Antonio Gershenson
La Jornada
En el artículo del
viernes 6, antier, mostramos que los funcionarios sí son culpables de
los aumentos de precios de la gasolina y otros productos, incluso de
primera necesidad. Lo que fue el final de este artículo y la importancia
de soluciones a ése y otros problemas trataremos de desarrollarlo
ahora.
Los diferentes sectores del Partido de la Revolución Democrática
(PRD) –en ocasiones secciones enteras de municipios o estados– han
expresado públicamente su desacuerdo con las alianzas de su dirección,
en nombre del partido completo, con Acción Nacional (PAN). No es todavía
público, pero es evidente que esto será así también, en su momento,
para la elección presidencial.
Es muy probable que sectores importantes del PRD no estén de acuerdo
en apoyar a un candidato presidencial que, evidentemente, sería del PAN,
el cual no sólo cuenta con más votos, sino que los tiene crecientes,
mientras el sol azteca tiene no sólo menos votos, sino que son
decrecientes, entre otras cosas por sus alianzas con el blanquiazul. Una explicación de esta conducta de la dirección del PRD es que les importan mucho las posiciones políticas, los huesos que obtendrían con esa alianza.
Si desde ahora se va trabajando hacia una gran alianza de izquierda
de organismos de dentro del PRD, pero que muy probablemente lo dejarían
para no ser
embarradoscomo
apoyadoresdel candidato presidencial del PAN, con agrupaciones de fuera del mismo, que coincidirían en la importancia de la unidad de la izquierda, así como de agrupaciones sindicales y organizaciones agrarias y populares, todos democráticos, el resultado puede ser muy importante.
Esta alianza de asociaciones de izquierda podría tratar –con
vistas a una actuación conjunta en la elección presidencial, pero
también, y esto es fundamental, con vistas a un programa y una
estrategia coordinados– con
Morena.
Este partido ha aumentado sus votos, pero no cuenta con el apoyo de
sectores amplios de la izquierda. Y también es necesario que esta
actuación conjunta entre estas asociaciones tenga un peso electoral
significativo, para que la relación con Morena sea más equitativa.
De ahí que sea necesario un proceso de discusión y negociación
políticas de estos últimos grupos para llegar a un programa común y a
candidaturas comunes. Habrá que mostrar, sobre la base de experiencias
principalmente regionales, que Morena solo no podría lograr mayoría
frente al PAN. Y que mientras más dividida sea la votación, más
posibilidades de ganar tendrá el blanquiazul.
Si este proceso de un bloque único de la izquierda progresa, un
sector creciente del PRD se unirá a ésta y no al PAN. Y crecerá también
la posibilidad de derrotar a este último.
Confío en que este artículo contribuya a las discusiones de las
organizaciones de izquierda y sociales democráticas. Y que nos
adelantemos un poco, pensando en la elección presidencial de 2018 y no
sólo en las estatales de este año.
No sólo está en juego el destino de las organizaciones mencionadas, sino el destino del país.
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