La renegociación del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) planteada por el
presidente Donald Trump avizora fuertes tensiones con el gobierno de
Enrique Peña Nieto, cada vez más incompetente para establecer nuevas
relaciones de comercio, finanzas públicas y seguridad nacional a favor
de los mexicanos.
Los colaboradores de Donald Trump explican que la
negociación del TLCAN resultó un fracaso rotundo para Estados Unidos y
necesita replantearse para conseguir un acuerdo equitativo, puesto que
incrementó el déficit comercial con México hasta 61,000 millones de
dólares y destruyó 700,000 empleos2.
La estrategia de Donald Trump apunta a negociar directamente con las
empresas estadounidenses del sector automotriz a fin de incrementar las
inversiones realizadas en territorio norteamericano a través de la
amenaza de imponer un arancel de 35% y la concesión de disminuir la tasa
del impuesto federal a 15% para las corporaciones norteamericanas.
Por otro lado, las amenazas persistentes a las grandes empresas
automotrices (General Motors, Ford, Toyota) de imponer un arancel de 35%
por parte de Donald Trump terminaron por debilitar el poder de
negociación del gobierno mexicano que se encuentra incapacitado para
defender la estabilidad del tipo de cambio peso/dólar.
En
respuesta, el gobierno mexicano podría establecer contramedidas en el
plano comercial por medio de la imposición de aranceles sobre varios
productos en contra de Estados Unidos en razón de la violación de los
acuerdos de la Organización Mundial de Comercio para poner fin a las
medidas ofensivas por parte de Washington.
Pero la posibilidad
de que Donald Trump considere la salida de Estados Unidos del TLCAN,
doblegaría completamente a la delegación mexicana frente a las
exigencias de Washington. La extrema dependencia del comercio exterior
mexicano en relación a Estados Unidos pone de relieve la sumisión del
gobierno mexicano en los aspectos cruciales de la renegociación del
TLCAN.
En primer lugar, el cambio de las reglas de origen
pretende impulsar las exportaciones manufactureras de Washington en la
región de América del Norte, debido a que incrementará las importaciones
mexicanas provenientes de Estados Unidos principalmente en el sector
automotriz3.
Sin embargo, la modificación de las reglas de origen restringiría la
compra de autopartes provenientes de los países asiáticos de parte de
los países miembros del TLCAN, lo cual terminaría por incrementar los
costos de producción y afectaría la rentabilidad de las empresas
trasnacionales del sector automotriz de origen estadounidense.
De esta manera, el compromiso del presidente Donald Trump de apoyar la
recuperación de empleos en el sector manufacturero en la economía
estadounidense, se vería incumplido frente al rechazo de las empresas
trasnacionales del sector automotriz de adoptar un cambio sustancial en
las reglas de origen del TLCAN.
Por añadidura, la
liberalización de la producción de petróleo propuesta por Donald Trump
aunada al desmantelamiento de Petróleos Mexicanos como resultado de la
reforma energética, podría desembocar en un incremento sustancial de la
importación de petróleo en México proveniente de Estados Unidos4.
En consecuencia, la liberalización del precio de la gasolina en México
reflejada en el reciente ‘gasolinazo’ promete cuantiosas ganancias para
las empresas petroleras de Estados Unidos, que seguirán presionando al
gobierno mexicano para que reprima las movilizaciones sociales en contra
los incrementos del precio de los combustibles.
No obstante,
la política monetaria de la Reserva Federal, comandada por Janet Yellen,
se opone a la estrategia de Donald Trump, ya que prevé un aumento de la
tasa de interés de los fondos federales en 2017. Esta política
monetaria restrictiva continuará apreciando el dólar con respecto a las
monedas nacionales, lo cual terminará por impedir el impulso de las
exportaciones de Washington.
Por otra parte, el equipo
económico de Donald Trump se opone al régimen fiscal aplicado por el
gobierno mexicano que incluye un impuesto al valor agregado de 16% sobre
las exportaciones norteamericanas. La delegación estadounidense
demandará la reducción del IVA sobre las exportaciones norteamericanas
bajo el argumento de que resulta superior que el IVA aplicado sobre las
exportaciones mexicanas en Estados Unidos5.
Sin embargo, cabe destacar que la eventual disminución del IVA sobre
las exportaciones norteamericanas desestabilizaría aún más los ingresos
públicos de México, que ya han sido seriamente afectados por la caída
del precio del petróleo y dependieron significativamente de la
recaudación de impuestos para el financiamiento del 50.9% del gasto
público en 20166.
Además, el arma letal de Washington para obtener la rendición de las
autoridades mexicanas con respecto al cambio del régimen fiscal, podría
provenir del control de las calificadoras internacionales de crédito
(Moody’s, Fitch, Standard & Poor's), organismos que tienen la
capacidad de asfixiar económicamente al gobierno mexicano por medio de
la reducción de la nota asignada a los títulos de deuda pública.
La reducción de los ingresos del IVA sobre las exportaciones
norteamericanas obligaría al gobierno mexicano a encontrar nuevas
fuentes de financiamiento por medio del cobro de mayores impuestos y la
reducción del gasto público ante la imposibilidad de endeudarse
sustantivamente en los mercados financieros en 2017.
Por otro
lado, las fuertes demandas de la delegación estadounidense en el cambio
del régimen fiscal para las exportaciones norteamericanas contrastan con
la sumisión del gobierno mexicano con respecto a la evasión fiscal
realizada por las corporaciones transnacionales norteamericanas.
En este sentido, el régimen fiscal mexicano resultó extremadamente
favorable para el capital trasnacional, puesto que el sistema tributario
estuvo basado en numerosas exenciones fiscales y la libre movilidad de
capital con el fin de atraer inversión extranjera a raíz de la
implementación del TLCAN.
La corrupción del gobierno mexicano
en complicidad con el capital trasnacional destrozó la posibilidad de
potenciar la inversión pública con el propósito de apoyar el desarrollo
económico, ya que el erario público pierde 483,875 millones de pesos
(3.1% del PIB) anualmente como resultado de la evasión fiscal7.
Además, la industria automotriz norteamericana impulsó el
establecimiento de maquiladoras en México, situación que provocó la
automatización de la producción y el aumento del desempleo en la
economía mexicana. De esta manera, las maquiladoras acabaron con una
gran cantidad de puestos de trabajo y apuntalaron la creación de empleos
precarios caracterizados por una minúscula aportación de ingresos
públicos.
Finalmente, no hay que dejar
del lado que la renegociación del TLCAN se encuentra estrechamente
relacionada a la propuesta de Donald Trump de construir un muro
fronterizo financiado por el gobierno mexicano, ya que restringirá la
migración de los mexicanos excluidos por capital trasnacional y
continuará la deportación de los migrantes mexicanos que residen en
Estados Unidos.
La posible decisión de Donald Trump de imponer
un impuesto fronterizo de 20% sobre las importaciones procedentes de
México a fin de conseguir el financiamiento para el muro fronterizo,
afectará indudablemente a la producción, la inversión y los empleos
vinculados a las maquiladoras.
Por lo tanto de concretarse, la
expulsión de los trabajadores mexicanos de las maquiladoras incrementará
el desempleo y la informalidad del mercado laboral, factores que
intensificarán la inseguridad y la violencia causada por el crimen
organizado que aprovecha las condiciones de extrema pobreza en México.
Sin embargo, el impuesto fronterizo perjudicará también a los
estadounidenses que sufrirán un incremento en la tasa de inflación y una
diminución del poder adquisitivo, ya que las empresas trasnacionales
norteamericanas dependen de la provisión de productos de origen mexicano
en varios sectores (alimentos, autopartes, electrónicos, petróleo).
Las autoridades mexicanas están dispuestas a permitir el libre tránsito
en la Frontera Sur hacia Estados Unidos para los migrantes mexicanos y
centroamericanos en represalia contra Washington, pero eso podría
provocar un cambio en los acuerdos estratégicos de seguridad nacional
como la Iniciativa Mérida8.
El presidente Donald Trump intentará también bloquear las remesas de
los migrantes mexicanos para financiar el muro fronterizo, que
representan la segunda fuente de divisas para la economía mexicana y
sería precedida por la restricción de otorgamiento, cancelación y
ampliación de la cuota de cobro de las visas para someter duramente al
gobierno mexicano9.
En resumen, la administración de Enrique Peña Nieto se encuentra frente
a la disyuntiva de llevar a cabo una transformación profunda de la
economía mexicana y someterse a una renegociación desfavorable en el
marco del TLCAN. Pero la alianza de las autoridades mexicanas con el
capital trasnacional así como el creciente distanciamiento con la
población mexicana será su propia trampa en las negociaciones con el
gobierno de Estados Unidos, donde hasta el momento se desprende que la
economía mexicana no saldrá para nada bien librada.
Notas:
2 Consumer News and Business Channel. We need a tough negotiator like Trump to fix US trade policy. Fecha de publicación: 29/7/2016.
3 The Globe and Mail. NAFTA talks will be wide open, says Trump's commerce nominee Wilbur Ross. Fecha de publicación: 18/1/2017.
4 Real Clear Policy. The Trump Trade Doctrine: A Path to Growth & Budget Balance. Fecha de publicación: 18/10/2016.
5 Trump make America great again. Scoring the Trump Economic Plan: Trade, Regulatory & Energy Policy Impacts. Fecha de publicación: 29/9/2016.
6 Secretaria de Hacienda y Crédito Público. Estimación de Gasto Público para 2016 . Fecha de publicación: 2016.
7 El Financiero. 54% de la población económicamente activa no paga impuestos: SAT. Fecha de publicación: 15/7/2014.
8 The Globe and Mail. Mexico warns U.S. trade war could be a threat to security co-operation. Fecha de publicación: 18/2/2017.
9 The Washington Post. Trump reveals how he would force Mexico to pay for border wall. Fecha de publicación: 5/4/2016.
Ulises Noyola Rodríguez. Colaborador en la División de Estudios de Posgrado de Economía en la UNAM.
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