Por: Redacción / Sinembargo
La demanda de los trabajadores mexicanos es cada vez mayor, desde las ciudades fronterizas como Tijuana, hasta el centro del país donde tierras agrícolas se están llenando de fábricas. Jason Sauey, dueño de Flambeau, una empresa de plásticos, está cosechando las ganacias de cambiar su fábrica de China a México, específicamente a Saltillo, Coahuila, donde actualmente fabrica Yoyos Ducan, señuelos para cazadores, cajas de plástico y más artículos industriales.
Los ingresos de la empresa en México han crecido en un 80 por ciento desde 2010, lo que ha provocado buscar una segunda fábrica en el centro del país. Además, en el último año, una docena de empresas se han acercado para ofrecer distintos proyectos millonarios, desde teléfonos inteligentes hasta piezas de automóviles. “Todos están buscando un nuevo modelo”, dijo Sauey al diario estadounidense. “No sólo es acerca de los costos; se trata de la velocidad de respuesta y la calidad “. El comercio estadounidense con México ha crecido casi 30 por ciento desde 2010.
“Cuando los salarios en China duplican cada año, cambia todo el cálculo”, dice Christopher Wilson, académico de economía en el Instituto México del Centro Internacional Woodrow Wilson. “México se ha convertido en el lugar más competitivo para la fabricación de productos para el mercado de América del Norte, con seguridad, también se convertirá en el lugar más competitivo en costos para la fabricación de algunos productos para todo el mundo”, dijo.
Muchas empresas estadounidenses se están expandiendo en México, incluso marcas conocidas como Caterpillar, Chrysler, Stanley Black & Decker y Callaway Golf, están invirtiendo miles de millones de dólares, para impulsar una economía integral, consigna el diario.
Aproximadamente el 40 por ciento de las piezas que se encuentran en las importaciones mexicanas vino originalmente de Estados Unidos, comparado con sólo el 4 por ciento para las importaciones de China, según datos de la Oficina Nacional de Investigación Económica.
Decenas de entrevistas con ejecutivos, economistas y funcionarios tanto estadounidenses como mexicanos en los últimos años muestran lo que las empresas están descubriendo: no sólo hay un México, sino muchos. Sigue siendo un país de grandes diferencias en la eficiencia y la educación. Sólo una pequeña minoría de la población tiene la formación necesaria para competir con el mundo. “México decepciona con la misma frecuencia que satisface”, publica el rotativo.
Por otra parte, Scott Stanley, vicepresidente senior de North American Production Sharing , una de las firmas más grandes para ayudar a las empresas estadounidenses a establecer instalaciones de producción en México indica que “hay un montón de ejemplos de clientes que estuvieron en México, fueron a China y ahora quieren volver, y la mayoría de ellos han renunciado a su experiencia en la fabricación”.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/01-06-2014/1010630.
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