El acoso sexual, un azote en el lugar de trabajo
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“Las personas que reportan acoso sexual lo hacen por una razón. Lo que quieren es trabajar simplemente en un ambiente sano. Y los empleadores tienen mucho interés en reaccionar rápidamente ante situaciones problemáticas, para reducir el absentismo, aumentar la productividad y reducir los conflictos internos.
– Samia Belouchi, criminóloga, del Grupo de asistencia e información sobre el acoso sexual en el trabajo
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define el acoso
sexual como el que tiene por objeto obtener los favores sexuales de una
persona cuando quien lo realiza abusa de su posición de superioridad
sobre quien lo sufre.
Según la Organización Internacional del Trabajo, para que haya acoso sexual deben integrarse tres elementos: un
comportamiento de carácter sexual, que no sea deseado y que la víctima
lo perciba como un condicionante hostil para su trabajo, convirtiéndolo
en algo humillante.
El acoso sexual es cualquier tipo de acercamiento o presión de
naturaleza sexual tanto física como verbal, no deseada por quien la
sufre, que surge de la relación de empleo y que da por resultado un
ambiente de trabajo hostil, un impedimento para hacer las tareas y un
condicionamiento de las oportunidades de ocupación de la persona
perseguida.
El acoso laboral en Canadá según Angus Reid
Tres de cada diez canadienses (28%) dicen que han sufrido avances
sexuales no deseados, solicitudes de favores sexuales o han soportado
conversaciones cargadas de contenidos sexuales en el trabajo.
Y para uno de cada siete adultos en este país, la experiencia ha
sido más intensa que la simple insinuación o una charla: el 14 por
ciento le dijo al Instituto Angus Reid (ARI) que ha experimentado desde
un contacto sexual hasta un contacto sexual grave y no deseado en su
vida laboral.
Estos resultados se desprenden de una encuesta nacional en
línea del Instituto Angus Reid llevada a cabo en 2015 con más de 1500
adultos canadienses que actualmente están trabajando o que han trabajado
fuera de la casa.
“Las personas que reportan acoso sexual tienen expectativas pequeñas:
lo que quieren es trabajar simplemente en un ambiente sano”, dice la
criminóloga Samia Belouchi. Y los empleadores tienen mucho interés en
reaccionar rápidamente ante situaciones problemáticas, agregó, para
reducir el absentismo, aumentar la productividad y reducir los
conflictos internos.
Cuando un empleado que vive el acoso decide denunciar y hablar de lo
que le sucede, le corresponde al empleador cumplir con sus obligaciones
legales y morales, es decir, recibir a la víctima con apertura y
respeto, establecer una política interna clara, definir una persona de
contacto dentro de la empresa, etc.
Recursos para las víctimas
Samia Belouchi, interventora en el Grupo de asistencia e información sobre el acoso sexual en el trabajo,
de Montreal, dice que recibe cerca de 6 000 llamadas al año. Estas van
desde preguntas acerca de cómo presentar una queja en contra de un
colega o superior a trucos para saber cómo rechazar avances sexuales no
deseados, pasando por la simple necesidad de hablar con alguien externo y
neutral, de sus problemas personales.
En general, cuando la gente acude a los grupos de ayuda es
porque han agotado los recursos. A pesar de que denunciaron, las cosas
no son tomadas seriamente, el acoso continúa, a veces puede llevar a un
paro de trabajo, a una renuncia forzada, o a un despido.
El acoso sexual amenaza nuestra seguridad de empleo, dice la
criminóloga. Puede tomar muchas formas que van de un comentario no
deseado, a confidencias íntimas, preguntas sobre la vida privada,
chantaje, amenazas, toqueteos, etc.
El criterio de base del acoso sexual es la repetición.
“No es un solo gesto. Si se toma ese gesto de manera aislada
puede parecer anodino. Pero cuando se observa sobre un período de
tiempo, la acumulación de diferentes gestos, comentarios, allí vamos a
hablar de acoso sexual. Tiene que ser no consensual”.
Entonces todo lo que es flirtear amigablemente, o hacer comentarios
que causan placer no es acoso sexual, aclara. El acoso sexual comienza
cuando la mujer dice NO.
¿Qué tipo de ayuda?
“La ayuda que les podemos dar es muy amplia. Nuestro mandato es
informar y ayudar a las víctimas de acoso. Hay gente que nos va a llamar
puntualmente porque necesita una información, tener alguien que las
escuche, otras necesitan ayuda legal, ya sea escribir una carta de
denuncia al jefe a cómo reclamar el seguro de empleo, también, un
acompañamiento para una mediación. No hay límite alguno siempre y cuando
esté relacionado con lo que vivieron en el trabajo en materia de acoso
sexual”.
Samia Belouchi da el ejemplo de una mujer que ha agotado los
recursos internos y que decide, en última instancia, renunciar. Pero si
acude a un centro de ayuda se enteraría que su situación podría ser
considerada como una excepción a la Ley de Seguro del empleo. Ella
podría entonces beneficiarse de la ayuda del gobierno durante su
búsqueda de un nuevo empleo.
No aislarse
Los canadienses están dispuestos a hablar sobre sus experiencias
de acoso sexual y contacto no deseado con el Instituto Angus Reid, pero
la gran mayoría – cuatro de cada cinco – que dicen tener estas
experiencias no deseadas, nunca reportaron el comportamiento a sus
propios empleadores. Cuando Angus Reid les preguntó “¿por qué no?”, el
mayor número dijo que preferían lidiar con el problema por su cuenta.
Qué hacer cuando el acoso recién empieza.
¡Hablar! No aislarse, porque si lo guardamos para nosotros
las consecuencias pueden ser más nefastas, sobre todo porque la gente
tiene un reflejo natural: ignorar el problema. Dicen que se trata de un
mal día, que ya va a pasar. Lo único que se hace es agravar la
situación, que va a degenerar y será cada vez más grave.”
Para la criminóloga Samia Belouchi es importante el departamento de
recursos humanos. El acoso sexual, sicológico, es responsabilidad de
recursos humanos. Cuando estos recursos no están disponibles, entonces
hay que acudir a los centros de ayuda.
Es importante hablar con alguien fuera del trabajo que puede dar un
punto de vista diferente y evaluar la situación, insiste. Porque no hay
una sola solución.
RCI/Radio Canadá/Angus Reid
La entrevista con la criminóloga Samia Belouchi fue realizada por Sophie-Andrée Blondin del programa Les éclaireurs.
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