“México ofrece un panorama desastroso en materia de derechos humanos
con violaciones masivas, graves y sistemáticas de derechos humanos
durante los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto”, lanzó
José Miguel Vivanco director para las Américas de Human Rights Watch en
entrevista con Apro.
Nunca antes se había observado esta situación desde la Revolución
Mexicana, observó Vivanco, quien calificó de “astronómicas” las cifras
de desaparecidos, torturados y ejecutados en el marco de la guerra
contra el narcotráfico y el crimen organizado.
“Estamos hablando de miles y miles y miles de personas que han sido
objeto de gravísimos abusos”, dijo Vivanco al hacer un análisis de la
situación en México en el marco del aniversario de la DUDH.
El documento emblemático adoptado después de los horrores de las
guerras mundiales y el holocausto, uno a uno a lo largo de sus 31
artículos hace referencia a los derechos inalienables, no negociables,
de todo ser humano como al derecho a la vida, a la igualdad, seguridad,
educación, salud, trabajo, libertad de expresión, de movimiento, de
acceso a la justicia. Defiende el derecho de toda persona a no ser
sujeto de tortura, ni a ser detenido de manera arbitraria. Enarbola la
justicia, el derecho al debido proceso, el derecho al bienestar, al bien
común, a la no discriminación y a la protección del Estado en el goce
de cada uno de los derechos fundamentales.
A la luz de las cifras de más de 238 mil homicidios dolosos desde
2006 y un promedio de 90 asesinatos diarios en el último año, Vivanco
destacó que la situación en el país es “uno de los escenarios más
dramáticos que HRW observa en la región, especialmente por la ausencia
de justicia”.
Por ejemplo, en el caso de los desaparecidos que rondan entre los 37
mil 400, reconoció que es probable que la gran mayoría, quizá un 90% de
los casos, haya sido perpetrado por los carteles y crimen organizado,
pero el 10% restante –es decir, unas 3 mil 700 personas– han
desaparecido a manos del Ejército o de la Marina.
“Y esta no es una cifra baja”, remarcó.
Sin embargo, puso énfasis en que estos cálculos son meramente
especulativos porque no hay justicia para indagarlos y argumentó que no
se puede esclarecer qué porcentaje ha sido responsabilidad de las
fuerzas de seguridad “porque solamente la justicia permitiría hacer esa
distinción”.
En los últimos 12 años han desaparecido cerca de 38 mil personas “y
nadie sabe dónde están porque no hay recursos eficaces en la
administración de justicia” .
En este sentido habló de los casos que HRW tiene documentados de
desapariciones perpetradas por las fuerzas armadas, y preguntó: “¿Quién
le dará seguimiento a eso?”.
En su opinión “es indignante comprobar cómo los dos últimos gobiernos
mexicanos han implementado políticas a sabiendas de la calamidad que
eso representa y no hayan hecho un esfuerzo serio por atender el reclamo
de justicia de las víctimas”
“Es abrumador, descorazonador, ver a las familias de las víctimas
deambular reclamando justicia”, dijo Vivanco, agregando que la justicia
en el país “es inaccesible, incompetente y corrupta, es un verdadero
desastre”.
De ahí la importancia, hoy más que nunca, de un sistema de justicia autónomo e independiente.
Con AMLO, “la misma receta, distinta envoltura”
En opinión del experto chileno “lo más preocupante es que el nuevo
presidente Andrés Manuel López Obrador que conoce bien el país, que ha
viajado por todo el territorio, que se ha preparado durante años para
llegar a donde ahora está, ofrece más de la misma opción”.
Consideró que la Guardia Nacional al estar compuesta en su gran
mayoría por militares y marinos, que va a ser entrenada por la Sedena y
subordinada al mismo ejército “es la misma receta pero con distinta
envoltura”.
“Además, López Obrador se pasó los meses de transición vendiendo la
idea del perdón, ¿y qué significa el perdón?, pues más impunidad, más de
lo mismo”, criticó.
“Lo grave, es que ante la emergencia en la que se encuentra México en
materia de derechos humanos, el nuevo gobierno no esté anunciando ya
medidas políticas para remediarlo”, reprochó Vivanco.
“Por lo menos se esperaría un proyecto para generar políticas de
seguridad publica basadas en una policía entrenada para capturar y
procesar judicialmente. Para fortalecer de manera consciente el rol de
la justicia a nivel nacional”.
“Lo que las víctimas quieren ver más allá de las Comisiones de la
Verdad es justicia, una procuraduría que tome testimonios, que arme
expedientes, una fiscalía que funcione”, urgió HRW.
Al mencionarle la terna que propone AMLO para la Fiscalía, dijo que
no conoce las trayectorias de estas personas, pero más allá de ellos,
consideró que la elección del Fiscal General “será la prueba de fuego de
López Obrador”.
“Esa será la clave, la prueba para AMLO, será el test para
ver si el nuevo presidente comprende la importancia, la necesidad de
contar en México con un desarrollo institucional autónomo, donde se
sienta que las instituciones de control son esenciales para el
desarrollo democrático”, valoró.
“El futuro de México depende de la capacidad que tengan sus
gobernantes para construir institucionalidad democrática y esta
institucionalidad democrática no se construye sobre la base de los
simpatizantes políticos”, argumentó Vivanco quien consideró
“indispensable” reconstruir desde los cimientos a la futura PGR.
Y volviendo al tema de la Guardia Nacional consideró que el modelo
propuesto por AMLO “es peor” que lo que tenía el país porque
“teóricamente” la actuación de los militares era una cuestión temporal
para auxiliar a los policías, ese era el supuesto. Felipe Calderón y
Enrique Peña Nieto defendían la temporalidad de la presencia del
ejército en las calles .
“Pero la receta de AMLO es convertir esa intervención transitoria en
algo permanente”, dijo Vivanco con un tono marcado de preocupación.
Tortura generalizada
Hace 70 años México fue uno de los 48 países que de avanzada votó en
favor de la DUDH. Entre sus artículos destaca el célebre Artículo 19:
“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión;
este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el
de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas,
sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
México es uno de los lugares más peligrosos para ejercer el
periodismo con 47 periodistas asesinados en el sexenio de EPN, más dos
comunicadores que ya fueron ejecutados en los pocos días que lleva el
gobierno de López Obrador. Casi todos en la más absoluta impunidad.
Además, varios de los periodistas han sido vigilados con el sistema
de inteligencia Pegasus y cientos de ellos acosados o amenazados
amparados con un Mecanismo de Protección ineficaz, desbordado e
inoperante.
Otro de los problemas más acuciantes es la tortura, cuyo delito es de
jurisdicción universal e imprescriptible. La Declaración sostiene que
“nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes”, pero en México “la tortura es generalizada”, según afirma
el informe del relator de la ONU contra la Tortura Juan Méndez que le
valió severas críticas por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Luego de su visita a México entre el 21 de abril y el 2 de mayo de
2014, Méndez, entonces Relator Especial de la ONU, concluyó que “la
tortura y los malos tratos durante los momentos que siguen a la
detención y antes de la puesta a disposición de la justicia son
generalizados en México y ocurren en un contexto de impunidad” y
sostiene que “hay evidencia de la participación activa de las fuerzas
policiales y ministeriales de casi todas las jurisdicciones y de las
fuerzas armadas, pero también de tolerancia, indiferencia o complicidad
por parte de algunos médicos, defensores públicos, fiscales y jueces”.
Posteriormente, en su informe de seguimiento presentado al el Consejo
de Derechos Humanos en Ginebra en 2017, Méndez constata que la
situación no mejoró: “En la última visita a México el relator señaló que
la tortura y los malos tratos son generalizados. A dos años de su
visita lamenta informar que la situación no ha cambiado”.
A cuatro años de su visita a México el exrelator especial de la ONU en breve charla con Apro tampoco tiene buenas noticias.
“No tengo información que me permita cambiar mi visión sobre la
práctica de la tortura en México. En estos años, desde mi visita, no he
visto progresos sustanciales”, lanzó Juan Méndez.
“México tiene un serio problema con la tortura que es parte del
enfoque que se ha venido llevando sobre el combate al crimen organizado
que incluye la militarización de lo que debería de ser prevención del
delito y castigo del delito”, observó el jurista argentino.
“En ese contexto la tortura se ha generalizado y ha invadido todas
las actividades de los distintos cuerpos policiales, municipales,
estatales, federales, incluyendo de las fuerzas armadas”, observó.
Para el experto de la ONU con la llegada de AMLO se abre una
perspectiva importante y la oportunidad de resolver el problema. No es
solamente reducir la incidencia de la tortura, sino que se necesita una
estrategia comprehensiva que incluya la desmilitarización y buscar la
forma en que la ciudadanía coopere con la prevención del delito.
La clave para enfrentar el flagelo de la tortura “es la desmilitarización del país”, remarcó.
Finalmente, José Antonio Guevara, miembro del grupo de Trabajo de
Detenciones Arbitrarias de la ONU y director de la CMDPDH comenta a Apro:
“México tiene una gran oportunidad con el gobierno de López Obrador
para por primera vez hacer realidad la DUDH para todas y todos los
mexicanos”.
“No sólo con la erradicación de la pobreza, la desigualdad, la
discriminación y violencia contra la mujer, sino para lograr que se haga
justicia para miles que han sido víctimas de graves violaciones de
derechos humanos como la tortura, la desaparición forzada y las
ejecuciones extrajudiciales.
“Tres condiciones necesarias tendrán que satisfacerse: desmilitarizar
la seguridad, contar con una fiscalía autónoma e instalar un mecanismo
internacional contra la impunidad y la corrupción”, demandó.
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