3/18/2017

El acoso sexual en el trabajo ¿cómo ponerle fin?


El acoso sexual, un azote en el lugar de trabajo 
Photo Credit: IStock

Por Leonora Chapman | amlat@rcinet.ca

“Las personas que reportan acoso sexual lo hacen por una razón. Lo que quieren es trabajar simplemente en un ambiente sano. Y los empleadores tienen mucho interés en reaccionar rápidamente ante situaciones problemáticas, para reducir el absentismo, aumentar la productividad y reducir los conflictos internos.
– Samia Belouchi, criminóloga, del  Grupo de asistencia e información sobre el acoso sexual en el trabajo
© ERIKA SANTELICES/AFP/Getty Images
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define el acoso sexual como el que tiene por objeto obtener los favores sexuales de una persona cuando quien lo realiza abusa de su posición de superioridad sobre quien lo sufre.
Según la Organización Internacional del Trabajo, para que haya acoso sexual deben integrarse tres elementos: un comportamiento de carácter sexual, que no sea deseado y que la víctima lo perciba como un condicionante hostil para su trabajo, convirtiéndolo en algo humillante.
El acoso sexual es cualquier tipo de acercamiento o presión de naturaleza sexual tanto física como verbal, no deseada por quien la sufre, que surge de la relación de empleo y que da por resultado un ambiente de trabajo hostil, un impedimento para hacer las tareas y un condicionamiento de las oportunidades de ocupación de la persona perseguida.

El acoso laboral en Canadá según Angus Reid

Tres de cada diez canadienses (28%) dicen que han sufrido avances sexuales no deseados, solicitudes de favores sexuales o han soportado conversaciones cargadas de contenidos sexuales en el trabajo.
Y para uno de cada siete adultos en este país, la experiencia ha sido más intensa que la simple insinuación o una charla: el 14 por ciento le dijo al Instituto Angus Reid (ARI) que ha experimentado desde un contacto sexual hasta un contacto sexual grave y no deseado en su vida laboral.
Estos resultados se desprenden de una encuesta nacional en línea del Instituto Angus Reid llevada a cabo en 2015 con más de 1500 adultos canadienses que actualmente están trabajando o que han trabajado fuera de la casa.
“Las personas que reportan acoso sexual tienen expectativas pequeñas: lo que quieren es trabajar simplemente en un ambiente sano”, dice la criminóloga Samia Belouchi. Y los empleadores tienen mucho interés en reaccionar rápidamente ante situaciones problemáticas, agregó, para reducir el absentismo, aumentar la productividad y reducir los conflictos internos.
Cuando un empleado que vive el acoso decide denunciar y hablar de lo que le sucede, le corresponde al empleador cumplir con sus obligaciones legales y morales, es decir, recibir a la víctima con apertura y respeto, establecer una política interna clara, definir una persona de contacto dentro de la empresa, etc.

Recursos para las víctimas

Samia Belouchi, interventora en el Grupo de asistencia e información sobre el acoso sexual en el trabajo, de Montreal, dice que recibe cerca de 6 000 llamadas al año.  Estas van desde preguntas acerca de cómo presentar una queja en contra de un colega o superior a trucos para saber cómo rechazar avances sexuales no deseados, pasando por la simple necesidad de hablar con alguien externo y neutral,  de sus problemas personales.
Samia Belouchi, del Grupo de asistencia e información sobre el acoso sexual en el trabajo
En general, cuando la gente acude a los grupos de ayuda es porque han agotado los recursos. A pesar de que denunciaron, las cosas no son tomadas seriamente, el acoso continúa, a veces puede llevar a un paro de trabajo, a una renuncia forzada, o a un despido.
El acoso sexual amenaza nuestra seguridad de empleo, dice la criminóloga. Puede tomar muchas formas que van de un comentario no deseado, a confidencias íntimas, preguntas sobre la vida privada, chantaje, amenazas, toqueteos, etc.
El criterio de base del acoso sexual es la repetición.
“No es un solo gesto. Si se toma ese gesto de manera aislada puede parecer anodino. Pero cuando se observa sobre un período de tiempo, la acumulación de diferentes gestos, comentarios, allí vamos a hablar de acoso sexual. Tiene que ser no consensual”.
Entonces todo lo que es flirtear amigablemente, o hacer comentarios que causan placer no es acoso sexual, aclara. El acoso sexual comienza cuando la mujer dice NO.
¿Qué tipo de ayuda?
“La ayuda que les podemos dar es muy amplia. Nuestro mandato es informar y ayudar a las víctimas de acoso. Hay gente que nos va a llamar puntualmente porque necesita una información, tener alguien que las escuche, otras necesitan ayuda legal, ya sea escribir una carta de denuncia al jefe a cómo reclamar el seguro de empleo, también, un acompañamiento para una mediación. No hay límite alguno siempre y cuando esté relacionado con lo que vivieron en el trabajo en materia de acoso sexual”.
Samia Belouchi  da el ejemplo de una mujer que ha agotado los recursos internos y que decide, en última instancia, renunciar.  Pero si acude a un centro de ayuda se enteraría que su situación podría ser considerada como una excepción a la Ley de Seguro del empleo. Ella podría entonces beneficiarse de la ayuda del gobierno durante su búsqueda de un nuevo empleo.

No aislarse

Los canadienses están dispuestos a hablar sobre sus experiencias de acoso sexual y contacto no deseado con el Instituto Angus Reid, pero la gran mayoría – cuatro de cada cinco – que dicen tener estas experiencias no deseadas,  nunca reportaron el comportamiento a sus propios empleadores. Cuando Angus Reid les preguntó “¿por qué no?”, el mayor número dijo que preferían lidiar con el problema por su cuenta.
Qué hacer cuando el acoso recién empieza.
 ¡Hablar! No aislarse, porque si lo guardamos para nosotros las consecuencias pueden ser más nefastas, sobre todo porque la gente tiene un reflejo natural: ignorar el problema. Dicen que se trata de un mal día, que ya va a pasar. Lo único que se hace es agravar la situación, que va a degenerar y será cada vez más grave.”
Para la criminóloga Samia Belouchi es importante el departamento de recursos humanos. El acoso sexual, sicológico, es responsabilidad de recursos humanos.  Cuando estos recursos no están disponibles, entonces hay que acudir a los centros de ayuda.
Es importante hablar con alguien fuera del trabajo que puede dar un punto de vista diferente y evaluar la situación, insiste. Porque no hay una sola solución.
RCI/Radio Canadá/Angus Reid
La entrevista con la criminóloga Samia Belouchi fue realizada por Sophie-Andrée Blondin del programa Les éclaireurs.

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