Escrito por Autor Invitado
Por Miguel Alejandro Rivera
La cultura popular, mediática y de
enajenación social ya no se limita a las pantallas de televisión, ni al
deporte o los espectáculos, sino que ahora llega al terreno de lo
político, luego de que en septiembre del 2013, la presente legislatura
en la Cámara de Diputados avalara el registro de candidatos
independientes no sólo en el ámbito federal, sino también para
alcaldías, gubernaturas y diputaciones locales, sin necesidad de
militancia en algún partido político.
Esto ha generado que para las próximas
elecciones surjan diversos actores, que bajo el sello de ciudadanos o
apartidistas, contiendan por un puesto de elección popular, con el
único requisito de reunir algunas firmas; sin embargo ¿Qué tan complejo
será para un personaje como Lagrimita, el otrora payasito de la tele,
recabar 23 mil rúbricas?
Igualmente, algunos partidos, en su
mayoría de baja convocatoria, piensan echar mano de la ya formada
carrera pública de algunos personajes para promover, no el voto por su
partido, sino la confianza en un rostro familiar para el electorado. Lo
que debiera ser un avance de la democracia, se está convirtiendo,
literalmente, en un circo.
Por la alcaldía de Guadalajara está el
ya mencionado Guillermo Cienfuegos, mejor conocido como Lagrimita,
quien con su hijo Costel, aspirante a regidor de Jalisco, propaga su
lema “no más animales en el gobierno”. El hartazgo de la sociedad ante
la corrupción de la clase política es vasto, pero, ¿de verdad la
solución es que, literalmente, gobierne un payaso?
Por la presidencia de Cuernavaca,
directamente del barrio de Tepito, llega el afamado futbolista
Cuauhtémoc Blanco, que cobijado por el Partido Social Demócrata,
promete ayudar a los pobres y a los adultos mayores. Por su parte el
Partido Encuentro Social (PES), podría lanzar a un puesto de elección
popular al doctor Abel Cruz ¿Con qué va este personaje a mejorar las
condiciones del país? ¿Con jugos de toronja y papaya?
Entre otros candidatos del corte se
encuentran, Álvaro Suárez, el luchador “5X”, que busca por el PAN
obtener la presidencia de San Pedro Garza García; el actor Alejandro
Camacho, por una diputación federal con el PES, e incluso la cantante
Yuri, quien podría candidatearse a uno de los 532 cargos públicos que
busca el mismo partido.
Lo que alarma no solamente es que el
mando pueda quedar en manos de personajes incapaces en el ejercicio
político, queda claro que los que tienen el poder desde hace mucho, son
incapacitados para el trabajo, sino también, es saber qué buscan estos
personajes, quién o quiénes están detrás de ellos.
El problema de la Casa Blanca de
Angélica Rivera, el Teletón y Eugenio Derbez, Loret de Mola hablando
mal de la clase política, etcétera, pueden ser señales de rompimiento
entre gobernantes y ciertos empresarios. Si ya se tiene el precedente
de las “telebancadas”, qué más daría imponer “telegubernaturas” y
teleregidurías” para defender los intereses del sector privado.
Más que nunca y ante este fenómeno el
voto debe ser razonado. “El Cuau” será ídolo del futbol, Lagrimita y
Costel súper cómicos, Yuri reconocida cantante, pero no dejan de ser
cercanos a grupos cupulares ¿A poco sí creemos que ellos son los que
quieren el poder? La política del espectáculo pondrá a prueba al
electorado mexicano. No es que la clase política sea la opción, pero
seguramente, darle el voto a cualquier famoso tampoco sea el camino al
progreso.
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