La campaña
se inició prácticamente en septiembre del año pasado e involucra a dos
dependencias federales y al DIF estatal. Rosario Robles, titular de la
Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, registra desde
finales de agosto de 2016 –publicó el diario Reforma–, diez visitas a
dicha entidad para encabezar las llamadas “ferias de servicios”, en las
cuales se distribuyen diversos apoyos. Y el entonces flamante titular de
la Secretaría de Desarrollo Social, Luis Enrique Miranda, realizó giras
de trabajo en la entidad el 9 y el 17 de noviembre para entregar
despensas y vales electrónicos y anunciar la apertura de lecherías,
promover la afiliación al Programa Prospera y entregar apoyos a
beneficiarios del mismo.
El activismo de Miranda llamó la atención
de los legisladores y en su comparecencia ante las Comisiones Unidas de
Desarrollo Social y Fomento Cooperativo de la Cámara de Diputados,
debió prometer que ya no visitaría el Estado de México.
Sin
embargo lo relevaron los subsecretarios Eviel Pérez Magaña, de
Desarrollo Social y Humano; y Javier García Bejos, de Planeación,
Evaluación y Desarrollo Regional, que en los primeros meses de este año
han visitado repetidas ocasiones el Estado de México para entregar
apoyos o promover acciones y programas e incluso anunciar que se
instalarán ahí dos mil comedores comunitarios.
Al mismo tiempo,
Isis Ávila, hija del gobernador y presidenta honoraria del DIF estatal,
intensificó la realización de actos masivos donde, de acuerdo con la
información ya citada del diario capitalino, entrega “tarjetas La
Efectiva, con montos de 2 mil 750 a 3 mil pesos, a cambio de la copia de
la credencial de elector”. Siempre según ese medio, entre septiembre
del año pasado y febrero de este año, la hija del mandatario promedia
ocho actos masivos al mes.
En paralelo el gobierno federal centró
los promocionales que se difunden en los medios electrónicos en las
obras y acciones que realiza o realizó en el Estado de México; los
mismos terminan con la frase “en el Estado de México hay historias que
cuentan” y, en algunos de ellos, incluso introducen algunos elementos
del lema de campaña y de gobierno de Eruviel Ávila. “pensar y hacer en
grande”, en boca de algunos de los personajes que participan en los
mismos.
Tanto el presidente como el gobernador saben lo relevante
que es para ellos y su partido ganar las elecciones en el Estado de
México, pues un descalabro ahí prácticamente los condenaría a perder la
Presidencia de la República el próximo año; en el caso de Eruviel Ávila,
porque en automático se cancelaría su posibilidad de ser el abanderado
tricolor; en el del presidente, porque sin los recursos y estructura que
aporta el gobierno mexiquense, las probabilidades de que gane el PRI
tenderían a cero.
Por ello no es sorprendente que utilicen todos
los recursos a su alcance y aprovechen hasta el último momento la
propaganda gubernamental para impactar a los votantes mexiquenses. Pero
también hay que tener presente que esa entidad es considerada
laboratorio de la elección nacional, porque el perfil de su población
(edad, género, nivel socioeconómico, distribución rural-urbano, etc.) es
muy similar al de todo el país, por lo cual normalmente se utiliza este
proceso electoral para ensayar las estrategias y tácticas de campaña
que se pueden usar en la campaña presidencial.
Hace seis años, en
la elección de gobernador en julio de 2011, aparecieron los monederos
electrónicos como una forma de obtener el voto de los mexiquenses,
mecanismo que se usó también en la elección presidencial de 2012. Basta
recordar el escándalo de las tarjetas Monex, que fue descubierto antes
de los comicios; y posteriormente las tarjetas Soriana, cuando los
mexiquenses se amontonaron en varias de las tiendas de esa cadena
comercial para comprar sus despensas con el dinero que les habían
depositado en las mismas. Lo novedoso de esa práctica de compra de votos
es que el recurso no se lo depositaban al votante hasta que éste
demostraba que había sufragado por el PRI, lo cual les permitía tener un
control, que el manejo del dinero en efectivo no les brindaba.
Hasta
el momento todavía no asoma una nueva práctica, pero lo orquestado e
intenso de la operación, así como la importancia del resultado electoral
y lo útil de la experimentación en campo de las nuevas prácticas de
manipulación del voto, evidencian que tanto los gobiernos (federal y
estatal) como los partidos políticos que forman la alianza que respalda
al candidato tricolor utilizarán todos los recursos (legales e ilegales)
para ganar la contienda.
Por lo pronto, es un hecho que la
rigurosa vigilancia de la oposición sobre los programas y acciones
gubernamentales no es suficiente para inhibir su abierta y descarada
intervención en el proceso electoral.
La nueva estructura
electoral (administrativa y jurisdiccional) ya no permite las viejas
prácticas fraudulentas, pero todavía deja un margen de maniobra por la
vía de la compra y coacción del voto, que es a lo que han recurrido en
los últimos procesos electorales. Ciertamente es un margen muy estrecho,
pero en elecciones altamente competidas puede ser suficiente para
definir al ganador.
Los gobiernos federal y estatal están
dispuestos a aprovecharlo al máximo, sin importar que con ello pongan en
riesgo la validez de la elección, por lo que hay que estar muy atentos a
este proceso electoral, especialmente porque de acuerdo con las
encuestas, el ganador todavía no está definido.
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