Los
alimentos del programa pueden tener un efecto negativo en la salud
debido a su alto contenido de sodio, azúcares o grasas. Incluso se
alerta sobre efectos como obesidad y diabetes.
Tania L. Montalvo (@tanlmont)
animalpolitico.com
El programa de Comedores Comunitarios de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) permite que mexicanos en pobreza extrema tengan algo para comer pero “la calidad y el balance de los alimentos es deficiente” y eso atenta contra su derecho a la alimentación.
“Se
observó que los platillos no logran cumplir con los atributos
deseables. Destaca por ejemplo que los platillos notoriamente rebasan
una proporción equilibrada y recomendable, resultando en dietas con alto contenido de sodio, azúcares, carbohidratos y grasas”, concluyó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Tras
un estudio de este programa, el Coneval dijo que consumir alimentos en
los comedores comunitarios “puede tener un efecto negativo en la salud
de la población (como) sobrepeso y obesidad, diabetes e hipertensión arterial”.
La
Secretaría de Desarrollo Social entregó vía transparencia una guía con
30 desayunos y 30 comidas que son la base de las cocinas en los
comedores comunitarios.
Un día puede ser así:
–Desayuno. Huevos con salsa acompañados con frijoles, tortillas, galletas y café.
Se prepara con huevo en polvo, pasta de tomate, harina, frijol, galletas, sal, café y azúcar.
–Comida. Guisado de carne con sopa, arroz, chícharos, frijoles, tortillas y agua de sabor.
Se
prepara con pasta para sopa, pasta de tomate, carne enlatada, harina,
concentrado para agua, aceite, sal, chícharos enlatados, frijoles, arroz
y agua.
Los menús entre días varían
sólo un poco: en lugar de carne enlatada se sustituye por sardinas o el
huevo en polvo cambia por chilorio u otro tipo de proteína enlatada.
En ese sentido, los comedores comunitarios no garantizan el derecho a la alimentación pues no cumplen con el requisito de que ésta sea nutritiva, suficiente y de calidad.
La
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO) indica que el derecho a la alimentación se ejerce
cuando se tiene acceso físico y económico a alimentos adecuados, lo que
incluye que sean nutritivos y de calidad.
“Las
dietas son poco equilibradas y no necesariamente resultan saludables.
La base de la dieta diaria la constituyen los alimentos procesados
proporcionados por el Programa, que por estar enlatados pueden contener
alto contenido de sodio y, en algunos casos, azúcares y conservadores; se proporciona a los niños café o jugos industrializados con alto contenido de azúcar
y se utiliza una gran cantidad de aceite para cocinar”, señala el
informe “El programa de comedores comunitarios: análisis de su diseño e
instrumentación” hecho por investigadores del Programa Universitario de
Estudios del Desarrollo (PUED) que fungieron como consultores externos
del Coneval.
El secretario técnico de
la Comisión Intersecretarial para la Instrumentación de la Cruzada
Nacional contra el Hambre, Omar Garfias, dijo que la Secretaría de
Desarrollo Social está en la mejor disposición de evaluar si hay fallas
en los menús y corregirlos.
“Es un
tema que hay que resolver, dar información y capacitar a las cocineras
para que ellas vayan asumiendo los cambios necesarios en su
comportamiento alimentario”. Garfias explicó en entrevista que todo es una “cuestión cultural”, pues las cocineras están acostumbradas a cocinar con demasiada grasa y sal.
El
funcionario agregó que Sedesol “asume” las recomendaciones de Coneval
para mejorar los menús, pues se espera que para mayo haya un
relanzamiento de los comedores comunitarios.
se proporciona a los niños café o jugos industrializados con alto contenido de azúcar y se utiliza una gran cantidad de aceite para cocinar.
“Todas
las observaciones de Coneval, la subsecretaria (de Planeación,
Evaluación y Desarrollo Regional) Vanessa Rubio ya las está analizando
para ir revisando las modificaciones que se tienen que desarrollar”,
dijo.
Sobre la dieta, Animal Político realizó esta entrevista en la Montaña de Guerrero a una beneficiaria de los comedores comunitarios.
Otras fallas
La
evaluación del programa de Comedores Comunitarios que realizó el
Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la Universidad
Nacional Autónoma de México encontró otras fallas:
-El programa presenta vacíos importantes sobre perspectiva de género. Se ha desarrollado bajo el entendido de que la atención de los Comedores es un “asunto de mujeres”.
“Lo que ha favorecido que se perpetúen estereotipos de género que
imponen cargas adicionales de trabajo comunitario casi de manera
exclusiva para las mujeres”, sin el involucramiento de hombres en la
operación.
-El manejo de la basura
que generan los comedores se hace de forma inadecuada y puede traducirse
fácilmente en problemas ambientales y en riesgos para la salud de las
comunidades. “Los desechos de plástico PET, las latas y el papel son incinerados o enterrados en lugares inapropiados
cercanos al comedor”. Se recomienda propiciar y capacitar en un
programa de reciclaje que, además, generaría recursos adicionales para
la comunidad.
¿Y el hambre?
Según
el Coneval, los comedores comunitarios son una “solución inmediata a la
necesidad de acceso a la alimentación”, pero el programa no combate el
problema del hambre “desde la raíz y de manera efectiva”.
El organismo encargado de evaluar la política social indicó que este programa sólo resuelve el problema del hambre de manera temporal,
pues entrega alimentos pero no impulsa soluciones —como incrementar la
capacidad productiva de productores o dinamizar los mercados laborales
de las comunidades— para garantizar que las familias puedan adquirirlos.
Y
aunque los comedores operan en función de la “Norma Oficial Mexicana
NOM-014-SSA3-2013 Para la asistencia social alimentaria a grupos de
riesgo” fallan en cumplirla, pues no cuentan con el requisito de
temporalidad para limitar la entrega de apoyos y con ello evitar la
dependencia hacia éstos.
Sobre esas
conclusiones, Omar Garfias dijo que los comedores son sólo un programa
más de una estrategia que combate la pobreza alimentaria.
“El
comedor no es la única herramienta para abatir la carencia alimentaria.
No podemos asumir que los comedores van a ser los responsables de
hacerlo. En el comedor sólo atiendes a determinado sector con carencia
alimentaria. En abatir el hambre intervienen también otros programas y
son varios componentes. El comedor no está pensando para resolver todos
los tipos de inseguridad alimentaria que existen en el país”, dijo.
En
México existen 4 mil 831 comedores comunitarios de la Secretaría de
Desarrollo Social (Sedesol) pero con la Cruzada Nacional contra el
Hambre también operan 3 mil 536 comedores del DIF y otros 140 del
Instituto de Desarrollo Social (Indesol).
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