En México hay jubilados millonarios, pero también de 25, de 10 y de un salario, así como millones sin jubilación
Pedro Echeverría V.
1. La jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que tasa las pensiones del Seguro Social con un límite de 10 salarios mínimos, ha causado una gran cantidad de protestas y enorme revuelo llevando al planteamiento –de un ex ministro de la SCJN- de que es susceptible de ser modificada siguiendo los pasos que señala el artículo 194 de la Ley de Amparo; pero la forma más efectiva de retrotraer ese criterio consiste en que el Poder Legislativo reforme la Ley del IMSS. Se sabe que el salario mínimo en México es de poco más de 1500 pesos al mes, es decir, unos 120 dólares. Ese dinero no alcanza para comprar ni media canasta básica. Los datos estadísticos informan de trabajadores que ganan salario y medio o dos salarios mínimos, pero también de otros que ganan menos del salario mínimo. Es decir la inmensa mayoría de los trabajadores obtiene el salario mínimo. ¿Cómo carajos viven sin robar o asaltar?
2. La situación económica en México ha ido de mal a peor en los últimos 30 años. Hasta fines de los años setenta no irrumpía ampliamente la mujer en el trabajo salarial, casi no se hablaba de la "la doble jornada". A partir de los ochenta las estadísticas demuestran una multiplicación de las mujeres en todo tipo de empleo, particularmente en las tiendas comerciales, las oficinas públicas y en el servicio doméstico. Antes bastaba, aunque no fuera suficiente, con el salario del marido para mantener el hogar; desde entonces – a pesar que se redujo la tasa de crecimiento de la población- se necesitó el salario de la mujer y los hijos mayores para completar el gasto familiar. Hoy el marido tiene que trabajar doble turno y la mujer lo mismo. Sin embargo, por otro lado, los empresarios explotadores no eran tan ricos y despilfarradores como los de ahora que parecen no tener "llenadera". Las diferencias de ingreso son hoy abismales y sin límite.
3. Por ese motivo se ha reconocido que el 70 por ciento de la población vive en la pobreza y el 40 por ciento en la miseria; que hay robos y asaltos. Hasta hace unos 25 años los trabajadores y empleados se jubilaban con la misma cantidad de su último mes de salario; luego cambió la jubilación tomando el promedio del último año, pero en las jubilaciones de ahora sólo se toma en cuenta el porcentaje de las contribuciones. Sin embargo, dado que las cotizaciones son muy bajas porque los salarios son reducidos y porque suelen suspenderse días de trabajo, las jubilaciones que se logran son mucho más miserables. Se convierten en menos, mucho menos del salario mínimo. Hay jubilados cobrando 500 pesos al mes que tienen la obligación de pedir limosna, de lustrar calzado, de lavar coches o llenar bolsas en los supermercados. O sea, en vez de gozar y descansar en la jubilación, tienen que seguir trabajando hasta morir.
4. Las jubilaciones son reflejo de los ingresos de cada mes: los que mucho ganan en su trabajo más reciben en su jubilación y los que ganan una miseria también reciben una miseria en su jubilación. ¿No debería ser acaso al contrario porque el que ganó mucho pudo guardar mucho y el que ganó poco y no tuvo para guardar ahora debe ser compensado con una buena jubilación? Pero como este pinche mundo está de cabeza los hijos de los ricos siguen siendo ricos por todo tipo de herencias y los hijos de los pobres, sin recibir herencia alguna, miserables. Los expresidentes de la Republica y ministros de la Corte, con medio millón de pesos de ingreso mensual reciben mil salarios mínimos de jubilación; los trabajadores con mil 500 o dos mil pesos al mes reciben el poco porcentaje de lo cotizado un salario mínimo o menos de jubilación. ¿De dónde saca sus tontas ideas la SCJN para justificar como reducir a unos y no a todos?
5. Cuando estos días se ha planteado la reducción de la tasa de la pensión de 25 salarios mínimos (1250 pesos diarios) a 10 salarios (500 pesos) podría antojarse justo si tomamos en cuenta que la mayoría de los jubilados del país sólo obtiene la décima parte –un salario- y que la inmensa mayoría de la población no cuenta con jubilación alguna; pero si tomamos en cuenta que una jubilación de 10 salarios es sólo la centésima parte de la que reciben los altos funcionarios, entonces hay que justificar las mentadas de madre que ahora reciben gobierno y ministros. No tengo a mano el dato, pero casi estoy cierto que menos del 20 por ciento de los trabajadores recibe una jubilación y el otro 80 por ciento (indígenas, campesinos, obreros, empleados, artesanos, trabajadores libres, desempleados) tiene que trabajar hasta el día mismo de su muerte para sostenerse y mantener a su familia. En México los jubilados somos privilegiados frente a otros.
6. Pero no hay que olvidar que cualquier determinación que toma la Corte siempre viene de más arriba: En México nunca ha habido independencia de poderes –Ejecutivo, Legislativo y Judicial- porque ha dominado siempre un gobierno a modo de dictadura presidencialista. Durante los setenta años de gobiernos del PRI (1930-2000) el presidencialismo fue casi absoluto, dado que incluso la llamada oposición política nunca fue tal, pues también a ella le tocaban subsidios de manera abierta o por debajo de la mesa. En los últimos 10 años el presidencialismo ha continuado, aunque un tanto débil, sometido a la clase política que responde a los principales partidos. Sin embargo sigue imponiendo sus criterios. Ahora han impuesto la reducción de las jubilaciones al mínimo, pero en las próximas semanas se esperan otras medidas: recorte absoluto al gasto social, reforma de la ley del trabajo, más privatización en electricidad y Pemex.
7. ¿Por qué la SCJN se preocupa por poner límite a las jubilaciones de un sector y deja intactas las jubilaciones que ellos mismos cobran, así como la de los más altos funcionarios de gobierno? La realidad es que ese organismo, integrado por ministros que están al servicio del gobierno, clase política y empresarios, está cada vez más desprestigiado. No se le conoce a la SCJN alguna resolución independiente y justa que tome en cuenta la situación del país, en particular de los trabajadores. Su misión ha sido justificar cualquier asunto para beneficiar a la clase gobernante. ¿Por qué mejor no sacar una ley que obligue a las grandes empresas privadas y del Estado a pagar jubilaciones justas de tal manera que la mayoría de los trabajadores del país gocen de esa prestación? La población debe estar siempre atenta para evitar que los pocos derechos que aún le quedan sean enterrados. La liberación de los trabajadores solo puede ser obra de ellos mismos.
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