10/08/2014

Explicación paranoica sobre el conflicto del POLI

Samuel Schmidt
En México es convencional pensar que hay alguna conspiración que mueve los hilos de los sucesos políticos. A final de cuentas, siempre es conveniente enterarse sobre quién es el ganador y quién el perdedor, para saber si acercarse o alejarse, o aunque sea, si se corren riesgos. Por ejemplo, el día de la toma de protesta de Peña se desató un motín muy violento, encapuchados lanzaron bombas, detuvieron a muchos y se creo un clima que obligó al PRD a asimilar el golpe, porque aunque la represión llegó del gobierno federal, la cosa se movió para que fuera la administración local la que cargara con el muerto.
Grupos de maestros se estacionaron meses en el Distrito Federal, aunque el conflicto era en parte oaxaqueño y en parte, supuestamente, contra las reformas de Peña, el manejo de la ocupación, obligó al jefe de gobierno a absorber el costo político por tener una parte de la ciudad desarticulada.
La pregunta obvia es quién controla a los grupos que impunemente agreden a los ciudadanos. 
Históricamente los políticos han controlado a los grupos de choque conocidos como porros, los usaban para desestabilizar escuelas, someter estudiantes e intimidar comunidades, y cuándo la gente protestaba los políticos llegaban a rescatarla. En Oaxaca se dice que funcionarios del PRI han "apoyado" a los sectores radicales del magisterio, que han creado una gran zozobra en este estado y que son los que desquiciaron al DF por meses.
La pregunta ahora es quién controla a los grupos anarquistas. La duda me surge porque hubo un comportamiento anómalo con las marchas del politécnico.
En contra de lo que ha venido sucediendo, donde los anarquistas se infiltran en las marchas para provocar, hacer desmanes, lanzar bombas, agredir a la policía, con los politécnicos no sucedió nada. ¿Por qué no hubo desmanes en las marchas? ¿Acaso al gobierno no le convenía seguir mostrando que los estudiantes son un grupo peligroso?
Pero para no quitar el dedo del renglón, mientras que los estudiantes politécnicos protestaban ante la secretaría de gobernación, un grupo anarquista lanzaba dos bombas molotov a una estación de guardias en la UNAM que está a más de 10 km de gobernación. ¿Para qué? ¿Se trataba de tratar de incendiar la UNAM, o simplemente recordar que hay grupos anarquistas que siguen al acecho? 
Cuándo el secretario de gobernación bajó de su fortaleza, para en mangas de camisa reunirse con los estudiantes, había un templete en la calle. ¿Quién pago el templete? Porque tampoco estamos para creer que una marcha tenía planeado hacer un mitin con templete, equipo de sonido y perfecta organización que le garantizaba la seguridad al secretario. Los estudiantes no son vándalos, pero una marcha estudiantil tampoco mueve recursos de ese tipo. De hecho los estudiantes se quejan por la escasez de comida en los planteles que están resguardando.
En un país acostumbrado a funcionarios distantes, que un funcionario salga a la calle, sin el despliegue de un gran aparato de seguridad parece una gracia concedida por los dioses. ¿Acaso hay gato encerrado?
Mientras Mancera/PRD han pagado el costo del desorden y los desmanes, Osorio/Peña cobran la recompensa del orden, su esperanza es que la ciudad los recompense el año entrante en las elecciones para darle una dentellada al espacio que el PRD controla casi sin contrincante. 
Sobre esto se desató la polémica. ¿Debían de aplaudirle a Osorio por hacer su trabajo? ¿Había que reconocerle que saliera a escuchar a los estudiantes? De inmediato se reveló que había decidido, igual que Peña, ignorar a las madres de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, y en torno a los eventos de Iguala, el gobierno primero determinó que era un problema del gobierno local. Porque ahí saldrá perdiendo el PRD, por lo pronto expulsaron del partido al alcalde de Iguala.
Durante mucho tiempo se ha rumorado que la mano que mueve a los manifestantes está en la secretaría de gobernación, justo en un hombre muy cercano a Peña; así que si es correcta la tesis de que es gobernación quién está detrás, comprobamos que se repite el modelo de propiciar conflictos sociales para resolverlos. Que mejor que usar a los estudiantes para demostrar tolerancia, sensibilidad, respuesta rápida y predisposición al diálogo, pero no a todos los estudiantes. En Iguala esta la otra sombra, ¿por qué los estudiantes fueron a Iguala si Chilpancingo les queda a un lado?, ¿por qué hay una saña salvaje contra los estudiantes?, ¿por qué el secretario de Gobernación no fue de inmediato a atender una emergencia que ya recorre los noticieros en el mundo?
Pero como en todo hay perdedores, en el caso del Poli, Calderón sale golpeado porque sale una de las últimas funcionarias que le quedan colocadas.
¿Cuál es la mano que mece la cuna?

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