Barcelona,
27 ene. 15.La Independent/AmecoPress.- Yemen, país de desiertos y
montañas, punto estratégico entre India y Mediterráneo, conocido como
una de las cunas de la humanidad, como "Arabia feliz" por los griegos.
Apreciado
por sus caravanas cargadas de especies, oro y marfil, y sus fascinantes
palacios donde Pasolini rodó "Las Mil y una noche", es ahora el país
árabe más pobre, con una sociedad patriarcal donde no hay respeto por
los derechos humanos, y el 70% de las mujeres son mantenidas en el
analfabetismo, obligadas a casarse de niñas, a aguantar la poligamia, y
depender del marido.
Actualmente
Yemen está sacudido por la violencia política, entre los rebeldes Huthi
("Partidarios de Dios") defensores de los chiís, (que son un tercio de
la población) y enemigos de Al Qaeda; las fuerzas leales al ex
presidente Saleh; los partidarios del actual presidente Mansur Hadi,
que trata un acuerdo entre las partes, y Al Qaeda, (protegida por parte
del ejercito y del régimen), que ha puesto, desde unos años en Yemen,
su base central de operaciones hacia la península arábica. Últimamente
los Huthi han ocupado el palacio presidencial.
Para completar
el cuadro, siguen los bombardeos de los drones estadounidenses contra
objetivos de Al Qaeda que han provocado desde 2001, al menos 500
victimas en la población civil, y decenas de millares de desplazados,
fomentando así las reacciones violentas de los grupos radicales. No
está demás recordar que durante la "guerra fría", cuando Yemen del Sur
estaba bajo la influencia de la Unión Soviética, Arabia Saudita, con el
apoyo de Estados Unidos, financiaba los predicadores y los profesores
salafistas, defensores de una visión tradicionalista y autoritaria de
la sociedad.
En Yemen Amal
Basha, una mujer de 59 años, grandes y expresivos ojos, tuvo la suerte
de nacer en una familia culta, la cual, sin embargo, la prometió como
esposa a los 8 años, y a los 9 , le impuso ponerse el velo para
castigarla por haber ido al cine sola. A los 16 años Amal era madre, y
a los 17 divorciada, a pesar de todo, logró estudiar en la Universidad
Americana del Cairo, y sucesivamente especializarse en Gran Bretaña en
Derechos Humanos y Género. Sus estudios no se quedaron en el papel,
fundó el "Sisters Arab Forum for Human Rights" (SAF), una asociación en
favor de los derechos de la mujer, y participó activamente en la
"primavera árabe" del 2011, donde las mujeres quemaron públicamente el
tradicional velo negro que las cubría. El régimen de Saleh reprimió con
violencia a los y las opositoras, sometiéndolos a torturas, secuestros,
ejecuciones extrajuiciales. Fue una revolución a medias: Saleh fue
sustituido por su vicepresidente, Abd Mansur Hadi.
Amal Bash, a
pesar de las muchas amenazas de muerte, siguió trabajando para las
Naciones Unidas y la Cruz Roja, como coordinadora regional de la Corte
Internacional de Justicia, recogiendo y denunciando las violaciones de
los derechos humanos en las cárceles y en la sociedad. En los sermones
de las mosqueas era mencionada como apostata e infiel. Sin embargo, por
su coraje, comenzaron a lloverle también unos reconocimientos, como el
premio "Madre del Año", otro por haber sugerido una iniciativa de paz
en la Guerra del Golfo en ’90, y recientemente, en noviembre del 2014,
el premio a "La Mujer Árabe del Año", por su actividad en favor de
mujeres, presos, y refugiadas, y refugiados, otorgado por la asociación
Takreem con base en Beirut, y dirigido a las personalidades árabes más
influyentes y vanguardistas en diferentes sectores.
Mientras, sus
tres hijos han preferido vivir en el exterior, ("tu guerra no es la
nuestra", le dijo uno de ellos, mientras otro fue victima de un raro
accidente) Amal Basha, con su tercer marido, y a pesar del aumento de
la violencia, no quiere moverse de su país, para seguir contra vientos
y mareas, la lucha contra las leyes que, (como expresa en varias
entrevistas) permiten prácticamente la violación continuada de niñas de
9 años obligadas a casarse. Para ellas, y por ellas, dice estar
"dispuesta a aliarse con quien sea, hasta con el diablo. Esta tradición
no viene de Dios, estoy segura". ¿Cómo logra superar el miedo a las
amenazas de muerte? Utilizando la visibilidad y la fama, estando
rodeada de gente, como una forma de protección. Quiere demostrar a las
mujeres que teniendo confianza en si mismas pueden superar obstáculos
inimaginables.
Foto: La Independent.
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