1/31/2015

“Mi guerra santa es a favor de las mujeres”


Premio de la Mujer Arabe del Año a la yemenita Amal Basha

 Gisella Evangelisti


Barcelona, 27 ene. 15.La Independent/AmecoPress.- Yemen, país de desiertos y montañas, punto estratégico entre India y Mediterráneo, conocido como una de las cunas de la humanidad, como "Arabia feliz" por los griegos.

Apreciado por sus caravanas cargadas de especies, oro y marfil, y sus fascinantes palacios donde Pasolini rodó "Las Mil y una noche", es ahora el país árabe más pobre, con una sociedad patriarcal donde no hay respeto por los derechos humanos, y el 70% de las mujeres son mantenidas en el analfabetismo, obligadas a casarse de niñas, a aguantar la poligamia, y depender del marido.

Actualmente Yemen está sacudido por la violencia política, entre los rebeldes Huthi ("Partidarios de Dios") defensores de los chiís, (que son un tercio de la población) y enemigos de Al Qaeda; las fuerzas leales al ex presidente Saleh; los partidarios del actual presidente Mansur Hadi, que trata un acuerdo entre las partes, y Al Qaeda, (protegida por parte del ejercito y del régimen), que ha puesto, desde unos años en Yemen, su base central de operaciones hacia la península arábica. Últimamente los Huthi han ocupado el palacio presidencial.

Para completar el cuadro, siguen los bombardeos de los drones estadounidenses contra objetivos de Al Qaeda que han provocado desde 2001, al menos 500 victimas en la población civil, y decenas de millares de desplazados, fomentando así las reacciones violentas de los grupos radicales. No está demás recordar que durante la "guerra fría", cuando Yemen del Sur estaba bajo la influencia de la Unión Soviética, Arabia Saudita, con el apoyo de Estados Unidos, financiaba los predicadores y los profesores salafistas, defensores de una visión tradicionalista y autoritaria de la sociedad.

En Yemen Amal Basha, una mujer de 59 años, grandes y expresivos ojos, tuvo la suerte de nacer en una familia culta, la cual, sin embargo, la prometió como esposa a los 8 años, y a los 9 , le impuso ponerse el velo para castigarla por haber ido al cine sola. A los 16 años Amal era madre, y a los 17 divorciada, a pesar de todo, logró estudiar en la Universidad Americana del Cairo, y sucesivamente especializarse en Gran Bretaña en Derechos Humanos y Género. Sus estudios no se quedaron en el papel, fundó el "Sisters Arab Forum for Human Rights" (SAF), una asociación en favor de los derechos de la mujer, y participó activamente en la "primavera árabe" del 2011, donde las mujeres quemaron públicamente el tradicional velo negro que las cubría. El régimen de Saleh reprimió con violencia a los y las opositoras, sometiéndolos a torturas, secuestros, ejecuciones extrajuiciales. Fue una revolución a medias: Saleh fue sustituido por su vicepresidente, Abd Mansur Hadi.

Amal Bash, a pesar de las muchas amenazas de muerte, siguió trabajando para las Naciones Unidas y la Cruz Roja, como coordinadora regional de la Corte Internacional de Justicia, recogiendo y denunciando las violaciones de los derechos humanos en las cárceles y en la sociedad. En los sermones de las mosqueas era mencionada como apostata e infiel. Sin embargo, por su coraje, comenzaron a lloverle también unos reconocimientos, como el premio "Madre del Año", otro por haber sugerido una iniciativa de paz en la Guerra del Golfo en ’90, y recientemente, en noviembre del 2014, el premio a "La Mujer Árabe del Año", por su actividad en favor de mujeres, presos, y refugiadas, y refugiados, otorgado por la asociación Takreem con base en Beirut, y dirigido a las personalidades árabes más influyentes y vanguardistas en diferentes sectores.

Mientras, sus tres hijos han preferido vivir en el exterior, ("tu guerra no es la nuestra", le dijo uno de ellos, mientras otro fue victima de un raro accidente) Amal Basha, con su tercer marido, y a pesar del aumento de la violencia, no quiere moverse de su país, para seguir contra vientos y mareas, la lucha contra las leyes que, (como expresa en varias entrevistas) permiten prácticamente la violación continuada de niñas de 9 años obligadas a casarse. Para ellas, y por ellas, dice estar "dispuesta a aliarse con quien sea, hasta con el diablo. Esta tradición no viene de Dios, estoy segura". ¿Cómo logra superar el miedo a las amenazas de muerte? Utilizando la visibilidad y la fama, estando rodeada de gente, como una forma de protección. Quiere demostrar a las mujeres que teniendo confianza en si mismas pueden superar obstáculos inimaginables.
Foto: La Independent.

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