En las versiones electrónicas de los diarios de Guatemala
muchísimas personas -fundamentalmente varones- dejan comentarios
misóginos justificando o negando la enorme cantidad de feminicidios que
existen en ese país. Las ideas de que “algo habrá hecho” y que “ella se
lo buscó” expresan en forma de violencia mediática la enorme violencia
simbólica de la sociedad guatemalteca que de esta forma sostiene y
reproduce otras formas de violencia más evidentes como las agresiones
físicas y los feminicidios. En lo que va del año, en ese país de
Centroamérica fueron asesinadas 364 mujeres por razones violentas, y
desde el 2000 al 2013: 7000.
Por Alba Trejo, desde Guatemala
COMUNICAR IGUALDAD/SEMlac- Comentarios misóginos que se difunden en diversos medios de comunicación perpetúan la violencia machista en Guatemala, donde son asesinadas dos mujeres al día. “Solo
asómense por cualquier colonia y verán a las patojas (adolescentes)
risa y risa con cualquier tipejo conductor de mototaxi, ayudante de bus
o simplemente vago de esquina“. ”¿Feminicidio? No. Simplemente
la autoestima de las mujeres está tan mal, que ahora ya no se conforman
con casarse con el primer ayudante de albañil, ahora también roban,
matan, extorsionan, secuestran y, por eso, las matan“.
Así se expresan los hombres guatemaltecos al comentar alguna noticia relacionada con la muerte violenta de mujeres,
difundida por los diarios en sus versiones electrónicas. En los
espacios que estos medios ceden para las opiniones de sus lectores se
mide la carga de machismo que prevalece en el país. “Esas
expresiones suben de tono según el tipo de muerte y van impregnadas de
una dosis de señalamientos misóginos que le pararían el cabello a
cualquiera”, señala Amalia Mazariegos, directora de la oficina de
atención legal gratuita a víctimas de violencia contra la mujer del
Instituto de la Defensa Pública Penal. Los señalamientos son más severos si se trata de mujeres adolescentes, destaca Amalia. “Era pandillerita”, “eso les pasa porque salen con cualquier vago que se les pone enfrente“, “ellas se lo buscan por andar coqueteando“ son algunas de las opiniones vertidas por los varones en las publicaciones del día.
En Guatemala, del total de las mujeres que mueren de forma violenta, cada vez resulta más frecuente que los ataques sean a jóvenes. En el primer semestre de 2013 fueron 50 las adolescentes asesinadas. La mayoría de ellas son niñas entre los 15 y 16 años que fueron golpeadas y, posteriormente, ultimadas con arma de fuego, arma blanca, o estranguladas. Les siguen las más pequeñas, entre 8 y 13 años de edad. ”No
podemos juzgar la muerte violenta de una mujer por su edad, pero los
hombres que lo hacen qué van a saber de eso, si son violentadores
también”, expresó a SEMlac Teresa Benítez, jefe de la Oficina de Atención a la Víctima de la Policía Nacional Civil.
A los anteriores comentarios aparecidos en las páginas web de los
medios electrónicos se añaden otros más punzantes, como el de este
ejemplo: ”Feminicidio tiene más que ver con presiones
internacionales que otra cosa, los que vivimos en este país, aunque
reconocemos que muchas pobres mujeres son víctimas inocentes de la
brutalidad de los antisociales y machistas enfermos, también es
evidente que muchas mujeres muertas pertenecen a la misma escoria que
las mató“.
Sin
embargo, lo que resulta evidente es que en este país, donde 51 por
ciento de sus 14 millones de habitantes son mujeres, es contra ellas
que la violencia tiene niveles desproporcionados. Tanto así, que una
sola subestación de policía recibió, en el primer trimestre de 2013, al
menos 350 denuncias por violencia contra la mujer en todas sus formas: sexual, física, económica y sicológica. Ello indica que 3,8 mujeres visitaron a diario ese lugar
porque se atrevieron a denunciar el abuso, pero quienes no logran
hacerlo se convierten en un número invisible de las estadísticas de
feminicidio.
En el primer semestre de 2013, el Instituto Nacional de Ciencias
Forenses contabilizó 364 muertes de mujeres de forma violenta, de las
cuales 59 perdieron la vida dentro de sus propios hogares, 26 fueron
lanzadas a un barranco o sitio baldío, y el resto recibieron descargas
de armas en las calles y avenidas del país. Del total, 211 fueron con
arma de fuego.
El Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible indica que en esta nación centroamericana existe, al menos, un millón de armas ilegales en manos de la ciudadanía. Por su parte, el Ministerio de Seguridad apunta que ocho de cada 10 homicidios se producen por heridas de bala y, de ellos, entre cuatro y 22 pueden vincularse a una misma arma, generalmente ilegal.
En un matutino que publicó una noticia ya común en este país sobre
la muerte de una mujer, asesinada en su vehículo frente a sus hijos, un
lector comentó: “Nadie
se parquea a recoger a sus hijos del colegio y sale rociado de balas
solo porque sí, lo malo de todo esto es que a veces se va gente inocente“, agregó en referencia a los niños. Dina
Ochoa, jueza del Tribunal Especializado contra el Femicidio y Violencia
contra la Mujer, dice no asombrarse y agrega que los hombres jamás van
a entender que la
violencia contra la mujer llega al feminicidio porque es tanto el odio
y el sentido de pertenencia que ninguno de ellos acepta que ellas los
dejen.
Cuando los lectores ven una noticia cuyo titular conlleva la palabra feminicidio, se generan comentarios machistas: “Pensarán que somos una sociedad misógina, lo cual no es cierto”,
expresó uno de los guatemaltecos que emitió su comentario en el medio
de mayor circulación nacional en su versión digital. Otro señaló: “Lean las noticias de las últimas semanas y verán cuántas mujeres son capturadas en hechos delictivos, y por estar en actos reñidos contra la ley aparecen muertas, muchas veces por ajuste de cuentas; no todo asesinato de mujer es por ser misóginos”. De
este corte son la mayor parte de los comentarios que se expresan en la
sección de comentarios de los distintos medios electrónicos,
fundamentalmente por hombres.
Norma Cruz, que lidera la Organización No Gubernamental Fundación
Sobrevivientes, no da crédito a esos comentarios y afirma a SEMlac que
a la sociedad le falta mucho para sensibilizarse porque aún justifica un asesinato diciendo que “en algo andaba metida y por eso la mataron“. Tales
comentarios también molestan a Hilda Morales, procuradora adjunta para
los Derechos de la Mujer de la Procuraduría de los Derechos Humanos, y
los califica de ‘machismo exacerbado‘ que solo refleja las
históricas relaciones desiguales de poder que existen entre hombres y
mujeres. Iván Yerovi, oficial del Fondo de Naciones Unidas para la
Infancia, se refirió al tema y dijo a SEMlac que las verdaderas causas de la muerte violenta de niñas y adolescentes mujeres en el país están aún pendientes de esclarecer. ”Debemos ir a las raíces del problema, si
se debe a la violencia intrafamiliar, a la pobreza que las arroja a la
calle, a la falta de atención de los padres que las obliga a buscar una
pareja o simplemente se les asesina para atemorizar a la población“, comenta.
De 2000 a 2013 en este país fueron asesinadas cerca de 7.000 guatemaltecas, algunas de ellas descuartizadas, desmembradas, violentadas sexualmente y estranguladas.
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