7/23/2013

Los periodistas pal café. . .


Los tiempos escogidos los definen: el PRI está listo para aprobar una reforma energética hoy mismo, si fuera posible; el PAN está adosado en términos bajacalifornianos a lo que determine Los Pinos; el PRD pretende que se apruebe una ley ciudadana que incluya un referendo para inaugurarlo en septiembre y llevar el tema al congreso en octubre, y Andrés Manuel López Obrador convoca para una primera manifestación masiva de protesta el domingo 8 de septiembre.
En el fondo, PRI, PAN y PRD están buscando los momentos políticos más propicios para empujar el proyecto energético compartido (aunque jueguen a hablar de él en términos presuntamente condicionales), amarrados como están a las fases del proceso legislativo que en sesiones ordinarias comenzará en septiembre próximo pero deseosos de encontrar algún atajo que les permita dar por aprobado el texto controversial antes de que empiecen las protestas encabezadas por Morena.
Por lo pronto, el habilidoso Emilio Gamboa ha hecho saber que ya hay una vía procesal acordada: Enrique Peña Nieto enviará en agosto la propuesta de Reforma Energética que están afinando el vicepresidente Luis Videgaray y el secretario de energía, Pedro Joaquín Coldwell. El destinatario aún es impreciso: podría ser la comisión permanente del Congreso de la Unión o el propio Senado en un periodo extraordinario de sesiones. Todo en el mismo agosto, con la rapidez necesaria para que apenas abriendo el periodo ordinario de las dos cámaras, el primero de septiembre próximo, se puedan agilizar los trámites y se apruebe al vapor la reforma antes de que se multiplique el hervor de los opositores.
Una lectura rápida de esa decisión de elegir al Senado como cámara de origen para la propuesta peñista de reforma energética pasa necesariamente por los problemas internos de la bancada del PAN, dominada por los calderonistas, con Ernesto Cordero como jefe, aunque el cargo formal le haya sido arrebatado por Gustavo Madero para que lo ejerciera Jorge Luis Preciado, un personaje aún más gris que el mencionado Cordero. El problema no radica en la consecución de los votos senatoriales del partido de blanco y azul (que anunciadamente están ya a favor), sino con quién habrá de realizarse la negociación y a qué costo. Al gusmaderismo ya se le pagó con Baja California, pero los calderonistas pretenden llegar a otros convenios que les den oxígeno.
Si Los Pinos resuelve con tino ese punto crudamente práctico de arreglarse bien con los dos grupos panistas, la propuesta de reforma pasará sin problemas en el Senado, donde el PRD de Miguel Barbosa hace como que se entretiene con lo de la Ley de Participación Ciudadana, el referendo y la discusión hasta octubre, pero con el dedo listo para votar junto al PRI y el PAN en cuanto sea necesario. Del Senado pasaría a San Lázaro, donde Manlio Fabio Beltrones tiene un control tan eficaz que sin problemas sería aprobado el texto. Y, por cuanto al congreso federal, colorín colorado (faltando luego solamente las aprobaciones de trámite en los congresos estatales de las modificaciones constitucionales que se hubieran hecho).
Por ello es que, preparando los ánimos para la imposición de premuras legislativas, el presidente de la mesa directiva de la cámara de diputados, el priísta Francisco Arroyo, ha hecho saber que, a su juicio, hoy mismo podría ser votada la propuesta de reforma energética si las condiciones procesales lo permitieran. El legislador guanajuatense también ofreció una probadita del debate por venir en San Lázaro: Si vamos a legislar con dogmas, no vamos a llegar a ningún lado; si vamos a legislar con dogmas, vamos a ponernos, ¿qué les diré? nopales en las espaldas, o nos vamos a autolacerar, y de eso no se trata. Aprovechó Arroyo el viaje para amagar al Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la propia cámara de diputados, pues luego de sondeos telefónicos ese centro informó que 55 por ciento dijo considerar que la inversión extranjera en materia petrolera es una agresión a la soberanía nacional. Arroyo advirtió que verá “por qué andan tan acomedidos, se me hace que el estudio de opinión está inopinado; vamos a revisar cuál fue la metodología, porque andan muy ‘sácalepunta’ estos del centro de estudios”.
AMLO prepara, en tanto, su retorno al Zócalo capitalino que ha servido como indicador de su fuerza política. Lleva largos años convertido en el único político con verdadera capacidad de convocatoria masiva, pero ahora agrega a esa circunstancia el hecho de que es el único que está confrontando al entretejido de intereses variopintos que tiene a Peña Nieto-Salinas como guías y al Pacto por México como instrumento. Esa oposición en solitario ha sido particularmente enjundiosa en el tema de los energéticos, de tal manera que es natural que esté a la cabeza de un movimiento de resistencia al que los pactistas pretenden eludir mediante el manejo de tiempos procesales legislativos que madruguen” a la primera convocatoria del tabasqueño a la protesta, que será, como se apuntó líneas arriba, el 8 de septiembre en el Zócalo capitalino.
Astillas
Es tramposa la pretensión de distanciar políticamente a Margarita Zavala de su impugnado esposo, Felipe Calderón. Tiene carrera propia, dicen algunos promotores del reciclamiento de quien coquetea con la posibilidad de buscar la presidencia del comité nacional panista (como un primer paso para la construcción de su candidatura presidencial). Felipe y Margarita han sido beneficiados largamente del mismo esquema de asignación de postulaciones a cargos de elección popular por las élites panistas, comparten el esquema de ayuda selecta a familiares montados en nóminas públicas o partidistas y jamás han tenido diferencias o deslindes respecto a políticas practicadas por uno de ellos (ni siquiera en la peor de las aplicadas por Calderón, la de la masacre nacional a cuenta del narcotráfico). Felipe dio a Margarita un foro sexenal privilegiado y ahora Margarita busca abrir camino al retorno político del mismo Felipe. No hay carrera propia, sino carreras compartidas... ¡Hasta mañana!
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Tanto ruido en los medios ha llevado el tema de la privatización de Pemex inclusive a las reuniones familiares. Es una paradoja: hay exceso de declaraciones pero escasez de información bien fundamentada. En los últimos días dos partidos políticos –el PRD y el PAN– presentaron sendos proyectos de reforma. Falta el del PRI. Deberán discutirse en la próxima temporada legislativa. Hay cinco mitos que debemos tener en cuenta:
¿De veras no hay capital?
1. Dice el presidente Peña Nieto que el país no tiene dinero para modernizar a Pemex, por eso necesita inversión privada. Eso no corresponde a la realidad. El ahorro nacional registra niveles máximos. Las afores disponen de 2 billones de pesos y las reservas internacionales que maneja el Banco de México oscilan en 162 mil millones de dólares.
¿Bajaría la gasolina?
2. Según el PAN, con la reforma bajará el precio de los combustibles. Falso. Los precios de la gasolina, el gas y el diesel los determina el mercado internacional. Eso es lo que el panismo dijo durante los 12 años de la docena trágica. Los gasolinazos mensuales continuarían porque hay un acuerdo de la Cámara de Diputados de mantenerlos por tres años.
¿Y el desempleo?
3. De acuerdo con algunos organismos privados, se resolvería en buena parte el problema del desempleo. Falso. Cuando mucho se abrirían 100 mil puestos y el país necesita 800 mil cada año.
IP sí, pero con límites
4. Es indispensable abrir las puertas a la inversión privada. Cierto. De hecho ya están abiertas, pero hay que respetar los límites que marca la Constitución.
¿Y la corrupción?
5. La reforma acabará con la corrupción en Pemex y su sindicato. Tan falso como creer que la luna es de queso.
Turbulencias
Los problemas en la Bolsa Mexicana de Valores parece que no tienen fin y comienzan a causar preocupación en la secretaría de Hacienda y en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Cierto, la Bolsa es una empresa privada pero su desempeño tiene repercusiones en la esfera pública. Ahora se trata de la renuncia en masa de 12 operadores de su filial SIF ICAP para irse con GFI, la competencia. Este fue el comentario escrito del presidente de la Bolsa, Luis Téllez: ‘Consideramos que la convocatoria hostil de GFI (empresa recientemente vinculada a Rodolfo Sánchez-Arriola) dirigida a convencer a brókers consolidados y en entrenamiento preparados por SIF ICAP, de abandonar sin previo aviso a los clientes que atendían en nuestras mesas, solamente confirma que la preparación y dedicación que inculcamos en nuestro personal es reconocida por nuestros competidores, algunos de los cuales buscan hacerse de un lugar en el mercado a cualquier precio’. Las palabras de Téllez provocaron algunos comentarios irónicos. Suele suceder que cuando el personal se va con tu competidor es porque lo trataste mal, o no entendiste sus necesidades y, finalmente, no supiste retenerlo. No es buen negocio perder capital humano. ¿O alguien imagina a Telcel preparando gente para que luego se la lleven Telefónica o Nextel?
Pactolandia
¿Cuántos patrones se necesitan para crear 200 mil empleos?. Empleos con prestaciones, por supuesto. El secretario de Trabajo, Alfonso Navarrete Prida presentó ayer el Programa para la Formalización del Empleo 2013. Su meta es incorporar cuando menos a 200 mil de los 26 millones de personas que se encuentran en ese esquema. Como algunas de las ideas que se han venido presentando en pactolandia en que se ha convertido el país, la idea es excelente, también modesta pero alcanzable. Sólo que debería pensarse primero en tener patrones. La cifra más reciente del IMSS es que sólo hay 840 mil 510. Y por si no lo saben, es un récord. Nunca ha llegado a tener México un millón de patrones, y se necesitarán para el nuevo programa.



Es pregunta ociosa, pero ¿por qué el gobierno siempre intenta resolver los problemas y corregir sus espeluznantes derivaciones sociales cuando la situación alcanza niveles verdaderamente explosivos? ¿Por qué la autoridad nunca es preventiva y, siempre de forma por demás tardía, pretende arreglar el entuerto una vez que la mecha es milimétricamente corta? Es práctica añeja que se registra en todas las actividades, en todos los sectores de la vida nacional, y milagrosamente la bomba no le ha estallado en la cara.
Lo mismo se da con la voluminosa deuda de los estados que con el hambre que recorre la República y su cruzada; con la educación (una década torturando a los niños con Enlace) y la inseguridad (incluyendo ex presidentes mariguaneros); con el (raquítico) crecimiento económico y el desempleo galopante y, en fin, con todo lo que se quede en el tintero que a lo largo de tres décadas hizo crecer y crecer una bomba social que, de seguir las cosas como van, no tarda en reventar.
Valga lo anterior para presentar en sociedad el más reciente programa gubernamental, una cruzada más, pero ahora en contra de la informalidad en el ámbito laboral o, si se prefiere, a favor de la formalización del empleo. Y esta campaña se anuncia con bombo y platillo justo en el límite, cuando el problema no sólo es explosivo, sino de complicadísima resolución, pues tres de cada cinco mexicanos en edad y condición de trabajar se ocupa en la informalidad y, como siempre, en la construcción de esta bomba de tiempo nadie acepta paternidad alguna, a pesar que de mucho tiempo atrás el monstruo y su creciente tamaño era por todos conocido y por la mayoría laboral padecido.
¿Dónde quedaron los gobiernos anteriores al de Peña Nieto, más los estatales, que lejos de intentar resolver el problema lo estimularon? ¿Dónde el Congreso y los partidos políticos que nada hicieron para impedir la permanente violación constitucional en materia laboral? ¿Dónde los empresarios que del outsourcing, el pago de salarios de hambre, la permanente reducción de prestaciones, y la evasión de su responsabilidad legal y social (IMSS incluido) hicieron su principal herramienta para incrementar sus ganancias, con la connivencia de las supuestas autoridades laborales?
El tamaño de la informalidad en el país sólo se reconoció de forma oficial con el cambio de gobierno (el que llegó después del presidente del empleo), cuando el Inegi –que la conocía a detalle desde siempre– cambió la metodología para medir el tamaño de aquella y divulgó que 60 por ciento de los mexicanos ocupados sobrevivían fuera del sector formal de la economía. Pero hoy los mismos que la alimentaron se dicen sorprendidos por la dimensión del entuerto y prometen portarse muy bien (de palabra, claro está) para que la República se formalice (laboralmente hablando).
Así, con el monstruo a sus espaldas, y la clase política a su diestra y siniestra, el presidente Enrique Peña Nieto encabezó un bonito acto en el que anunció su Programa para la formalización del empleo 2013, con el fin de que las empresas se apliquen y otorguen empleos dignos que cumplan con la ley y otorguen seguridad social, salarios dignos y prestaciones de ley. Así de fácil, y así de rápido los empleadores del país aceptaron sin chistar y aplaudieron a rabiar, porque saben que es parte de la escenografía.
Pero al monstruo no se le combate con bombos y platillos, aplausos y floridos discursos, sino con hechos, en el entendido de que no pocos de los responsables del tamaño del problema y de la mecha cada día más corta se congregaron ayer en Los Pinos para suscribir el compromiso de formalizar el empleo. Pero, de entrada, sin crecimiento económico no hay empleo formal, y sin el primero el segundo no existe, ergo, el nuevo programa es fácilmente desechable y quedará en el aire, como tantos otros, en la medida de que el país se mantenga en el hoyo, producto del mismo modelo, de idénticas recetas y de los políticos y empresarios de siempre.
Treinta millones de mexicanos, más sus respectivas familias, sobreviven hoy en la informalidad y bien valen un programa especial, pero si el gobierno y su mancuerna, los empresarios, no lo hacen bien o simplemente no lo cumplen, como es tradición, entonces mañana serán 40 millones o más, si es que el país resiste.
El citado número de mexicanos en la condición descrita no creció de la noche a la mañana, aunque algunos gobiernos destacaron por su creatividad, como en los de Fox-Calderón. Pero, oficialmente, nadie se dio cuenta del problema hasta que el Inegi –que ya sabía de qué se trataba, pero nunca se animó a reconocerlo en público, hasta que cambió el inquilino de Los Pinos y se legalizó el outsourcing– informó que, ¡sorpresa!, 60 por ciento de los mexicanos ocupados carecía de protección legal y que las empresas alegre y permanentemente violaban la Constitución.
Entonces, si los gobiernos hubieran actuado de forma preventiva, y de forma legal el Congreso junto con los empresarios, el nivel de bienestar de los mexicanos sería muy superior al de ahora, al tiempo que el país estaría atento a otro tipo de escenarios, menos el de una bomba de tiempo de escasísima mecha que, tardíamente como siempre, ahora intentarán desactivar por medio de un programa de formalización, muchos de los que simple y sencillamente la activaron.
En fin, como parte del citado programa desde Los Pinos se recuerda que el artículo 123 constitucional establece que toda persona debe tener acceso al trabajo digno y socialmente útil. Actualmente 59 por ciento de la población ocupada labora en condición de informalidad, es decir, no cuentan con el amparo del marco legal o con seguridad social. Todos los mexicanos merecen la oportunidad de tener un trabajo formal, con los derechos que éste conlleva. La informalidad afecta al trabajador y su familia. La informalidad nos afecta a todos como sociedad: vulnera los derechos de las personas y limita el verdadero potencial económico de México.
Y Peña Nieto concretamente dijo que para la sociedad, la informalidad es una salida falsa, es cierto; libera presiones de empleo en el muy corto plazo, pero genera enormes pasivos sociales con el tiempo, y para revertir esta situación es indispensable que el Estado rediseñe sus políticas a partir de una premisa fundamental: crear más empleos formales y más productivos. Bien, pero hubiera sido más fácil y productivo, económica y socialmente, cumplir con lo que ordena la Constitución.
Las rebanadas del pastel
Pues nada, que los mexicanos no quieren que les modernicen la industria petrolera (aún) nacional, porque la inversión foránea sería un ataque a la soberanía (La Jornada, Enrique Méndez). Así o más claro.
Twitter: @cafevega



En la calle Mission en San Francisco se encuentra, entre numerosos negocios de cocina mexicana, la panadería Kings; en sus vitrinas hay galletas con grageas de colores, polvorones, bisquets y rebanadas, entre otros panes de dulce. Al preguntar por las conchas, la dependienta aclara que esta panadería es de chinos (lo que bien se puede deducir por el nombre). El pan mexicano se vende cerca de ahí. Se trata de la famosa panadería Domínguez, conocida desde hace muchos años en el rumbo. De acuerdo con un amable chicano, ahí venden the best pastries spanish style.
El pan de sal tiene también su presencia, pues de telera son las tortas de La torta sabrosa, que se anuncian como hechas a la plancha. Entreverados con estos locales, hay fruterías y verdule-rías rebosantes de productos frescos: jitomates, papas, cebolla amarilla y blanca, diversas variedades de camote, sin que falten distintas clases de chiles y, entre las frutas, papaya.
El barrio Mission es famoso por los murales que en distintas esquinas muestran las tendencias y preocupaciones de los jóvenes del lugar. Entre sus personajes destacan Pancho Villa, Zapata, Sandino y Martin Luther King; los motivos prehispánicos son recurrentes. Una obra más elaborada, se localiza en el Bank of America.
Ahí, un grupo de artistas coordinados por Jesús Campusano, con Luis Cortázar como asistente, dedicaron un mural a David Alfaro Siqueiros en 1974. Se mezclan las culturas del barrio, en especial la china y la latinoamericana; un indígena andino toca la flauta tradicional. En el centro puede leerse en inglés: Nuestro sudor y nuestra sangre cayeron en esta tierra para hacer ricos a otros hombres.



El 16 de julio de 2013 murió a los 80 años David Celestinos Isaacs, pintor muralista, cineasta, creador y gran promotor de la música y la fiesta de huapango, quien perdió la batalla, después de varias semanas de enfrentar con singular estoicismo a la muerte.
No sé si fue la noticia misma o la obra de algún chaneque que el propio David soltó, pero anoche tuve un sueño. Debo decir que en el momento en que esto escribo, me encuentro en medio de un concierto de chicharras, grillos y sapos, quienes hacen un trabajo ensordecedor en medio de una lluvia pertinaz, de esas que en los parajes de la huasteca suelen darse de manera cotidiana en estas épocas de verano. 
Soñé que asistía a un gran huapango organizado por mucha gente, como debe ser; una verdadera fiesta comunitaria, se sentía en el ambiente... Había una gran convocatoria, a juzgar por todos lo que ahí estaban; vi a las tamaleras que vendían cuiches, cuitomes y atoles de masa y de piña; desde luego, estaban las zacahuileras. Había otras señoras que ofrecían pemoles y también de esas galletas de maíz y piloncillo conocidas como alfajor o ponteduro.


 

El subsecretario de Telecomu­nicaciones de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), José Ignacio Peralta, dijo ayer que las empresas nacionales y extranjeras no se han comprometido a invertir en el sector, a pesar de la reforma legal en materia de telecomunicaciones recientemente realizada. Según el funcionario, el gobierno federal espera que la iniciativa privada invierta 626 mil 305 millones de pesos durante el sexenio en curso, en tanto que la Federación destinará otros 73 mil 853 millones. Peralta atribuyó la escasez de inversiones privadas al hecho de que no está lista la legislación secundaria y a que aún está por fundarse el Instituto Federal de Telecomunicaciones, una de las instancias que habrán de intervenir en la licitación del espectro destinado a dos nuevas cadenas de televisión abierta. Asimismo, la banda de 2.5 Ghz no ha podido ser licitada porque se encuentra en curso el proceso legal iniciado luego de que la pasada administración, encabezada por Felipe Calderón, despojó de las concesiones en esa frecuencia a la empresa MVS.

De Poniatowska sobre Carrington en Chiapas
Entre las páginas 429 y 438, en el capítulo 50 “Na’ Bolom” de la novela Leonora, está ampliamente documentado el viaje y la estancia de Carrington a San Cristóbal, Chiapas. Leonora, además de hospedarse en “Na’ Bolom”, casa de Gertrudis Duby (Frans Blom ya no vivía), se ganó la simpatía de los chiapanecos por andar en bicicleta por todo San Cristóbal. Visitó asimismo el zoológico de Tuxtla Gutiérrez e hizo muchos bocetos de animales. También retrató a los tzotziles y a campesinos con sus impermeables de hojas de palma. El mural se lo encargó Ignacio Bernal, a quien Leonora le hizo un bellísimo retrato junto con su esposa Sofía, en un palco de teatro, cuadro que pertenece a la familia Bernal. Con Ignacio y Sofía Bernal hizo varias excursiones a sitios arqueológicos porque siempre le fascinó el mundo fabuloso de los antiguos mexicanos. También leyó La rama dorada de Frazer.

Foto
La presidenta Dilma Rousseff recibió al papa Francisco en el aeropuerto Foto Xinhua
Bernardo Barranco V.

Estaba en la programación del Papa anterior, que el nuevo cumple, visitar Brasil. Es parte, claramente, de un plan del Vaticano para intentar recuperar el terreno perdido en las recientes décadas en el continente considerado el más católico del mundo.

En los meses recientes hemos visto una gran movilización magisterial en contra de la mal llamada reforma educativa que modifica, de manera vertical y antidemocrática, los artículos 3º y 73 constitucionales para promover la evaluación universal de los maestros con el aparente propósito de mejorar la educación nacional. Esta reforma no propone medidas propiamente pedagógicas o educativas, sino que se centra en una serie de criterios para calificar a los docentes, con lo cual su efecto es más de control laboral que educativo. Sus consecuencias para la educación nacional son graves por lo que es necesario analizarlas.

Un intenso debate sacude el mundo de la cultura en México. La remoción de Sergio Raúl Arroyo como director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el nombramiento de María Teresa Franco al frente del organismo ha provocado polémicas y denuncias. Lo que está en juego no es un asunto de filias y fobias hacia funcionarios públicos, sino de la defensa del patrimonio histórico.

Una expresión mexicanísima muy relacionada con el nivel medio educativo general (no sólo escolar) de nuestra población. No hacemos el esfuerzo porque las cosas queden bien hechas, o bien terminadas, o terminadas en el sentido de completas. Refleja una indolencia lamentable, pero difícil saber en qué medida hacemos las cosas así, o qué proporción de la población se conduce de este modo. Más difícil saber por qué somos así.

El municipio de Tepoztlán ocupa una zona boscosa protegida muy importante y relativamente conservada –el Parque Nacional El Tepozteco y el corredor biológico Ajusco-Chichinautzin– dentro de un estado muy castigado por dinámicas de urbanización creciente. La zona es estratégica por su captación de aguas para los valles de Cuernavaca y Cuautla. La zona desde hace varios años es objeto de presiones de empresas y autoridades de Cuernavaca, Jiutepec y Yautepec interesadas en usar sus suelos para la expansión urbana, lo cual ha llegado al extremo de provocar asesinatos de dirigentes comunitarios como Miguel Ángel García, de la comunidad de Santa Catarina.

El pasado domingo se publicó un artículo excepcional en la revista Nature Genetics que revela aspectos hasta ese momento desconocidos del cromosoma X. Lo que hace especial a este trabajo, es que aparentemente se dirige a responder a una pregunta muy específica, pero en el trayecto se encuentra con datos, cuya importancia es tal, que obligan a replantearse la importancia biológica y médica de este cromosoma.

Este pintor, profesor de teoría del arte en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), presentó el año pasado en el ex museo del Arzobispado una nutrida retrospectiva que se caracterizó, diríase, por su honestidad: entregó su trayectoria artística a través de una selección marcando los momentos básicos de su quehacer, sin parar mientes ni en las respuestas críticas de colegas y especialistas ni en las posibles ventas de sus obras. Quienes observamos la muestra, antes que nada la consideramos legitimada.

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