El nuevo gobierno
se inicia con un alto nivel de aprobación, mayor al registrado en el
comienzo de sexenios previos, y los 30 millones de votos obtenidos por
el ahora presidente López Obrador dan puntual cuenta de ello. De hecho,
el resultado electoral de julio pasado llevó el índice de confianza del
consumidor a niveles históricos, aunque hubo movimientos a lo largo del
periodo de transición.
Sobre el particular, el Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tec de Monterrey, campus estado de México, analiza el panorama, y de su lectura se toman los siguientes pasajes. Va, pues.
Luego de las pasadas elecciones presidenciales en nuestro país, los
niveles de confianza de los consumidores, del gremio empresarial e
incluso el sector externo, comenzaron a mostrar un crecimiento
importante. Los más optimistas fueron los consumidores, cuyo indicador
de confianza llegó a incrementarse alrededor de 18 por ciento al
concluir septiembre. Los empresarios también exhibieron una mejoría en
sus perspectivas de confianza, aunque fueron más moderadas en
comparación con lo visto del lado de los consumidores.
A su vez, el sector externo reaccionó favorablemente, de tal forma
que el tipo de cambio llegó a cotizar por debajo de 18.50 pesos por
dólar. Sin embargo, las cifras de noviembre reflejaron que el optimismo
se ha visto mermado, incluso de manera significativa, por parte del
sector externo. Este escenario, sin duda, tiene una connotación negativa
en cuanto a las expectativas de crecimiento económico para los próximos
años.
El indicador de confianza de los consumidores ha sido el menos
afectado, ya que en términos anuales continúa mostrando una variación
positiva. No obstante, al comparar las cifras mes a mes, se aprecia una
evolución negativa derivada principalmente de la caída de las
expectativas de los consumidores respecto de la situación económica de
nuestro país para los próximos 12 meses.
De manera similar, el indicador de confianza empresarial exhibió
también variaciones anuales favorables, aunque de menor magnitud a las
observadas en meses pasados. Lo preocupante es que el componente que
mide las expectativas de los empresarios en torno a si este es el
momento adecuado para invertir continúan mostrando el nivel más bajo de
todos los componentes que conforman el indicador de confianza
empresarial, situación que se repite en los sectores de las
manufacturas, la construcción y el comercio.
Por otro lado, el sector externo es el que ha presentado los cambios
más abruptos en cuanto a niveles de confianza, mismos que se ven
representados con la depreciación del tipo de cambio, que llegó a estar
por encima de 20.60 pesos por dólar. Sin duda, el acontecimiento que
marcó la caída en las expectativas de los inversionistas extranjeros fue
la cancelacióndel Nuevo Aeropuerto Internacional de México.
Aun cuando la nueva administración ha buscado llegar a buenos
términos con las empresas involucradas en la construcción de la obra,
además de negociar con los inversionistas que adquirieron instrumentos
financieros para fondearla, particularmente recomprando parte de los
bonos emitidos en Nueva York por más de 6 mil millones de dólares,
resultará más complicado atraer el interés de los capitales foráneos.
Elevar el nivel de inversión y, con ello, detonar el ritmo de
crecimiento es una tarea que el gobierno no puede hacer por sí sola, ya
que sus recursos son limitados y más en épocas de austeridad. De esta
forma, es necesario contar con la participación del sector privado, ya
sea con capital nacional o extranjero, que apoye en esa labor, en un
ambiente de seriedad y un clima de negocios adecuado que genere
certidumbre y seguridad a los inversionistas.
Las rebanadas del pastel
De plano, ni la burla perdonan: con sangre en la boca, la presidenta nacional del PRI, Claudia Ruiz Massieu, exige que
vayan por los corruptos, porque la justicia no puede estar condicionada a la voluntad de una persona. ¡Ole!
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