10/09/2014

Los periodistas pal café . .




El engomado cabello de Enrique Peña Nieto sufrió ayer un atentado tumultuario cuando mujeres emocionadas por su presencia se tomaron fotografías con él en un marco de notable soltura (¡México, país de libertades!) e incluso llegaron a despeinarlo sin que el desarreglado mexiquense atinara a reordenar con pulcritud el casi arquitectónico entramado capilar.
Día de marchas y protestas en México y el mundo a causa de la barbarie (no sólo en Iguala) permitida y prohijada por políticos de diversos partidos y niveles de gobierno, mientras Peña Nieto se daba en Monterrey propagandísticos baños de pueblo despeinador y en el extremo de las audacias críticas (luego de las disculpas del PRD a los igualtecos y los guerrerenses todo político puede recurrir a lucidoras cabriolas retóricas) aceptaba que, oh, en algunas partes del territorio nacional ha advertido ‘‘señales de debilidad institucional’’ que, desde luego, él y su aplicadísimo gobierno habrán de resolver y convertir en fortalezas, ‘‘con una voluntad férrea, decidida y cabal’’ (a la que nadie habrá de despeinar, supone esta columna sin peluca).
José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch para ‘‘las Américas’’, hizo ayer mismo una valiosa contribución para que el antedicho Peña Nieto llegue a ser más preciso respecto a esas zonas donde hay señales de debilidad institucional. Al informar que a nombre de HRW había enviado una carta al secretario Osorio Chong y al procurador Murillo Karam en la que califica de insuficientes y contradictorios los esfuerzos de la administración mexicana en los casos Tlatlaya y Ayotzinapa, Vivanco geolocalizó (véase cómo el tecleador se moderniza cual GPS con astillas) un punto fundamental en el mapa de las mencionadas debilidades, los pinos bien peinados donde dosificaron por cálculos políticos la respuesta, que debía ser inmediata, a la tragedia vivida en un municipio de Guerrero: ‘‘¿Saben dónde queda Iguala?, a menos de 200 kilómetros de la capital de México, a tres horas en carro, del Distrito Federal. No hay excusa, éste no es un sitio remoto que queda en la selva, distante, de difícil acceso… parece que al gobierno de Peña Nieto le preocupa más su imagen que resolver la situación de los estudiantes secuestrados y probablemente salvar la vida de muchos de ellos’’. El representante de HRW (‘‘No conozco de un hecho similar al que estamos lamentando en Iguala. Creo que tenemos que remontarnos lamentablemente a Tlatelolco’’) también dijo que el Ejército Mexicano está descalificado para ir de cascos azules a la ONU, pues ‘‘no tiene la cultura de los derechos humanos y no cuenta con un récord que pueda servir’’.
En ese récord militar está inscrito el nombre del general Hermenegildo Cuenca Díaz, quien nació en la capital del país en 1902 y murió en Tijuana, Baja California, en mayo de 1977, cuando hacía campaña como candidato priísta a gobernador de esa entidad. Cuenca Díaz había sido senador por el PRI durante la administración de Gustavo Díaz Ordaz y fue secretario de la Defensa Nacional a lo largo del sexenio de Luis Echeverría, sombrío lapso éste durante el cual militares y policías combatieron con formas que fueron calificadas de guerra sucia los brotes de rebelión armada contra el sistema en zonas rurales y urbanas. La cruenta represión contra guerrillas, movimientos sociales y opositores cívicos es una de las páginas más negras de la etapa del México ‘‘moderno’’. En el intento de maximato de Luis Echeverría, éste maniobró para dejar al general Cuenca como candidato priísta a gobernador de Baja California, escamoteándole al heredero presidencial designado, José López Portillo, la facultad extraoficial de nombrar a ese abanderado, conforme a los usos y tradiciones del calendario político priísta. Pero Cuenca murió de un ataque al miocardio a un mes y medio de las elecciones que le designarían gobernador, siendo sustituido por el lopezportillista Roberto de la Madrid Romandía. Priístas inconformes con la postulación de Cuenca lo habían acusado, con Abel Castro Bojórquez al frente, de constituir ‘‘una imposición arbitraria’’ y de haber recibido ‘‘40 millones de pesos de la mafia’’ de la entidad, según un texto de Juan Veledíaz en El Universal (http://bit.ly/1sh8zWB ) ./
Pues bien, a la mencionada Sedena, a cargo del general Salvador Cienfuegos, le pareció que ayer era el momento adecuado para exaltar la memoria y la obra de Cuenca Díaz. Es decir, la obra institucional que realizó cuando fue el responsable directo de las fuerzas armadas mexicanas, entre otros ejemplos, el proyecto de construcción del edificio del Heroico Colegio Militar en Tlalpan.
El orador único en la ceremonia, según reportó Alfredo Méndez en el portal de La Jornada, fue el general de brigada Andre Georges Foullon van Lissum, quien aseguró que el legado del general Cuenca es un ejemplo para todos los militares. Luego planteó un párrafo que admite interpretaciones varias: ‘‘El general Cuenca Díaz en su momento histórico supo enfrentar decisivamente y con éxito los retos que le fueron requeridos. Nos corresponde encarar los desafíos que nos depara el siglo XXI, sumándonos con ahínco y pasión a la transformación que vive México bajo el liderazgo de nuestro comandante supremo, Enrique Peña Nieto’’.
Un momento muy relevante parecía ser, a la vespertina hora de cerrar esta columna, la multiplicación de ánimos de protesta a lo largo del país, y en algunos puntos del extranjero, a causa de la masacre de Iguala, los macabros juegos de cálculos políticos y electorales entre autoridades federales, estatales y municipales, y de partidos y dirigentes de varios colores, y la urgencia de puntualizar responsabilidad, castigar a los culpables y evitar que la nación se siga hundiendo en la barbarie. Justicia para Ayotzinapa, fue el reclamo central inmediato, pero los mexicanos en general demandan justicia, paz y esperanza, no demagogia, simulación, represión y falta de patriotismo. Caminemos. ¡Hasta mañana, con la esposa de Felipe Calderón, Margarita Zavala, ‘‘explorando’’ la posibilidad de buscar la presidencia del PAN, para ‘‘reconstruirlo’’!
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Oceanografía –la empresa proveedora de servicios petroleros involucrada en un fraude a Banamex– será adquirida por Grupo Alemán, la compañía controladora de la aerolínea Interjet, presidida por Miguel Alemán Magnani. Oceanografía fue una de las consentidas de Pemex en tiempos panistas, favorecida por los hijos de Marta Sahagún, los hermanos Bribiesca, y luego por el calderonismo. Al cambio de gobierno, ya con el priísta Emilio Lozoya en Pemex, fue inhabilitada porque descubrieron algunas irregularidades en su contratos. El asunto brincó a Banamex y Oceanografía no pudo seguir obteniendo recursos –usaba líneas de factoraje. Una revisión de sus operaciones dentro del banco mostró que había cometido un fraude por más de 400 millones de dólares, pues utilizaba facturas falsas para obtener los préstamos. El número uno de Oceanografía era Amado Yáñez. Se presentó por propia voluntad en la PGR –en medio del escándalo. El asunto tomó tintes de tragicomedia cuando fue arraigado en su residencia de ¡Acapulco!
Tiempo de priístas
El gobierno federal se hizo cargo de las operaciones de Oceanografía por conducto del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE). Ahora trasciende que pasará a manos de una familia de sobresalientes priístas: el Grupo Alemán. Miguel Alemán Magnani, de 48 años, es nieto del ex presidente de la República Miguel Alemán Valdés e hijo del ex senador y ex gobernador de Veracruz Miguel Alemán Velasco, quien también ocupó una vicepresidencia de Televisa antes de ser gobernador. Vendió su participación accionaria en Televisa para fondear la entonces naciente empresa Interjet, la cual comenzó a operar en 2005.
Cuatificación
En México ha sido relativamente cómodo solventar entre cuates lo del quebranto sufrido por Banamex. Sin embargo, en Estados Unidos no ha hecho gracia a los accionistas de Citibank. Se han presentado reclamaciones judiciales. Una de ellas, la del fondo de pensiones de los Bomberos de Oklahoma, coincidió con la salida del director general de Banamex, Javier Arrigunaga Gómez del Campo (Sip, es primo de Margarita, y fue el primer presidente del Fobaproa cuando el panismo apoyó el salvamento de los bancos tras la crisis del zedillismo). Otro mexicano importante en el organigrama de Citigroup, Manuel Medina Mora, sufrió la humillación de que le rebajaran sus ingresos, pero sigue aferrado a la chamba. Arrigunaga era, al mismo tiempo, presidente de la Asociación de Bancos de México, y tuvo que dimitir. Ayer el presidente del consejo de BBVA Bancomer, Luis Robles Miaja, fue propuesto para que concluya su periodo en marzo de 2015. Robles Miaja es abogado, ocupa actualmente la vicepresidencia de la ABM y ha sido parte del Grupo Financiero BBVA México desde hace más de dos décadas. Es presidente del comité jurídico del Consejo Coordinador Empresarial. De acuerdo con un comunicado de la ABM, el nombramiento se llevará a cabo el próximo 15 de octubre. ¿Entonces, ya quedó cerrado el expediente Oceanografía-Banamex? Eso quisieran algunos. ¿No es ese el sentido de la cuatificación? Sin embargo, el caso continúa ventilándose en tribunales de Estados Unidos. Inclusive en México, faltan cabezas por rodar.
Alianza GM y Cimab
El cáncer de mama es una de las principales causas de muerte entre mujeres en nuestro país, cada año cobra 5 mil 600 vidas. Octubre fue declarado por la Organización Mundial de la Salud el mes de la lucha contra este mal. En ese marco, General Motors, por quinto año consecutivo, refrendó una alianza entre su marca Chevrolet y la Fundación Cimab, asociación mexicana contra el cáncer de mama. Los cuatro complejos ubicados en Ramos Arizpe, Toluca, Silao y San Luis Potosí serán iluminados de rosa durante octubre. Además hará un donativo en especie de un vehículo Chevrolet Spark, que será entregado por Cimab en la próxima edición de la carrera Huellas –creada para recaudar fondos para la causa–, y un donativo en efectivo por el valor de dos vehículos del mismo modelo (unos 224 mil pesos).



¿Qué fue de aquel compromiso de campaña electoral, firmado ante notario público, que haría realidad lo que el calderonato descaradamente incumplió? Pues terminó donde suelen depositarse todas las ofertas de los candidatos a un cargo de elección popular, es decir, en el bote de la basura.
El 20 de mayo de 2012, en la plaza de toros de Pachuca, el abanderado priísta Enrique Peña Nieto ofreció a los hidalguenses dos cosas concretas: construir la refinería Bicentenario, en Tula, y un aeropuerto en Tizayuca, obras que sólo han sido promesas que nosotros haremos realidad, según dijo.
Pues bien, 29 meses después de aquel compromiso torero, y a casi dos años de haberse instalado en Los Pinos, el gobierno peñanietista anuncia que si los mexicanos (con los hidalguenses a la cabeza) saben contar, pues que no cuenten con la refinería Bicentenario en Tula (ni en ninguna otra parte) por la simple y sencilla razón de que no se construirá (tampoco el nuevo aeropuerto en Tizayuca, porque se hará en Texcoco).
Y lo anterior no es una ocurrencia, como dijo el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, sino que no habrá nueva refinería porque es lo que más conviene al país y a Petróleos Mexicanos, o lo que es lo mismo, exactamente lo contrario de lo anunciado allá por los tiempos de la campaña electoral.
En noviembre de 2013 este mismo personaje anunció que la construcción de la refinería Bicentenario estará supeditada a la aprobación de la reforma energética, que fue aprobada por el Congreso, y en lugar de ponerle fecha al primer ladrillo Pedro Joaquín Coldwell anunció, el pasado 6 de octubre, que aquel compromiso del candidato Peña Nieto en la plaza de toros de Pachuca y la respectiva firma ante notario público no trascendieron el discurso, como en tantas otras ocasiones.
Las vueltas que da la vida: en septiembre de 2009 el entonces gobernador de Hidalgo, Miguel Ángel Osorio Chong, reclamaba airadamente porque su administración (léase los hidalguenses) se endeudó con mil 500 millones de pesos para adquirir las 700 hectáreas de terreno en las que se construiría la Bicentenario y así cumplir con los requerimientos de Pemex, para que al final de cuentas –en ese entonces– la obra presentara un desesperante retraso y los prometidos empleos por tal acción se mantuvieran brillando por su ausencia.
Hoy, Osorio Chong es el secretario de Gobernación de Enrique Peña Nieto, quien, por medio del titular de Energía, anuncia formalmente que no se construirá la Bicentenario, que no se concretará la multimillonaria inversión prometida a los hidalguenses y que éstos se quedarán sin los empleos que generaría tan magna obra (alrededor de 50 mil, entre directos e indirectos) y sin la multimillonaria derrama económica asociada a la refinería.
Y ahora el inquilino de Bucareli está obligado a defender la decisión de EPN, aunque sea contraria a los hidalguenses. Pero finalmente no hay de qué preocuparse, pues Pedro Joaquín Coldwell ya dijo brillantemente que a los citados terrenos adquiridos se les puede dar un uso distinto al original, con todo y sus mil 500 millones de pesos de deuda adicional, los cuales, obviamente, pagarán los que se quedaron sin refinería y sin empleos. A cambio, mayor importación de petrolíferos.
El origen de este vodevil se remonta a los tiempos de Felipe Calderón, quien el 18 de marzo de 2008 anunció que dada la creciente importación de petrolíferos he girado instrucciones a la Secretaría de Energía y al director general de Pemex para que, sin dilación, inicien los estudios y analicen la factibilidad técnica, financiera y logística que nos permita construir una nueva refinería en el territorio nacional. Esta es una buena manera de celebrar el 70 aniversario de la expropiación petrolera.
En el recuento, Felipe Calderón anunció en cinco ocasiones distintas (en todas ellas como si se trata de una novedad) la construcción de la Bicentenario. Si ese nefasto personaje hubiera cumplido, por estas fechas México estaría a punto de inaugurar la primera refinería en 35 años y la importación de petrolíferos se hubiera reducido en aproximadamente 300 mil barriles diarios. Además, no pocos mexicanos contarían con empleo formal y el depauperado estado de Hidalgo contaría con un nuevo pulmón económico para su desarrollo.
Por aquellos ayeres, la entonces secretaria de Energía, Georgina Kessel, aseguró que no hay retrasos ni está en duda la construcción de la refinería Bicentenario, y sólo se registraban algunos ajustes en el calendario. El también por esos tiempos director general de Pemex, Jesús Reyes Heroles junior, decía lo mismo y negaba cualquier posibilidad de que el proyecto abortara.
Aún más, la señora Kessel advirtió que para satisfacer la creciente demanda interna de petrolíferos, México requerirá construir una nueva refinería cada tres o cuatro años, durante las próximas dos décadas, además de concluir la reconfiguración de las refinerías existentes. Importamos cuatro de cada diez litros de la gasolina que consumimos, y de no hacer nada en el crecimiento de la demanda, muy pronto la mitad de nuestro consumo de gasolina será cubierta con importación. Bajo este esquema estamos trasladando empleos, inversiones e impuestos al extranjero en vez de generarlos en México; no hemos aprovechado que la industria de la refinación mundial se ha mantenido en la parte alta del ciclo, con rendimientos superiores a 20 por ciento.
Ambos personajes fueron expulsados del gabinetazo calderonista, y a estas alturas (como tantos otros ex funcionarios) afanosamente trabajan para las trasnacionales energéticas que están más que puestas para clavar los colmillos al petróleo otrora mexicano, mientras los ajustes de calendario no fueron otra cosa que la cancelación definitiva de la Bicentenario.
Calderón incumplió descaradamente en la refinería Bicentenario, pero llegó el chapulín tricolor y prometió enmendar el tiradero dejado por su antecesor que sólo prometía obras que nosotros haremos realidad. Y, como se documenta, EPN cumplió a cabalidad.






Al menos 19 personas murieron ayer durante enfrentamientos entre manifestantes kurdos y elementos de la policía de Turquía en diversas ciudades de ese país, particularmente en las regiones del este y el sureste, pero también en Estambul y Ankara.

Llaman a defender el normalismo rural y la educación pública
Dos fechas trágicas: 2 de octubre 1968 y 26 de septiembre de 2014. Hoy, como ayer, un baño de sangre se cierne sobre nuestro país. Aunque nunca se fue, el fantasma de las desapariciones forzadas de jóvenes vuelve a cabalgar dramáticamente en Guerrero.

Tlatlaya e Iguala, junto con Sonora, son tres versiones trágicas de la incompetencia de gobernantes priístas, perredistas y panistas. ¿Incompetencia? Me quedo corto. Se trata de crímenes inocultables del poder contra la población o segmentos de ésta.

La matanza de Iguala es un acto de barbarie que dista de haberse explicado. Podemos calificarlo por sus terribles consecuencias; inferir las causas más profundas que lo originan en el orden desigual e injusto que prevalece en Guerrero y señalar las notorias responsabilidades atribuibles a autoridades de todos los niveles, presas de la corrupción o amparadas por la impunidad como garantía de su dominio. Pero aún ignoramos lo más elemental: el móvil de los asesinos, el hilo que nos permitirá saber no sólo qué pasó sino por qué pasó. Precisamos conocer cómo la decisión (política) de reprimir a los estudiantes disparando contra ellos balas reales se convierte en el infierno letal de las desapariciones, ese ritual innombrable de muerte y odio que pretende negar a las víctimas incluso el derecho a serlo.

Tomar conciencia, como decimos, significa muchas cosas. Pero para traducirse en compromiso social tiene que derivar en una reconfiguración del Estado que, para ser nacional, tiene que ser también Estado social. Sólo así se puede aspirar a que además sea un Estado democrático constitucional.

... Ese sínodo planetario de la economía y las finanzas, se inició formalmente ayer, como ocurre cada bienio, en la sede del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. Dos semanas después de que los líderes políticos se congregaron en Nueva York, para dejar nueva constancia de su desoladora incapacidad para frenar de manera efectiva el calentamiento global, los representantes de los dueños del dinero –ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales– lo hacen en Washington para, con toda probabilidad, pronosticar, una vez más, una salida efectiva de la gran recesión, iniciada hace seis años. Lo han venido haciendo de manera regular desde el inicio del decenio para, cada año, verse desmentidos por la terca realidad. Recuérdense las cifras: para 2011, cuando se hablaba de los primeros brotes de la recuperación, el FMI predijo un crecimiento global de 4.4 por ciento, que, con las cifras reales, cerró en 3.9 por ciento; para 2012, a pesar de que se aceptaba el carácter titubeante de la recuperación, se pronosticó un crecimiento de 4.5 por ciento, que en los hechos se redujo a sólo 3.5 por ciento; para 2013, cuando se mencionaron nuevas expectativas, la estimación se situó en 3.9 por ciento, para concluir más adelante en 3.4 por ciento de crecimiento real; para 2014, cuando se anunció que, por fin, la economía mundial doblaría la esquina de la crisis, la previsión inicial de 4.1 por ciento ha sido reducida, en la actualización de otoño, a sólo 3.3 por ciento y, por sobre las incertidumbres políticas y económicas prevalecientes, se plantea una estimación de crecimiento global de 3.8 por ciento para 2015. Así, las asambleas anuales del fondo y el banco se han vuelto el momento de registrar la decepción ante la recesión que no cesa –como se diría con una alteración mínima del titulo de Miguel Hernández– y de alimentar las expectativas de un tiempo mejor, situado siempre en un futuro que se escapa.

La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil (26 de octubre) se perfila como una dura batalla política; con los datos disponibles hoy, sería irresponsable dar por segura la victoria de uno de los dos contrincantes.

Cuando el gobierno de la ciudad de México decidió cerrar 11 estaciones de la línea 12 del Metro por la presencia de desgastes ondulatorios provocados por la incompatibilidad entre la vía y los trenes, informó que el costo total de las reparaciones sería de 496 millones de pesos. En ese momento el GDF se comprometió a reabrir la línea completa en seis meses, los que se cumplieron el 11 de septiembre pasado. Poco antes había aumentado la tarifa argumentando que los ingresos adicionales servirían para expandir la red y ofrecer un servicio de calidad.
Llegué al aeropuerto de Florencia el 15 de septiembre para tomar el vuelo de AF hacia París. Me enteré allí de la huelga de pilotos y de la imposibilidad de viajar ese día. Acabé con mis maletas en un hotel cualquiera, para salir de madrugada al día siguiente.

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