Investigación es un espacio masculino de acceso restringido
En
las últimas décadas las mujeres han logrado generar conocimiento y ser
químicas, físicas, agrónomas, economistas y hasta astrónomas que
desentrañan los misterios de la naturaleza, pero la ciencia aún es un
espacio masculino al que difícilmente ellas pueden acceder.
Por: Anayeli García Martínez
Cimacnoticias | México, DF.- El Grupo Mujeres y Ciencia de la UNAM afirma que si bien hay más participación femenina en la investigación y la innovación tecnológica, quienes llegan a este selecto círculo no están exentas de los estereotipos de género y de barreras en su trayectoria profesional.
En un simposio organizado ayer en esta ciudad por esa agrupación y las facultades de Medicina y Química de la UNAM, las investigadoras pidieron estrategias para facilitar que las mujeres estudien carreras científicas y sean parte del Sistema Nacional de Investigadores.
Julia Tagueña, investigadora del Instituto de Energías Renovables de la máxima casa de estudios, consideró que la participación femenina en la ciencia es un aliciente para hacer análisis de género en áreas como medicina, tecnología y medio ambiente.
La también directora adjunta de Desarrollo Científico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) explicó que estos análisis se pueden hacer en investigaciones en varios campos, por ejemplo en estudios sobre enfermedades, vacunas y tratamientos para observar cómo afectan de manera diferente a mujeres y hombres.
“La innovación con perspectiva de género es un afán para estimular la creatividad, porque da nuevas ideas, nuevos servicios, nuevas tecnologías, mejora la vida de las mujeres y los hombres, y desde luego ayuda a establecer prioridades e interpretar datos de otra manera”, dijo.
A decir de la física, la mayoría de las investigaciones, en especial las tecnológicas, se pueden hacer desde un enfoque de género para encontrar resultados diferenciados por sexo, pero habrá casos –como el estudio de las partículas elementales– donde no será necesario.
Sobre la presencia femenina en la educación superior, Ana Buquet, directora del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la UNAM, destacó que las mujeres siguen segregadas ya que en menor medida están en los puestos de decisión y reciben menos reconocimientos por su trabajo.
Estudios del PUEG sobre las condiciones que enfrentan las académicas revelan que ellas también viven las desigualdades de género y la división sexual del trabajo, toda vez que a pesar de contar con maestrías o doctorados tienen a su cargo las tareas domésticas y el cuidado de niñas, niños, personas adultas mayores y enfermas.
La también socióloga explicó que las actividades domésticas restan energía, tiempo y concentración a las investigadoras, ya que está comprobado que en promedio ellas ocupan 20 horas a la semana en estas responsabilidades, y por tanto avanzan lentamente en su trayectoria académica.
Si una investigadora ocupa 65 horas a la semana en estas tareas, en un año habrá acumulado 2.2 meses, lo que significa un retraso en su formación académica, pero también se traduce en que las instituciones pierden recursos humanos y talento de estas profesionistas.
Otro tema que afecta a las mujeres son los recursos que se invierten en el desarrollo de la investigación científica, consideró Rosaura Ruiz, ex presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias y profesora de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
En México, apuntó, cada año la comunidad científica pide que se destine por lo menos el 1 por ciento del Producto Interno Bruto a la investigación. “Eso es fundamental porque si no, estamos peleando por migajas”, destacó.
La bióloga observó que primero se debe hacer una lucha conjunta, entre mujeres y hombres, por más presupuesto para después pedir apoyo financiero a las científicas y lanzar concursos o convocatorias para que ellas participen.
Desde la visión de Ruiz, sin dinero no hay ciencia para nadie y sin estos estudios no habrá desarrollo para el país, por lo que reclamó que el Estado destine un presupuesto más ambicioso en este tema.
Entre las propuestas para fomentar que más científicas accedan a estas áreas se mencionaron las convocatorias de financiamiento que tengan como requisito –además de incluir a mujeres en los equipos de investigación– que hagan análisis de género.
También se propusieron reformas a los reglamentos o normas de las instituciones para garantizar que las mexicanas lleguen a los puestos de decisión de los organismos científicos, y que se promueva el tema de género en todos los ámbitos a fin de que las niñas accedan a la educación superior y a la especialización.
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