Madrid,
11 ene. 15. AmecoPress.- El 47,7% de los empleos de las mujeres de
América Latina y el Caribe son precarios, no tienen buenos salarios,
reducidos beneficios de seguridad social y extenuante carga horaria.
Así lo expone el Informe Regional sobre el Examen y la Evaluación de la
Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La
tasa de actividad económica femenina en la región asciende a 49,8%.
Además, el documento afirma que 1 de cada 3 mujeres no cuenta con
ingresos propios. Esto se suma a que ellas trabajan el doble de horas
que los hombres.
“La sobrecarga
de trabajo no remunerado merma la participación de las mujeres en la
toma de decisiones, el avance de sus carreras y sus posibilidades
ocupacionales, lo que a su vez reduce sus ingresos y sus perspectivas
de acceso a protección social”, señala el documento difundido en
noviembre de 2014.
También
destaca que en los últimos 20 años en la región se ha disminuido la
proporción de mujeres en el servicio doméstico de 15% a 11,6%. Bolivia
y Ecuador son los países que redujeron en más del 40% este servicio, lo
que resulta un dato interesante para la Cepal.
Si bien en
Ecuador ha habido cambios importantes como la paridad de género en
instancias públicas como la Asamblea Nacional y la Corte Nacional de
Justicia o el aumento de la matrícula universitaria para mujeres, aún
hay diferencias importantes en el campo laboral que deben sellarse en
este 2015.
Según datos
del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Inec) en 2010 las
mujeres ganaban $257,75 mensuales frente a los $ 386 que recibían los
hombres. Es decir $129,35 más. Los datos dicen además que en una escala
del 1 al 10, las mujeres se sienten medianamente satisfechas con sus
profesiones, y a este aspecto le otorgan una puntuación de 6.
El trabajo no
remunerado en casa ahora se está reconociendo como una actividad
importante. Sin embargo en este ámbito, también hay desigualdad. Según
la cuenta Satélite de Trabajo No Remunerado en los Hogares del Ecuador
de 2007 a 2010, ellas trabajan 77 horas con 39 minutos a la semana
(incluido el trabajo remunerado). El hombre acumula un total de 59
horas con 57 minutos semanales, dando una diferencia de 17 horas con 42
minutos entre ambos sexos.
Según el
informe ‘Iguales’ de la organización estadounidense Oxfam (2014), los
hombres en la mayoría de países del mundo ostentan los puestos de más
poder. Solo 23 de los directores ejecutivos de las empresas Fortune 500
(las mayores firmas de capital abierto a cualquier inversor), y solo 3
de las 30 personas más ricas del mundo son mujeres. “Es un reto
eliminar las desigualdades cuando los gobiernos de todo el mundo están
a punto de aprobar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en
2015”, dice el documento de Oxfam.
En la práctica
laboral El artículo 33 de la Constitución ecuatoriana garantiza la
dignidad de los trabajadores y el pago de remuneraciones justas. Si el
derecho a trabajar en las mejores condiciones es para todos, ¿por qué
aún ocurre lo contrario?
Estudios
sociológicos destacan que la incorporación de las mujeres al espacio
público ha sido una conquista del siglo XX. Sin embargo, reconocen que
se han naturalizado algunas actitudes sociales que evidencian
discriminación casi invisibilizada contra las mujeres. Aún se las ubica
en trabajos de vitrina para atraer clientes o se duda de su capacidad
profesional por ser mujeres.
La socióloga
Carmuca Gómez Bueno publicó un análisis en el que explica que estas
prácticas se generan desde el patriarcado de la sociedad contemporánea
que al interactuar con la organización capitalista de la industria,
aumenta la subordinación de las mujeres y la dominación de los varones.
“Ellos actuaron para fomentar la segregación de los empleos (...) las
mujeres están empleadas en un rango reducido de ocupaciones:
dependientes de comercio, limpiadora, empleada administrativa”,
cuestiona y pese que también valora los cambios, a su criterio se debe
trabajar en mejorar el trato, el reconocimiento y respeto hacia ellas.
Alejandra
Andrade es psicóloga organizacional. Desde su experiencia sabe que hoy
en día existen mujeres tan preparadas como los hombres. Eso sí destaca
que hay perfiles laborales. “Cargos de asistencia y recepción casi
siempre son mujeres pues son más meticulosas y detallistas, incluso
ellas llevan una agenda laboral y personal de su jefe. En los hombres
se valora la fuerza y sus habilidades, por ejemplo, en trabajos de
construcción”, dice.
Aunque
Alejandra reconoce que la mayoría de cargos directivos son ocupados por
hombres, por otro lado, cree que en otras áreas los salarios son los
mismos por equidad organizacional. “A futuro será un reto llevar
procesos de selección transparentes. Olvidarse que el candidato es
hombre o mujer y seleccionar según la necesidad”, dice.
Foto: Archivo AmecoPress.
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