Teodoro Rentería Arróyave (especial para ARGENPRESS.info)
El supeditar su probable participación y su probable voto a las leyes secundarias de la Reforma Constitucional Energética, de un grupúsculo de senadores panistas, a que no se toque ni con el pétalo de la más mínima investigación sobre la presunta responsabilidad de integrantes del pasado régimen calderonista en los sonados casos de la empresa naviera Oceanografía y el engaño de la muerte del líder templario, Nazario Moreno "El Chayo", es un vil chantaje que de inmediato debe ser descartado y mucho menos aceptado.
Los ocho senadores blanquiazules, encabezados por el ex secretario del Trabajo y Previsión Social del pasado inmediato y ex priísta, Javier Lozano Alarcón, y por el propio ex secretario particular del ahora ex presidente, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, de nombre Roberto Gil Zuarth, deberían ser los primeros en apostarle a las investigaciones profundas sobre ambos casos, que se han convertido en escándalos que inclusive han rebasado nuestras fronteras para convertirse en asuntos de carácter internacional.
No es posible que se le apueste a la opacidad, a guardar bajo la alfombra la basura, a la vergonzosa impunidad. Ellos que tanto quieren y aman a su jefe, porque sigue siendo su líder máximo, deberían de ser los primeros en alentar esas investigaciones, para que se conozca quiénes son los verdaderos culpables, mismos que deben de enfrentar a los tribunales, a la justicia.
De otra manera, la especulación crecerá y crecerá y el daño será mayor a su Partido Acción Nacional, cuya lucha por su dirigencia nacional los ciega. Esa es y no otra la razón de la amargada y absurda posición de evitar toda investigación que involucre a los fallidos presidentes del disque cambio: Vicente Fox Quesada y Felipe de Jesús Calderón Hinojosa
También se escandalizaron, que pieles tan sensibles, por las declaraciones del que se supone, es el líder de su bancada panista, José Luis Preciado, quien aseveró directo y conciso que el gobierno calderonista había hecho "el ridículo", con el falso anuncio oficial del supuesto abatimiento de "El Chayo", cuando las autoridades de ese entonces no contaban con evidencia alguna ni con el cadáver del muerto.
Sin embargo es de apreciarse que otro grupo de senadores panistas, por cierto el más numeroso, aprobó junto con sus pares de los partidos Revolucionario Institucional, PRI, de la Revolución Democrática, PRD, y Verde Ecologista, PVEM, la creación de una Comisión Especial Investigadora de la probable corrupción en el otorgamiento de ex funcionarios de Petróleos Mexicanos, PEMEX, de millonarios contratos a la multicitada naviera.
Desde luego los panistas de la piel suave no fueron lejos por la respuesta. El presidente de la Comisión de Energía, el priísta David Penchyna, además de rechazar que dicho proceso se retrase, les explicó en forma pública, que son dos cosas distintas y que nada tiene que ver la comisión que dará seguimiento al caso Oceanografía con la reforma energética.
México debe seguir adelante en sus propósitos más adecuados y por ningún motivo tolerar inconsecuentes chantajes, así provengan de grupúsculos legislativos.
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