Durante los últimos años han sido sustraídos más de dos mil millones
de litros anuales de gasolina y, según el nuevo director de Pemex,
Octavio Romero, los autores del hurto no son personal ajeno a la
paraestatal.
Se trata del robo de la década: más de 200 mil millones de pesos en
sólo diez años. Habría funcionarios de confianza involucrados en la
maniobra, pero también personal adscrito al sindicato de trabajadores
petroleros.
Según el gobierno de Andrés Manuel López Obrador la estafa habría
estado ocurriendo detrás de una pantalla diseñada para distraer la
atención. La ordeña de hidrocarburos, supuestamente orquestada por
bandas del crimen organizado, no representaría, en realidad, más del 20
por ciento del total de las pérdidas.
La otra parte del robo –ocho de cada diez litros atracados– se habría perpetrado por personal adscrito a Pemex.
La mayor parte del desfalco sucedió durante el gobierno de Enrique
Peña Nieto; aunque este negocio ilícito comenzó con Felipe Calderón, más
de dos tercios del combustible fueron extraviados entre 2013 y 2018.
Romero Deschamps gozó del doble fuero obtenido por su condición de
dirigente sindical, pero también gracias a que durante ese mismo periodo
fue senador de la República. Si no orquestó directamente el
impresionante desvío de hidrocarburos, es difícil suponer que desconocía
el origen y el destino de los desvíos.
El macro-operativo para desfalcar a Pemex afectó los cuatro
principales ductos de la paraestatal: Madero-Cadereyta,
Cadereyta-Reynosa, Salamanca-Guadalajara y Minatitlán-México. Sin
embargo, uno de cada tres litros fue sustraído en la última línea
mencionada.
La línea Minatitlán-México que se extiende a lo largo de mil 600
kilómetros cruza los estados de Veracruz, Puebla, Tlaxcala y el Estado
de México. En breve, cabe esperar que los líderes de las secciones del
sindicato petrolero que controlan las operaciones a lo largo de este
extensísimo ducto terminen visitando a un juez.
El miércoles 19 el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el
plan conjunto del gobierno en contra del robo de hidrocarburos. Dijo que
participarían en este ejercicio 15 dependencias federales y que, entre
ellas, tendrían un papel destacado las secretarías de la Defensa y de
Marina.
Si el diagnóstico detrás de este plan no tiene a las mafias de
huachicoleros, ligadas al crimen organizado, como los principales
perpetradores, entonces ¿tras de quién van las Fuerzas Armadas? Resulta
obvio que tras los funcionarios y trabajadores de Pemex que han sido
señalados como los verdaderos responsables del atraco.
En los días próximos veremos reventar la red de operadores que
cometieron materialmente el robo, pero también a los autores
intelectuales que todo este tiempo han gozado de fuero e impunidad.
Acaso el primero de ellos pudiera ser Romero Deschamps.
El presidente anunció que otorgaría amnistía para los delitos de
corrupción cometidos durante el mandato de sus antecesores, pero que, a
partir del primero de diciembre, sería implacable con quien se atreviera
a meterse de manera ilegal con los recursos públicos.
Por lo bajo también advirtió que daría su primer golpe contra la
corrupción antes de 30 días. Todo pareciera indicar que ese golpe tiene
como materia el robo de hidrocarburos, y de ahí el plan conjunto
presentado con bombo y platillo en días pasados.
Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto crecieron en 400 por ciento
las denuncias ante la Procuraduría General de la República por el hurto
de combustibles. Sin embargo, esa dependencia sólo atendió uno de cada
diez expedientes presentados ante el Ministerio Público. De toda
evidencia el tema no fue relevante para el gobierno anterior.
En revancha, López Obrador aprovecharía este tema para ganar
credibilidad respecto a su compromiso a la hora de enfrentar a quienes,
durante años, han hecho negocios millonarios a costa del erario.
El dilema obvio sería que los acusados por participar en este desvío
millonario quisieran defenderse argumentando persecución política.
Carlos Romero Deschamps fue recién senador de la República por el PRI y
sus principales líderes seccionales también son militantes de ese
partido.
Si la PGR los acusa de ser parte de la red de corrupción que opera
dentro de Pemex, los líderes del Revolucionario Institucional querrán
salir en su auxilio. Esta trama se anuncia desde ya al rojo vivo y la
caída de Romero Deschamps pareciera por tanto inminente.
No deja de ser paradójico que Carlos Salinas de Gortari haya
legitimado su ascenso al poder cuando detuvo a Joaquín Hernández
Galicia, y que 30 años después otro presidente, Andrés Manuel López
Obrador, vaya a beneficiarse con el derrocamiento del sucesor de La
Quina, Carlos Romero Deschamps.
En cualquier caso, para detener el inmenso robo de hidrocarburos que
padece Pemex es indispensable remover a los líderes del sindicato y a
los funcionarios de la paraestatal que por acción o por omisión están
embarrados hasta la nariz.
Este análisis se publicó el 30 de diciembre de 2018 en la edición 2200 de la revista Proceso.
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