticos en su intentona de adornar con flores y bombones
resultados inexistentes (recuérdese a los cinco
magosprevios a EPN, entre ellos el autodenominado
presidente del empleo), pero aquí se les pasó la mano, porque del universo de empleos generados presumido por el par de funcionarios citado líneas arriba, sólo la mitad, en el mejor de los casos, es atribuible a nuevos puestos de trabajo.
El CIEN detalla que
si bien resulta positivo que más trabajadores ingresen al mercado formal, es necesario lograr avances más significativos ya que durante diciembre pasado la tasa de informalidad fue de 58.7 por ciento de la población ocupada, cifra ligeramente inferior a la registrada durante el mismo mes de 2013 (58.9 por ciento) y que todavía se ubica muy por encima del promedio de América Latina (47 por ciento). Ni hablar de los salarios pagados, porque en 2014 de nueva cuenta México destacó (en los últimos lugares) por ser uno de los tres países latinoamericanos (Costa Rica y Panamá complementan la lista) en los que disminuyó el ingreso laboral por ocupado (el dato es de la Cepal). En el resto de la región aumentó.
Por otro lado, apunta el centro de investigación, la tasa de
desocupación en diciembre pasado fue de 3.8 por ciento en términos
anuales, uno de los niveles más bajos en los últimos años. Sin embargo,
la estructura de la desocupación no ha experimentado mejoras contundentes ya que el 41.4 por ciento de los desocupados corresponde a personas con un nivel de educación media superior y superior. Además, si se considera que cada año ingresan al mercado laboral alrededor de 450 mil estudiantes que culminan la universidad, de no generarse igual número de plazas laborales el problema de la desocupación para el sector de la población con mayor grado de preparación se tornará más complicado con el paso del tiempo.
Cuatro meses después de la desaparición,
en Iguala, de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Ángel Aguirre Herrera,
hijo del gobernador con licencia Ángel Aguirre Rivero –caído
precisamente a raíz de esos acontecimientos–, hizo una declaración un
tanto extraña cuando reporteros le preguntaron por el peso de su
progenitor en su propia campaña:
No tendríamos por qué ser cuestionados: independientemente de que nos llamemos igual, cada quien tiene su trabajo, cada quien tiene su historia. Luego dijo:
Hay que llegar a fondo de lo que sucedió en Iguala, independientemente de que se tuviera que llamar a Ángel Aguirre Rivero.
Más tarde aclaró:
¿Que si quiero deslindarme del nombre de Ángel Aguirre Rivero? De ninguna manera, nunca lo voy a hacer: es mi padre, es mi orgullo; él trae su camino, yo traigo el mío. Remató:
Hagamos a un lado en el tema político y, en el tema de las carreras, lo que ha sido Ángel Aguirre Rivero y lo que ha venido haciendo Ángel Aguirre Herrera.
La
precisión no es menor, si se toma en cuenta que padre e hijo provienen
de un grupo político de larga data en Guerrero, cuyo principal
exponente ha sido el ex gobernador. Este grupo fue el principal
contrapeso de otro cacicazgo, el de los Figueroa. José Francisco Ruiz
Massieu, quien intentó crear una
nueva clase política, no pudo desbancar a ninguno de los dos.
Nací en la Ciudad de México en la primavera de 1917, me llamo Teresa Castelló Yturbide, pero cuando dibujo o escribo para los niños uso el seudónimo de Pascuala Corona, en recuerdo de la nana de mi abuela, una viejecita adorable que me dio el gusto por los cuentos.Así se describe en uno de sus libros doña Tere, que es como le decíamos con cariño y respeto, los que tuvimos el privilegio de conocer a esta mujer austera y discreta, enamorada de lo nuestro.
En su búsqueda de continuidad cultural nos entregó obras fundamentales, como Presencia de la cocina prehispánica (Fomento Cultural Banamex, 1987), que, de acuerdo con Fernando Gamboa, está respaldada por
años de erudita investigación documental, de tenaz recolección de testimonios populares y de viajes realizados de acuerdo con las estaciones y las cosechas del año. Fue la tónica de libros como Arte plumario en México (Fomento Cultural Banamex, 1993) y Tejedora de vida, en coautoría con Carlota Mapelli Mozzi, (Serfin, 1987); también de sus artículos en La chaquira en México (Museo Franz Mayer, 1998) o El rebozo (Artes de México, 2010).
Con
movilizaciones de distinta magnitud en diversas ciudades de México y
del mundo, ayer se conmemoraron cuatro meses desde que, de acuerdo con
la versión oficial, policías municipales coludidos con una organización
delictiva agredieron a tiros, en Iguala, a estudiantes de la Normal
Rural Isidro Burgos, de Ayotzinapa, con un saldo de seis muertos –tres
de ellos, alumnos– y 43 normalistas desaparecidos.
Ensalzan a Cortés y denigran a México en España, dice
Si México está en venta, por
qué no también vender su historia. Se vende el petróleo, la energía, el
subsuelo de la nación; se venden las playas del Pacífico, los cenotes
de Yucatán, la arena de Baja California Sur.
Hace un par de meses empezó a circular La cuestión palestina,
de Edward Said, un libro que, aunque data de hace 20 años (la redición
aumentada), es de una actualidad devastadora y, hasta ahora, casi
imposible de conseguir en México. Dos enormes méritos tiene el libro:
la capacidad de síntesis, que permite hacerse una idea general y
acabada sobre uno de los problemas más agudos de la actualidad, y su
historicidad: explica la genealogía del problema, entendiéndolo y
rechazando cualquier explicación conspiranoica o racista.
Acuatro meses de la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas,
el clamor de las madres y los padres continúa respaldado por amplios
sectores sociales del país y fuera del mismo. Mientras, la parte
estatal despliega una estrategia ofensiva, en especial para impedir a
toda costa que se coloque la mirada en la necesidad de investigar la
responsabilidad del Ejército. El detonante fue el intento de los
familiares de los estudiantes desaparecidos junto a organizaciones
sociales de ingresar al cuartel militar en Iguala, Guerrero, en busca
de sus hijos, lo que derivó en una confrontación violenta. A raíz de
ello se insistió en la demanda de ingresar en todos los cuarteles de la
entidad y los decires oficiales de que la aceptaban, y en seguida que
siempre no, que sólo al de Iguala y con la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos. Lo cierto es que el Estado cierra filas con el
Ejército, evadiendo la apertura de una línea de investigación al
respecto, y continúa en lo que considera refugio seguro, como es
apostar al basurero de Cocula y la incineración de los jóvenes
desaparecidos.
The Economist creyó que el presidente Peña había abierto la puerta hacia el camino de un prolongado periodo de desarrollo con las
reformas estructurales: vio the Mexican moment. No se percató de que, en efecto, se trataría de un momento en su sentido literal. Las aparentemente eufóricas élites extranjeras y mexicanas se desinflaron al ver que el moment duró un suspiro. La misma publicación dio rápidamente un giro y lanzó una áspera y enérgica puntilla al futuro del régimen del presidente Peña diciendo que EPN
no entiende que no entiende. La ruda expresión significa que todo terminó para el burel. Según The Economist, el proyecto ha fenecido. Si no sabe que no entiende el problema que tiene enfrente, no hay nada qué hacer (desde Los Pinos).
El
fantasma de Lady Macbeth se le apersonó a Enrique Peña Nieto. Desde
hace cuatro meses, el asesinato extrajudicial y la desaparición forzada
de 43 normalistas rurales de Ayotzinapa lo persigue adonde quiera que
va. Y también hasta donde no llega. En Davos, Suiza, en plena clausura
de la fiesta anual de los amos del universo, a varios grados bajo cero
de temperatura, una multitud que tomó las calles nevadas lo
responsabilizó del atentado contra los jóvenes.
Mientras
Grecia estrena esperanzas México estrena escándalos: a Peña Nieto le
descubren otro inmueble millonario comprado a un contratista
beneficiado por su administración mexiquense, en la Veracruz de Javier
Duarte un periodista más aparece asesinado, los comisionados del Ifai
se sirven con la cuchara grande en absoluta impunidad y se cumplen 120
días de la desaparición de los muchachos de Ayotzinapa sin que las más
altas instancias del gobierno federal den muestras de voluntad política
para esclarecer el caso y sin que la administración acuse recibo de su
propia inviabilidad.
Los resultados sugieren que el calor excesivo destruyó el ácido desoxirribonucleico tanto nuclear como mitocondrial en los restos, en un grado tal que los métodos convencionales aplicados hasta ahora no pueden ser usados para un análisis exitoso, afirma en un comunicado el Instituto de Medicina Legal de la Universidad Médica de Innsbruck, institución encargada de analizar las muestras que le hizo llegar la Procuraduría General de la República (PGR) como parte de las investigaciones para averiguar el paradero de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa desaparecidos el pasado septiembre.
En el dossier
que reparte el Centro Nacional de las Artes (Cenart) a los medios se
señala que “no es casual que jóvenes estudiantes y población general no
frecuentadora habitual de museos haya sido el público asiduo a las 20
‘muestras imposibles’ presentadas hasta la fecha”, según palabras de
Renato Parascandolo, a quien se le concede categoría de
curador de la muestra, vigente en las cuatro galerías de ese complejo cultural.
La noche misma de
las elecciones, Hugh Laurie envió sus felicitaciones al vencedor por su
triunfo electoral en Grecia: mensaje que comienza con un
¡Bravo, Syriza!y termina con dos palabras escritas en la lengua griega, las cuales significan:
buena suerte. Alexis Tsipras respondió de inmediato y personalmente: “Thank you, Dr.”
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