El
“modelo”, como lo conocen llanamente en Argentina, se inauguró en Nueva
York, y no en Chile como a menudo se apunta. El caso pionero fue la
crisis fiscal de 1975 en la megalópolis neoyorkina. Básicamente, el
curso de los hechos siguieron esta tesitura: los bancos de inversiones
se negaron a refinanciar la deuda de la ciudad, condenándola a la
bancarrota. Una vez decretada formalmente la quiebra, los bancos se
arrogaron el control del presupuesto de la ciudad, confiscando para sí
el caudal de los ingresos fiscales, y el poder de mando en la
administración y asignación de recursos públicos. Lo que siguió fue una
estrategia de disciplinamiento de la clase trabajadora: recortes en
asistencia, disminuciones salariales a trabajadores del estado etc.
También en este contexto empezaron a intensificarse las políticas de
criminalización de la población improductiva, en anticipación a la ola
de criminalidad que provocaría la depauperación de la vida pública. El
buen clima de negocios para los recién entronizados bancos exigía un
abandono en materia de provisión de servicios públicos, especialmente
en las periferias de la ciudad.
En una estrategia de aristocratización
socioespacial extraordinariamente eficaz, los banqueros convinieron
reservar Manhattan como el único distrito de concurrencia de los
estratos poblacionales medios-altos, condenando a la ruina a los cuatro
distritos restantes. Para mantener en estado de prosperidad a esa
suerte de “microaldea” (Manhattan), la alta finanza impulso la
consolidación de la ciudad como centro turístico y sede mundial de
servicios financieros, pero reducido notablemente a Manhattan. En este
contexto se consignó el origen de aquel conocido eslogan promocional:
“I love NY”. En suma, se trató de una fórmula tripartita que
eventualmente alcanzaría una rango de aplicación universal:
saqueo-exterminación-aristocratización. El Estado mexicano es uno de
los más fieles en la instrumentación de esta fórmula o agenda.
En
México, esta estrategia trimodal tiene títulos panfletarios: a saber,
reformas estructurales-guerra contra las drogas-Turismo México (o
“México, vive lo tuyo”). Cabe advertir que esta estrategia tripartita
cosecha conquistas a granel.
La planta productiva en el país
ha sido rápidamente desmantelada. Los últimos recursos estratégicos, el
petróleo y el gas, están en proceso de venta o subasta. La explotación
de estos recursos, cada vez más escasos, requieren de prácticas de
extracción social-ecológicamente devastadoras. El fracking o
fracturación hidráulica, una de las actividades productivas
(destructivas) contempladas en la agenda corporativa estadounidense, es
un caso ilustrativo. “La fracturación hidráulica, utilizada para
posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo, es
una de las técnicas de mayor riesgo para la disponibilidad de agua
potable en el país… Para la fractura de un solo pozo se requieren entre
9 y 29 millones de litros de agua, la cual se inyecta a presión.
De
abrirse los 20 mil pozos anuales que se planea en la industria, se
requeriría una cantidad de líquido equivalente a la del consumo
doméstico de entre 4.9 y 15.9 millones de personas en un año… La
reforma energética contempla abrir el mercado a la explotación de este
gas…” (La Jornada 16-II-2014). Por añadidura, “el fracking
produce microsismos inmediatos… La masiva inyección subterránea de
fluidos puede aumentar la presión en las placas tectónicas y producir
un terremoto inducido” (Jalife-Rahme 23-II-2014).
Las minas
constituyen otro caso más de saqueo doméstico. En días recientes “la
empresa minera canadiense Goldgroup dio a conocer que ha recibido los
permisos ambientales por parte del gobierno de Sonora para la ejecución
del proyecto de la mina Cerro Prieto, y confía que este mismo año pueda
obtener el aval para los otros dos: San José de Gracia en Sinaloa y
Caballo Blanco en Veracruz… [Esta vez] obtuvo el permiso de dinamita
por parte de la Secretaría de Defensa Nacional… El permiso de
explosivos permite a Goldgroup ordenar y utilizar explosivos para fines
mineros bajo la supervisión de los militares (¡sic!)… El proyecto
Caballo Blanco (Veracruz) es el de mayor importancia, por la cantidad
de oro que puede extraerse de esa zona, y por ello tal proyecto es el
único en México donde Goldgroup es propietario al 100 por ciento para
la explotación a gran escala” (La Jornada 28-II-2014).
Es importante destacar que estas empresas transnacionales que ahora
instalan sus negocios irrestrictamente en el país, también cotizan en
la Bolsa Mexicana de Valores, y por consiguiente, tiene vasto poder en
el dominio de las finanzas nacionales. En lo que toca a la guerra
contra las drogas, subestrategia de control social y criminalización de
las franjas poblacionales improductivas, el éxito es indiscutible. El
propósito nunca fue el combate a la droga, pero sí en cambio la
militarización y el exterminio.
De acuerdo con cifras oficiales del
Banco Mundial, el gobierno mexicano elevó 50.5% su personal militar
(cerca de 94 mil efectivos militares), en el transcurso de los últimos
años. El gasto en armamento creció 61% (La Jornada 13-IV-2008).
Y la militarización de las calles va apreciablemente a la alza. A la
par, el consumo de drogas ha crecido significativamente en el país,
especialmente entre los jóvenes y menores de edad. Y en materia de
exterminio, los números ilustran con cierta precisión el drama. De
acuerdo con un exagente del Departamento Anti-drogas de Estados Unidos
(DEA), “ochenta mil personas fueron asesinadas en México durante la
guerra contra las drogas en los últimos 8 años. Durante la intervención
de Estados Unidos en Vietnam, 58 mil estadounidenses fueron asesinados
en 10 años” (sin embargo.mx 21-X-2013).
En lo
referente a la iniciativa de impulso al turismo nacional, tras cuya
optimista campaña se esconden procedimientos de aristocratización de
espacios públicos, los réditos registran una curva ascendente. No
obstante el clima de violencia e inseguridad, “el año pasado México
superó la cifra record de captación de divisas turísticas establecida
en 2008, al llegar a 13 mil 819 millones de dólares, informó la
Secretaría de Turismo… El 2013 dejó cifras record en ingreso de
turistas internacionales y en arribo de viajeros por vía aérea… En 2013
llegaron a México 23 millones 700 mil turistas” (Notimex 17-II-2014).
Acá no estamos refiriendo a ninguna conspiración o modus operandi
extraordinario. Que las corporaciones, en contubernio con políticos y
empresarios nacionales, maximicen sus utilidades con base en una
fórmula de latrocinio metódico, exterminio masivo o selectivo,
desplazamiento, degradación y elitización socioespacial, no es en modo
alguno una inconsistencia, irregularidad o comportamiento conspirativo:
es una dinámica rutinaria de la estructura institucional del sistema.
México es tan sólo uno de los paradigmas de criminalidad estructural e
institucional.
Fuente original: http://www.jornadaveracruz.com.mx/Nota.aspx?ID=140307_144645_240
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