3/25/2011

La "renuncia"




Luis Javier Garrido

La renuncia del embajador estadunidense Carlos Pascual ha evidenciado aún más al débil gobierno panista, a diferencia de lo que éste ha sostenido, pues en los meses próximos tendrá que ser más obsecuente con Washington ante este gesto inusual que hace ver, por otra parte, el interés fundamental que Barack Obama tiene en los recursos estratégicos de México.

1. La renuncia de Pascual como embajador de Estados Unidos en México a 18 meses de haber asumido el cargo, por su deseo personal, según escribió, de evitar que se desvíe la atención por los temas planteados por Felipe Calderón y con el ánimo de asegurar una fuerte relación entre los dos países, no tiene precedentes en la historia bilateral, pues nunca antes un descontento de la clase política mexicana había tenido tales consecuencias, pero paradójicamente lejos de ser un triunfo del gobierno panista como pretenden presentarla desde Los Pinos, constituye un serio revés para Calderón y sus amigos pues esta dimisión deja a Calderón en una posición de mayor debilidad ante Washington, al que le debe ya todos los favores, mientras que las políticas imperiales de Obama tienen una vía libre mayor.

2. La declaración emitida el sábado 19 por Hillary Clinton (secretaria de Estado) sobre el retiro de su embajador no deja lugar a dudas de que Washington lo respalda plenamente y de que las políticas no van a cambiar sino a endurecerse. Pascual, como lo señaló un comunicado de la embajada estadunidense el miércoles 23, seguiría en su cargo hasta que deje el país, lo que no será pronto, y continuará estando apoyado por el ministro consejero John Feeley, quien se supone suscribió muchos de los despachos filtrados por Wikileaks (La Jornada del 23 de marzo), aunque otros son de la época del embajador Tony Garza.

3. Los argumentos del gobierno de Calderón para pedirle a Obama el retiro del embajador Pascual no pudieron haber sido más que dos, y ambos poco serios en términos diplomáticos. El primero, que por sus relaciones personales (su noviazgo con la hija del priísta Francisco Rojas) y por los informes oficiales de la embajada filtrados por Wikileaks (en los que al advertir a Washington de la ineptitud del gobierno panista y de la mediocridad de los aspirantes blanquiazules para 2012), estaría favoreciendo al PRI sobre el PAN, en los momentos en que ambos partidos buscan la bendición de la Casa Blanca: un argumento carente de sustento pues los cables diplomáticos deben reflejar una percepción de la realidad por mucho que ésta moleste al gobierno en turno.

4. La segunda obvia imputación del panista al embajador estadunidense, que expresara de manera velada durante su visita a Washington, adolece de la misma falla: no puede un gobierno entrometerse en el contenido de los documentos internos de trabajo de otro. La acusación de Calderón es muy simple, pues reclama que al hacerse públicos los informes internos de la embajada sobre la incapacidad del Ejército Mexicano para enfrentar al narco y subrayarse tanto su falta de preparación como la corrupción de la oficialidad y sus continuas violaciones a los derechos humanos, se le habría puesto en una situación crítica frente a las fuerzas armadas. La razón de fondo es empero que Calderón sabe que los documentos exhiben que él fue quien pactó con Washington utilizar al Ejército en esta guerra, subordinándolo a agentes de una potencia extranjera, a sabiendas de que se buscaba expresamente desprestigiarlo para ir abriendo la vía a la intervención directa de las fuerzas armadas estadunidenses.

5. La remoción de Pascual busca ayudar a Calderón a hacer creer a los mexicanos que es ajeno a la caracterización que hace la embajada en sus comunicados sobre el Ejército Mexicano, pero no debe olvidarse que el “efecto Wikileaks” y las demás revelaciones afectan también a Obama. Acaso por ello el presidente estadunidense afirmó el miércoles 23 que él nunca autorizó el tráfico de armas a México ni conocía del operativo Rápido y furioso como tampoco, dijo, lo conocía el procurador general, Eric Holder, siendo que éste afirmó en repetidas ocasiones que sí sabía del mismo como el gobierno mexicano. Y que, como conocen los expertos en seguridad nacional, una decisión de esta magnitud pasa necesariamente por la Casa Blanca.

6. La mayor parte de los integrantes de la clase política como los analistas de los medios han aprovechado empero la renuncia de Pascual para denostarlo tramposamente como injerencista, olvidando algo muy obvio: que Estados Unidos es un imperio, y que por lo mismo todos sus diplomáticos tienen que informar con la mayor veracidad y en función de los intereses estadunidenses sobre esos temas. Los intereses de México tendría que defenderlos el gobierno de Calderón (cosa que no hace) pues es un gobierno que tolera, acepta, pacta e incluso solicita dicho intervencionismo, y es a éste al que hay que denunciar y parar.

7. La situación es en extremo delicada para el Senado, pues parece oscilar entre cualquiera de los dos roles que le ha asignado el gobierno del PAN, conociendo las ambiciones políticas de los legisladores priístas: a) el de cómplice o b) el de comparsa, que ha tenido a lo largo de estos cuatro años. La única salida que tienen los senadores, que hasta ahora han abdicado de su función constitucional de defender los principios de la política internacional de México, es la de acusar a Felipe Calderón del delito de traición a la patria y destituirlo a fin de evitar que siga ahondando el desastre económico y social, como lo expresaban el día 17 en La Jornada diversos juristas.

8. En Libia, para agenciarse su petróleo, Obama ha tenido que urdir y orquestar en 2011 una vergonzosa guerra de invasión –aprobada entre otros de manera ignominiosa por el gobierno de facto de Felipe Calderón–, pero en México, para los mismos fines, le ha bastado mantener la “guerra contra el narco”, que tiene para ellos un costo mucho menor, y mantener disciplinado al gobierno del PAN y El Yunque.

Sempra Energy: el epitafio del embajador Pascual

Jaime Martínez Veloz

El pasado jueves 17 de marzo, el gobierno de Baja California publicó profusamente una carta en los diarios del mismo estado, en la cual el embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, con la sensibilidad propia de un paquidermo, felicitaba al gobernador Osuna Millán por su apoyo a Sempra Energy en contra de la clausura que realizó el ayuntamiento de Ensenada a dicha empresa por violar las normas y leyes que facultan y obligan a actuar al edil.

El primer párrafo de la carta de marras dice textualmente: Con estas líneas deseo agradecerle el apoyo a Sempra durante el desafortunado incidente del 4 de febrero pasado. Me dio mucho gusto ver la importancia que le dio al asunto y las medidas positivas que el gobierno estatal tomó para prevenir el intento de clausura de la terminal LNG de Sempra Energy Costa Azul, que pretendía llevar el presidente municipal Pelayo. Los beneficios de la inversión de Sempra de 1.2 mil millones de dólares son diversos (sic) para Baja California, amén de la energía para ambos lados de la frontera, en Baja y en el sur de California y sirve como un símbolo importante de la colaboración transfronteriza. Sé que usted está consciente de la historia de la oposición local a la terminal LNG Costa Azul y aprecio en gran medida su apoyo al estado de derecho.

Sólo en este párrafo el embajador expresa su ignorancia, hipocresía, ausencia diplomática y el andar en este tema como a 20 cuadras del desfile. El evento de clausura no fue el 4 de febrero sino el 11 y al llamar al presidente municipal de Ensenada sólo por su apellido (Pelayo) y no por su nombre completo (Enrique Pelayo), en una carta de un embajador, expresa no sólo su mala leche sino la ausencia del más elemental protocolo diplomático.

En su afán por defender a Sempra Energy, Pascual olvidó que dicha empresa cometió en el país que él representaba uno de los mayores fraudes energéticos de los que se tenga memoria, al simular desabasto para elevar los precios de las tarifas eléctricas hasta en mil por ciento, situación que generó un gran crisis donde uno de los efectos fue la dimisión del gobernador de California, Gray Davis. Al mismo tiempo desestimó el hecho de que Sempra Energy enfrenta un proceso de investigación en su propio país. El representante de California, Bob Filner, ha solicitado se abra una investigación ante el Federal Bureau of Investigation, el Departamento de Justicia de EU y ante la US Securities and Exchange Commission, por posibles delitos cometidos por dicha empresa durante su proceso de instalación en Ensenada.

Al tomar partido y cuestionar el legítimo derecho de la institución municipal –base de nuestro sistema federal– a sancionar a una empresa que violó la reglamentación establecida, el tono y la propia carta constituyeron una actitud intervencionista inaceptable que es atentatorio contra nuestra soberanía y contrario a una sana relación entre nuestras naciones, además de manifestar un pleno desconocimiento de la historia y de los anhelos de nuestros pueblos. La diplomacia es un arte que se estudia, se aprende y se emplea con suma sensibilidad y sutileza; no algo que no se puede realizar por medio del ensayo y el error.

Con dicha actitud, podría justificarse que, en reciprocidad, el embajador mexicano u otro diplomático felicite y tome partido en algún diferendo entre un condado y un estado de Estados Unidos. ¿Sería correcto política y diplomáticamente?

El embajador Pascual no tuvo que ir muy lejos por la respuesta, cuando el diputado José Narro Céspedes le contesta al día siguiente en una carta en La Jornada donde señala hago de su conocimiento, en relación con sólo uno de los tantos temas en los que la empresa Energía Costa Azul de Sempra Energy se ha visto involucrada, que en un acto vergonzoso desde el punto de vista del derecho nacional e internacional, esta empresa concretó una operación de compra venta el 31 de enero del año 2006 con una persona que aparece como vendedora, quien había fallecido en octubre de 2004, es decir, un año y cuatro meses antes de realizar dicha operación. ¿Es posible en Estados Unidos comprar o celebrar algún acto jurídico con los difuntos?. Contra la base por bolas no hay defensa, el misil de Narro terminó por descomponer la ya de por sí desgarbada y cuestionada figura del ex embajador estadunidense.

Al siguiente día de esta carta Hillary Clinton anuncia el retiro del embajador.

Es evidente que la relación entre el embajador y las instituciones mexicanas se había deteriorado al extremo por la difusión de los cables de Wikileaks y la operación Rápido y furioso, entre otras acciones. Por ello resultaba inexplicable que en medio de un contexto nacional tan desfavorable, Pascual haya enviado una carta con ese tono y en ese momento. Una relación binacional a la vez tan profunda y delicada, demanda una gran sensibilidad y sobre todo respeto a las instituciones de la contraparte.

Al mismo tiempo es inexplicable que el gobernador de Baja California no haya advertido el momento en que, haciendo alarde de la felicitación, mandó difundir en todos los medios del estado una supuesta felicitación de un personaje que estaba confrontado con las propias autoridades federales emanadas de su partido, a los cuales incluso les cambió el color azul por el de grises. Ojalá que con esta experiencia modifique su actitud frente al conflicto con Sempra Energy que, para salvarse, no dudara llevarse entre las patas al que sea necesario, con tal de no verse afectado en sus intereses. Entre más pase el tiempo, la cuota de desgaste la pagará el PAN y el gobierno federal, lo cual es lo que menos le interesa a los directivos de Sempra, que así como han contratado a Lozano Gracia (quizá su experiencia con los asuntos de ultratumba de la paca Zetina), también han contratado los servicios del despacho del priísta Fernando Lerdo de Tejada y han nombrado como parte de sus directivos a los ínclitos Luis Téllez y Carlos Ruiz Sacristán, prohombres del zedillismo.

Por ello creo que la misiva del ex embajador Pascual defendiendo a Sempra no fue su última carta sino su epitafio diplomático en nuestro país


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