El
jefe del Gobierno capitalino y el rector de la UNAM deben explicar con
claridad y precisión lo que está sucediendo en Ciudad Universitaria y
sus alrededores, donde se han producido extrañas incursiones a mano
armada, con saldo de un estudiante herido, vigilancia exterior excesiva
y una serie de actos de autoridad que parecieran provocaciones ante una
comunidad que es fundamental en la movilización y denuncia de la
masacre de Iguala y a la que pareciera que se le pretende frenar y
amedrentar en el contexto de la protesta nacional creciente.
Miguel Ángel Mancera debe informar qué busca en ese campus (¿jefes
del crimen organizado, células guerrilleras, delincuentes comunes,
incendiarios infiltrados, líderes y grupos estudiantiles volcados en el
activismo?), pues de otra manera su conducta parecería estar nuevamente
puesta al servicio de las maquinaciones del gobierno federal, que está
en proceso de dar por terminada su temporada dialogante y pasar al
ejercicio de lo que considera el ‘‘uso legítimo de la fuerza del
Estado’’.
Miguel Ángel Mancera será recordado como el jefe de Gobierno de una
ciudad mayoritariamente progresista en la que hubo golpes y detenciones
contra ciudadanos sin mayor culpa que ser partícipes o testigos de
protestas públicas. Dedicado a un ejercicio somero de la autoridad, más
dispuesto a los placeres de la farándula política que a la fatiga del
ejercicio puntilloso de la responsabilidad, Mancera ha dejado manos
libres al secretario de Gobierno, Héctor Serrano, y ahora, con los
problemas de salud que le llevaron al quirófano y a terapia intensiva,
los hilos del poder chilango han sido cedidos al vaivén de las
circunstancias políticas, entre ellas las correspondientes a las
necesidades del peñismo que pretende acallar, aislar o aplastar la
disidencia universitaria capitalina, la del Instituto Politécnico
Nacional, desde luego, pero especialmente la de la Universidad Nacional
Autónoma de México, donde hay un rechazo abierto de los grupos más
politizados a la gestión de José Narro y su camarilla política, quien
al igual que Mancera ha puesto sus haberes políticos al servicio del
gobierno federal (el más reciente pago político a ese grupo ha sido la
designación en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos del ex
abogado general de la UNAM, Luis Raúl González Pérez (quien consolidó,
como último fiscal de la serie, la tesis del ‘‘asesino solitario’’ en
el caso Colosio).
Cierto es que el Fabulador General de la República, Jesús Murillo
Karam, ha ido dando lustre a la cultivada tradición peñista de
presentar al respetable público desconcertantes libretos con
desarrollos y desenlaces totalmente increíbles, ajenos a toda lógica,
enemigos del sentido común, desde el prodigio literario mexiquense, no
hidalguense, de la niña Paulette y el colchón asesino, pasando por el
montaje murillista de los siderales gases acumulados que habrían hecho
explosión en uno de los edificios centrales de oficinas de Pemex, hasta
llegar a la marquesina actual con la confirmación de que oficialmente
aún no se confirma si los 43 están vivos, muertos o desaparecidos.
Cierto, pues, que hay una vocación fabuladora irrefrenable en las
élites políticas hoy en jaque pero, ¿todo lo que se ha visto en estos
días en CU, ha sido sólo por un teléfono celular robado?
Ha
de decirse con todas sus letras que nunca antes un teléfono móvil, o
celular, había sido buscado con tan especial ahínco y tanta
coordinación entre autoridades de la ciudad de México y de la UNAM, y
tampoco una búsqueda de ese tipo había desembocado en acciones
policiacas tan desproporcionadas y provocadoras como las desplegadas en
estos días en pleno campus puma y sus alrededores.
Acoso abierto a la máxima casa de estudios del país, siempre en la
mira de los gobiernos impopulares, en el contexto de los preparativos
peñistas para la imposición de la mano dura. Ejercicios de fuerza para
ir cercando al ‘‘enemigo’’ juvenil, con el mariscal de campo, Miguel
Ángel Mancera, aportando los contingentes policiacos (a fin de cuentas,
todo se ‘‘arregla’’ con el formulismo de alguna ‘‘disculpa’’
protocolaria) y el rector universitario, José Narro Robles, emitiendo
‘‘posicionamientos’’ ligeros, tibios, permisivos a fin de cuentas.
En el PRD se libra una guerra por cargos y posiciones. A Carlos Navarrete le están cobrando las maniobras y engaños con que Los Chuchos lograron
imponer a otro de los suyos al hilo. Controladores indudables de la
estructura decisoria del sol azteca, los dirigentes de Nueva Izquierda
(NI) decidieron valerse de su mayoría aritmética para instalar al
guanajuatense Navarrete, haciendo alianza no con las tendencias o
corrientes más notables y ruidosas (las encabezadas por René Bejarano,
Marcelo Ebrard y Cuauhtémoc Cárdenas), sino con Alternativa Democrática
Nacional (ADN), dirigida por el mexiquense Héctor Bautista, quien quedó
como secretario general del comité perredista en lugar de Dolores
Padierna.
Ahora, en la coyuntura de los sucesos de Iguala, esas mismas corrientes apabulladas por Los Chuchos
y sus aliados de ADN se levantan en contra de la presidencia del
maltrecho Navarrete, quien quedó tocado políticamente apenas había
tomado posesión del cargo, pues no pudo desmarcarse a tiempo y de
manera convincente de los factores quemantes apellidados Abarca y
Aguirre.
Navarrete no ha podido tomar posesión política de su condición
directiva, inmerso en la crisis guerrerense, y ahora, en un lance sin
firmeza, con tufo a marrullería simplona, ha transferido al consejo
nacional la solicitud de Cárdenas de que deje la presidencia
partidista. En ese consejo, NI y ADN tienen la misma mayoría numérica
que aplastó a los opositores hoy reanimados e impuso a Navarrete. A fin
de cuentas, jaloneos internos, lucha por cargos y futuras candidaturas,
bajo la apariencia noble de la defensa de los principios y el
diagnóstico crítico, en un partido declinante, acaso agónico.
Y, mientras Ferguson, Misuri y EU en general reaccionan ante el
fallo de un jurado respecto del agente que asesinó al joven
afroestadunidense Michael Brown, el pasado 9 de agosto, lo que provocó
el peor motín racial desde 1991, cuando fue muerto Rodney King, ¡hasta
mañana!
¿Cuánto
vas a recibir de aguinaldo este año? ¿O ya te lo anticiparon? Hay de
aguinaldos a aguinaldos. Conviene que conozcas la gratificación que
recibirán algunos de los altos mandos del país. Ver gráfica.
El Buen Fin
El temor de la gente a que venga una crisis económica y
a que se recrudezca la violencia, así como la escasez de dinero,
alejaron a los consumidores de las promociones de El Buen Fin en su
cuarta edición. A reserva de los datos que reporte la Asociación
Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, la opinión de
los gerentes de establecimientos de toda la República es en el sentido
de que las ventas estuvieron lentas. En el norte del país la gente prefiere esperar el Black Friday –28 de noviembre– y cruzar la frontera en busca de especiales.
Por otro lado, la reforma sacó dinero de sus bolsillos: ahora pagan 16
por ciento de IVA, antes 11 por ciento. Los bloqueos de maestros
obligaron a Walmart a cerrar 16 tiendas en Oaxaca y una en Guerrero,
según Antonio Ocaranza, director de Comunicación Corporativa de la
compañía. Acapulco es una tragedia: la ocupación hotelera muy baja y
los negocios cerrando y huyendo de la violencia.
El mal fin del PRD
¿Que en estos días los chuchos no deberían
estar organizando la consulta nacional contra la reforma energética?
Aunque firmaron el Pacto por México que la incluyó, luego quisieron
lavarse la cara diciendo que la echarían abajo mediante un referendo.
Ya lo olvidaron. Están trenzados en una lucha por conservar el botín,
los importantes recursos que reciben del INE y de los gobiernos
perredistas. En retrospectiva, puede verse que lo más cuajado que ha
hecho Enrique Peña Nieto ha sido destruir al PRD. La ambición y la
falta de escrúpulos de la chuchada la llevaron a morder el
anzuelo. ¿Soñaron con que formarían un gobierno de cohabitación con el
PRI y el PAN? Cuauhtémoc Cárdenas ha emplazado a Carlos Navarrete y su
comité a que renuncien. No aceptaron. Contestaron con la inocentada de
que lo resuelva el Consejo, cuando sabido es que el Consejo está
dominado por la propia chuchada.
Barbarie
Se va a necesitar más que una campaña de publicidad y
relaciones públicas para quitar la mancha sobre el nombre de México
tras los acontecimientos recientes. Felipe Calderón hizo un video que
pasó por televisión practicando natación submarina. Parecía charal, es
muy chaparrito, pero no consiguió que los países que alertan a sus
ciudadanos para que no vengan a México levantaran la advertencia. La
diputada costarricense Patricia Mora, del partido Frente Amplio, pidió
a sus compañeros en la sesión de la Asamblea Legislativa del pasado 11
de noviembre levantar la voz ante la barbarie que se vive en México.
Socióloga de profesión, Mora es fundadora de su partido y profesora en
la Universidad de Costa Rica. Estas fueron sus palabras: “Hablar de
México es realmente un acto doloroso. Creo que la realidad mexicana,
reconocida por los mismos científicos sociales mexicanos, no puede ser
entendida ni explicada bajo nuestras coordenadas. En México se vive la
barbarie. Por eso hoy en el periódico La Nación (de Costa
Rica), en las páginas internacionales, vemos bajar al presidente de
México del brazo de su señora, la actriz de telenovelas, bajan de un
avión en Pekín. No les molesta a los gobernantes mexicanos las 43
familias que han perdido a sus hijos. Son jóvenes morenos, pobres y que
además han cometido el delito de creer que otro mundo es posible”. Y
agrega:
Creo que nosotros, parlamentarios costarricenses, haciendo honor a una historia democrática de nuestro país, debemos levantar la voz ante la barbarie que ese país vecino vive. Al finalizar, fue aprobada por unanimidad una moción para guardar un minuto de silencio por los 43 normalistas de Ayotzinapa.
@Vox Populi
En
el rincón de los olvidos parece haber quedado la presumible decisión
que se tomaría en torno a la necesidad de aumentar sustancialmente el
salario mínimo mexicano y desligarlo (acabar con el pretexto, pues) de
multas, tarifas, cuotas y conexos. Se acaba el año a lo largo del cual
debatieron tirios y troyanos, y es el momento en que a escaso mes y
medio de que concluya 2014 no hay un pronunciamiento concreto.
Lo anterior equivale a silenciosa notificación de que en el ámbito
de la comisión nacional de los salarios miserables, la Conasami, el
gobierno federal, la cúpula empresarial y los autodenominados
líderes obrerosde nueva cuenta
pactaránun
aumentomás que simbólico para 2015.
Se agota el tiempo, pues, y no hay una decisión que beneficie a
millones de trabajadores, quienes a lo largo de las últimas tres
décadas, y contando, han perdido entre 75 y 80 por ciento del poder
adquisitivo de su ingreso.
Como bien apunta el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento (IDIC),
la fijación de salarios mínimos debería constituir un elemento de toda política establecida para eliminar la pobreza y para asegurar la satisfacción de las necesidades de todos los trabajadores y de sus familias.
Sin embargo, el gobierno mexicano ha utilizado el salario
como mecanismo para controlar la inflación y no como elemento para generar bienestar económico y social. A lo largo de los gobiernos neoliberales, los genios de la conducción económica del país han presumido las reducidas tasas de inflación como
producto directo de una sanapolítica macroeconómica, cuando en los hechos la inflación de un dígito es producto de la miseria, vía ingreso, de la población.
El IDIC advierte que cerca de 60 por ciento de la población ocupada en el país lo hace en la informalidad, de tal forma que
queda fuera de la aplicación del marco institucional; el círculo vicioso lo genera una economía que no crece y que no genera riqueza, aún para los emprendedores. De acuerdo con el Inegi, 6.5 millones de personas no recibieron remuneración por su ocupación durante el primer trimestre del año. De estos, el total de trabajadores remunerados o subordinados, que cuando mucho ganaron un salario mínimo, fue de 2.9 millones. La diferencia, 3.6 millones de personas, fueron trabajadores por cuenta propia o auto empleados, es decir quienes realizaron alguna actividad productiva por la cual no alcanzaron a ganar más de un salario mínimo, pero que no necesariamente dependieron de un patrón.
Hay que considerar tres elementos para comenzar a resolver el
problema, dice el IDIC: llevar a la formalidad a todas las empresas y
negocios, así como al empleo que generan para garantizar que las
políticas públicas no generen mayor inequidad; garantizar el
cumplimiento del marco laboral vigente y evitar el uso de los
incrementos salariales como mecanismo de control inflacionario.
La organización empresarial del aparato productivo mexicano limita
la capacidad de generar un incremento sustancial en la productividad,
el crecimiento económico del país y la distribución de la riqueza. Las
cifras del Inegi son contundentes, México tiene un sector laboral
mayoritariamente informal.
Para 2012, casi 60 por ciento de la población ocupada se encontró vinculada con la economía informal y produjo 26 por ciento del PIB nacional, una muestra de su baja productividad. En el México Informal existe una economía que en muchos casos es de subsistencia, que no paga impuestos y donde la productividad es muy baja.
Además,
la evidencia estadística es clara, pues las unidades económicas con más de mil empleados generan casi 43 por ciento de la producción bruta, a pesar de constituir solamente 0.03 por ciento del total. Pagan 33.9 por ciento de las remuneraciones totales empleando solamente 13.3 por ciento del personal total. Es claro que su capacidad de otorgar buenas remuneraciones a sus empleados es superior.
Cuando el análisis se realiza respecto a las unidades económicas que
emplean hasta dos personas (micro negocios) lo que se documenta es el
lado inverso de la historia: representan casi 65 por ciento del total,
emplean a 17.6 por ciento del personal total, pero solamente concentran
1.4 por ciento de las remuneraciones, lo cual les deja un promedio de
ingreso que no alcanza para salir de la pobreza.
Esto se explica porque se ejecuta una actividad en la informalidad donde muchos de los empleados en realidad son personas que pertenecen a la familia y que laboran sin recibir ingreso económico por ello: las unidades económicas de hasta dos empleados concentran 51 por ciento de las personas que trabajan, pero no reciben ninguna remuneración.
En Ometepec, comenta la señora Elsa Zapata,
somos muy tamaleros. Y cómo no va a ser, si son tan sabrosos. Hay los que llaman
de carne cruda; llevan este nombre porque la carne de cerdo o de res se pone cruda en la masa en trozos pequeños bañada con una salsa picosita de jitomate. Así la carne se cuece al vapor. Otros son los tamales nejos; éstos se envuelven con la hoja de un arbusto llamado nejo que crece en lugares húmedos; sirven de acompañamiento de la comida a modo de tortillas.
Los hay de mole, de elote o rellenos de frijol y de calabaza cocida
con panela, que son tradicionales para ofrenda, al igual que el dulce
de papaya verde. La fruta se pone en agua con cal toda la noche; luego
se lava y se hace en miel de piloncillo y canela.
Amor
y restos humanos. En 1999, en una provincia al norte de China, un
policía se retira del servicio luego de que su investigación sobre el
asesinato del empleado de una lavandería fracasa lamentablemente. El
caso estremecía por sus detalles siniestros: el cuerpo de la víctima
había sido destazado y sus restos tirados en vagones de transporte de
carbón y repartidos por diversas regiones de la comarca. Cuando el
enigma está a punto de resolverse, una balacera sepulta las evidencias
disponibles. A partir de ese fracaso, Zhang Zili (Liao Fan), el
investigador judicial frustrado, naufraga en el alcohol y acepta un
oscuro puesto en un servicio de seguridad.
El
presidente colombiano, Juan Manuel Santos, decidió ayer la suspensión
de las pláticas de paz que su gobierno mantiene desde hace más de dos
años con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) debido
a la captura, por parte de esa organización guerrillera, del brigadier
general Rubén Darío Alzate y de una abogada, el pasado domingo en
Chocó, y de dos soldados que fueron hechos prisioneros en combate una
semana antes en Arauca.
Rechazan violación a la autonomía universitaria
Quienes suscribimos el
presente documento, miembros de la comunidad de la Universidad Autónoma
de la Ciudad de México (UACM), rechazamos la violación de la autonomía
universitaria de la UNAM por parte de fuerzas de seguridad locales y
federales el pasado 15 de noviembre.
El
pasado jueves 13 de noviembre, el alto comisionado para los Derechos
Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, Zeid Raad al Husein,
calificó de profundamente perturbador el caso de los 43 normalistas de
Ayotzinapa desaparecidos desde los pasados 26 y 27 de septiembre.
El coronel Juan Antonio Aranda Torres,
comandante del 27 batallón de Iguala, es un militar formado en fuerzas
especiales, inteligencia y contrainteligencia. Sin embargo, la noche
del 26 de septiembre no tuvo noticias de que, a escasos metros de sus
cuarteles, policías dispararon contra estudiantes normalistas. Tampoco
tuvo conocimiento de que soldados bajo su mando amenazaron a los
jóvenes.
Lo que pasa es que nosotros nos enteramos al último, dijo.
El
pasado 15 de noviembre culminó el capítulo México del Tribunal
Permanente de los Pueblos con la emisión de la sentencia en su
audiencia final. Durante tres años se celebraron 10 audiencias
temáticas y transtemáticas (producto, a su vez, de 40 preaudiencias),
la participación de cerca de mil organizaciones de diverso nivel
incluyó miles de personas, y los casos presentados colocaron en tela de
juicio la obligatoriedad de los tratados económico-comerciales y
mostraron la abierta violación de los derechos humanos y de los
pueblos. Este proceso que refleja la sentencia dio cuenta de que las
amenazas y agravios se refieren tanto a violación a los derechos de los
pueblos a una vida digna, a la relación con la naturaleza y la
destrucción ambiental, como a las condiciones de desigualdad,
precarización y pobreza que suponen un conjunto de condiciones de
deterioro de las condiciones de vida, así como las formas de violencia
directa contra las personas, las comunidades, defensores de derechos
humanos, las mujeres o periodistas. Asimismo, se anotó que México se ha
convertido en un país de frontera en la que miles de migrantes,
centroamericanos especialmente, son convertidos en mercancía,
extorsionados por redes de criminalidad o agentes del Estado. El
derecho, se indicó, ha perdido su papel protector y se convirtió en una
forma de desviación que expropia el poder a la población mexicana y lo
deposita en los acuerdos comerciales, la presión de trasnacionales o
los intereses de las elites económicas. Muy singular fue la reflexión
sobre la política exterior mexicana que se distinguió por mantener una
voz propia, con mucha frecuencia asociada a las opciones de mayor
progreso social y, sin embargo, la realidad interna del país aparece
cubierta, ninguna organización externa la tiene en su agenda. Tras una
detallada calificación jurídica de los crímenes de lesa humanidad y del
conjunto de derechos económicos, sociales, culturales y ambientales
violados sistemáticamente, las juezas y jueces del TPP ubicaron cuatro
agentes con responsabilidad: El Estado mexicano, las empresas
trasnacionales, los terceros estados de origen de las empresas y el
sistema de la ONU a través de instituciones como el FMI, el Banco
Mundial y la OMC. El TPP resolvió remitir el expediente, dictamen y
recomendaciones no solamente a las instituciones de gobierno, sino
también, para que actúen en consecuencia con sus competencias,
facultades y atribuciones, a las siguientes personas e instituciones:
fiscal de la Corte Penal Internacional, Consejo Económico y Social de
las Naciones Unidas, Organos convencionales de control de los convenios
internacionales de derechos humanos, Consejo de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas, Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Comisión y Corte
Interamericana de Derechos Humanos, presidente de la de la Suprema
Corte de Justicia, gobiernos de los estados miembros, Comisión y
Parlamento de la Unión Europea. También se anota entre las
recomendaciones a la sociedad civil internacional y nacional la
necesaria refundación de México, con una serie de elementos que son
ciertamente indicativos pues el tema demanda la más amplia discusión y
participación de todas las fuerzas sociales.
El
7 de noviembre escuché el informe del procurador Murillo Karam sobre la
desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl
Isidro Burgos de Ayotzinapa. Los 43 muchachos de quienes el procurador
nos dijo que están muertos. Dos días después publique en mi blog
colectivo una serie de preguntas sobre el informe en cuestión. Hoy, a
52 días de la desaparición y a 11 del informe, no hay nada nuevo del
lado del régimen, por lo que las preguntas siguen siendo vigentes. Las
replanteo: ¿dónde están?, ¿qué les hicieron?, ¿quién se los hizo?, ¿por
qué? En el informe de Murillo Karam no puedo encontrar respuestas, ni
un atisbo de verdad. Lo único que me queda son cientos de preguntas sin
respuesta. Trataré de darles orden:
No
hay razón para minimizar las tendencias autoritarias y represivas de
Enrique Peña Nieto ni su propensión a recurrir a la violencia, no como
recurso último del poder sino para ahorrarse (Durkheim lo llamaría
premoderno) la fatiga de gobernar mediante las leyes y la política. Las
demostró con creces en Atenco, las ratificó el 1º de diciembre de 2012
y las ha exhibido en los últimos dos años con encarcelamientos
injustificados de dirigentes y activistas y la preservación del margen
de impunidad en el que tienen lugar, desde la administración pasada,
los excesos y atropellos de las fuerzas del orden y las corporaciones
policiales y militares. Las atrocidades de septiembre en Iguala
llevaron al Ejecutivo federal a suavizar la represión. Tras la
violencia homicida desatada por policías regulares contra estudiantes
en esa ciudad guerrerense, los gobiernos estatales y el federal
perdieron margen para recurrir a acciones que pudieran hacerlos ver
similares, ante la mirada de México y el mundo, a la presidencia
municipal de José Luis Abarca. De súbito, el peñato trató de exhibirse
pacífico, tolerante y dialogante –el ejemplo más claro es el de las
exhibiciones de Miguel Ángel Osorio Chong ante el movimiento
estudiantil politécnico– y las autoridades se cohibieron para reprimir
frontalmente acciones como la destrucción de edificios públicos en
Guerrero y las tomas y bloqueos de carreteras; en ausencia de represión
masiva han recurrido a la provocación atomizada.
En
estos días se expresan dos formas distintas de reacción social ante la
desaparición de los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa. Una
de ellas constituye una forma de protesta espontánea que muestra el
gran descontento que existe en amplios sectores la sociedad mexicana.
De acuerdo con diversas hipótesis que he escuchado de personas muy
calificadas en estos temas, las movilizaciones expresan el hartazgo
social ante la violencia, la corrupción y la impunidad, que
desafortunadamente caracterizan desde hace muchos años a nuestro país.
El detonador ha sido el asesinato de seis personas, tres de ellas
jóvenes normalistas y la desaparición de sus 43 compañeros.
He procurado poner énfasis en la noción
otredad, que Octavio Paz utiliza con frecuencia en su intención tanto de explicar lo disímbolo en los parámetros de una misma cultura o al revés, la concordancia de culturas muy distanciadas temporalmente. Así, la falta de enfrentamiento con
otredadesmatiza las culturas mesoamericanas hasta el momento en que ocurrió la primera gran ruptura, con la conquista. Dos salas de la muestra ejemplificarían en cierto modo esa noción, ambas en el segundo piso de Bellas Artes, con el complemento que ofrecen los murales.
Mayo,
días del apogeo primaveral en París, cuando Jacques Bellefroid y yo nos
encontrábamos, año tras año, de manera casi ineluctable, con Octavio y
Marie José Paz, entre las calles de Seine, Jacques Callot y Jacob. La
conversación se disparaba a cuatro voces, con entusiasmo y, sobre todo,
con placer. Diálogos entrecruzados, ininterrumpidos a pesar del paso
del tiempo sin vernos. Como si nos hubiésemos telefoneado esa mañana y
hubiéramos platicado durante una larga noche en vela consecutiva a una
imaginaria e interminable charla del día anterior. ¿No decía Roland
Topor que con nadie se sigue, sin cesar, una conversación sino con
quien se habla todos los días?
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