6/04/2014

Atenco y el futuro de la ciudad




1.- La nueva fase emergente ante el avance del estado corrupto.

Después de un primer intento fallido el gobierno del estado de México logró integrar una asamblea con ejidatarios comprados y falsos ejidatarios donde se avalaron cambios en el uso del suelo en las zonas comunales de Atenco. La maniobra bastante descarada fue posible por varias circunstancias, entre ellas el desgaste de la organización del FPDT, la participación de perredistas en las movilizaciones que alejaron posibles apoyos autónomos y distrajeron la organización con temas no relacionados a la comunidad (la “defensa” del petroleo), ademas de las carencias en la construcción del discurso ante la realidad actual de Atenco junto con una racionalización en posiciones irreales basadas en el desconocimiento y la idealización de una imagen falsa de los temas geográficos y sociales de la región.

Originalmente había sido de esta manera que se intentó despojar al núcleo ejidal de sus tierras, pero la resistencia de la comunidad hizo huir en un escena memorable al corrupto comisario ejidal. No obstante, durante todo el conflicto se continuaron preparando las obras periféricas al aeropuerto, incluyendo el infame circuito exterior mexiquense y las zonas comerciales de “las américas” y “ciudad jardín”, dos plazas comerciales de carácter excluyente y construidas bajo una lógica de consumismo vacio que no genera comunidad. Rodeadas de urbanizaciones irregulares, que jamas han tenido servicios de calidad y que solo continúan cubriendo con concreto zonas sin áreas verdes y severamente contaminadas como resultado de décadas de malas practicas de gestión de los residuos sólidos y líquidos de la ciudad de México. Esta andanada de urbanización basura refleja no solo la violencia del gobierno y los oligarcas involucrados en avanzar un plan absurdo en la zona mas deteriorada de la ciudad y alrededor de la última gran superficie no invadida del lecho seco del lago de Texcoco, también es muestra de un pensamiento retrogrado y ciego que no es capaz de proyectar en base a las prácticas contemporáneas de urbanismo, arquitectura, diseño y prácticas sociales de intervención urbana.

En todas estas obras es evidente una intención de imposición y de hermetismo en cuanto a su naturaleza y su relación con los habitantes. Siguiendo la tradición del PRI, del anacronismo modernista y de la idea de los lideres faraónicos se construye con la intención de establecer una dinámica social por decreto sin ningún elemento de comprensión o respeto por la cultura propia del lugar.

Y si esta situación es posible lo es por el momento de triunfo del modelo de corrupción priista obtenido por el aval de 19.2 millones de personas que consideran la corrupción como un modelo de vida y de avance económico. Fue esa voluntad de complicidad y no las minucias repartidas durante la campaña electoral lo que logró el triunfo en las urnas de esa opción. Y eso es también lo que llevó a cierto número de ejidatarios a participar de las asambleas ficticias donde se aprobó ilegal e ilegitimamente el cambio en el uso de suelo. Evidentemente las otras opciones participantes de la elección de 2012 no son ajenas a los procesos de corrupción y no tienen una opción válida de proyecto político. Pero en cuanto a su sofisticación para la corrupción son menos efectivos que los viejos dinosaurios del priismo. Entre esas opciones corruptas está el PRD que ahora está movilizando a sus bases en Atenco para incluir su agenda en las acciones de la comunidad. Esa presencia y su papel nocivo fueron señalados desde el 2006 por lo menos, pero aun persisten. 

2.-Una obra de dimensiones absurdas, costos incalculables y carencia de beneficios.

El aeropuerto en el lecho seco del lago siempre fue una necedad de un grupo de oligarcas. La obra civil nunca fue viable por la naturaleza del suelo, no hay argumentos técnicos para justificarla y eso lo saben todos los expertos en el tema, pero esos mismos expertos se callaron ante la autoridad porque vienen de gremios acostumbrados a la corrupción como vía para tomar decisiones. Persiste la actitud mercenaria entre los grandes despachos de arquitectura que ignoran deliberadamente el repudio social a esa obra absurda. Durante años, ingenieros, arquitectos y políticos han mantenido silencio sobre lo obvio, la decisión de construir un aeropuerto en el lecho seco del lago es solo por intereses corruptos de enriquecer a grupos de caciques impresentables que imponen su voluntad por la vía de la “compra de conciencias” o por la vía de la violencia sin tapujos como la que invadió Atenco el 3 y 4 de Mayo de 2006.

De construirse esta inmensa monstruosidad con los planes existentes se requeriría un sobrecosto enorme por los gastos de preparación del terreno y esta preparación destruiría todos los remanentes de espacios ecológicos en la zona. Tal como se denunció desde 2000, un aeropuerto en ese lugar acabaría con las zonas de anidación de miles de aves que sobreviven a duras penas en los charcos contaminados del lugar. También se eliminaría un área de recarga de los mantos acuíferos de los que depende la ciudad, lo que solo agravaría la dependencia del sistema Cutzamala que ya es en si mismo un triunfo de la estupidez antiecologica de la modernidad. Una ciudad que surgió en un lago ha sido objeto histórico de una lucha imbécil contra el agua hasta dejarnos incapacitados para sobrevivir sin el bombeo de agua extraída a cientos de kilómetros de su lugar de uso con un enorme gasto de energía eléctrica.

Y no solo, las prácticas de acaparamiento de recursos dejaron un área contaminada por sales cáusticas al norte de los terrenos del lago en los restos del evaporador solar el caracol de la empresa Sosa Texcoco (que por cierto cerró sin indemnizar a sus trabajadores tras un sucio proceso legaloide en 1991), al sur el basurero Bordo Poniente crece sin que se tome ninguna medida para trascender la edad de la basura, la sociedad solo envia su basura a algún lado sin ningún atisbo de preocupación o responsabilidad por los desechos producidos en un proceso no cíclico que solo acumula el problema y lo acrecentá permanentemente. Los vientos dominantes han esparcido durante décadas los sólidos de esos basureros sobre toda la ciudad y en las inmediaciones del lugar las concentraciones de contaminantes son permanentemente altos con un efecto continuo sobre la salud de millones de personas que bajo los esquemas actuales quedarían condenados a carecer de áreas naturales para siempre.

Y a estos problemas se añade la absoluta irresponsabilidad en el manejo de aguas negras producidas en la ciudad. Los millones de litros de agua que se utilizan en la ciudad se contaminan en las actividades diarias sin que a nadie le importe esa grotesca y gigantesca producción de mierda como problema social. Alrededor del lecho seco del lago corren cientos de kilómetros de canales de aguas negras que cruzan desde colonias densamente pobladas hasta campos de cultivo donde se usan para riego sin pasar por tratamiento para potabilizarlas. La inmundicia de la ciudad parece lo único con un factor de procesamiento a ciclo cerrado. Recircula todo el tiempo en nuestro distópico ecosistema. Otra parte de las aguas negras se canaliza a través del drenaje profundo. Una idea originalmente ideada por ingenieros franceses contratados por Porfirio Diaz para celebrar la modernidad en 1910 con un sistema que evitara las inundaciones en el centro de la ciudad. Un siglo después en una evidente falta de ideas un proyecto que implicó a los gobiernos del D.F. , del EdoMex y al gobierno federal se amplió la obra de Diaz construyendo el túnel emisor oriente, una etapa mas profunda al ya de por si ampliado drenaje profundo. El sentido de estas obras corresponde con la idea absurda de que el mundo puede recibir los desechos de asentamientos humanos de manera infinita bajo la idea de la existencia de “espacios vacíos e incomunicados” a donde arrojar la inmundicia. En ultima instancia muchas de estas aguas llegan a la presa Endhó, uno de los cuerpos de agua mas contaminados del mundo y que está rodeado de zonas agrícolas.

Se puede decir certeramente que los tres principales productos de la Ciudad de México son: Desechos Sólidos, Aguas Negras y Gases Nocivos. Los dos primeros son arrojados al espacio del lecho seco del lago de Texcoco en una acumulación infame de inmundicia y estupidez.

En este mismo espacio se pretende construir una obra que no atiende ninguna de esas problemáticas, que ataca el frágil sentido de comunidad, que evita la descomposición social, que atenta contra los pobres resquicios de vida silvestre en el otrora magnifico lago y que solo enriquece a una sarta de oligarcas repugnantes.

3.- La ciudad como ecosistema mas allá de los fundamentalismos.

La zona agricola de Atenco no abarca todo el remanente no urbanizado del lago y las actividades agrícolas son compatibles con la reinundación del lago, mas que buscar un nuevo enemigo la comunidad de Atenco tiene la oportunidad de liderar el mayor proyecto de rescate ecológico, social y urbano de la historia si se apoya en la comunidad de la ciudad de México y en sus miles de profesionistas. Indudablemente hay que sostener el -No al aeropuerto- pero también al inmovilismo o a la condenación de la ciudad. Los terrenos federales del lecho seco del lago de Texcoco deben de ser parte de un gran proyecto de renovación ambiental que de esperanza a los millones de personas que habitamos la ciudad. Para lo que hoy dia la Conagua utiliza la zona federal del lecho seco del lago es para la infiltración al subsuelo de aguas con mínimo o ningún tratamiento, para el almacenaje de químicos tóxicos y para la especulación de tierra. Esas tierras pueden ser renovadas con un proyecto amplio que involucre a los millones de habitantes del Valle de México en un proceso de arquitectura participativa donde sea la sociedad la que priorize el uso de recursos.

En cuanto a la infraestructura necesaria para la ciudad un aeropuerto tiene una utilidad marginal respecto a los temas mas apremiantes que son el abasto de agua, el manejo de aguas servidas y el manejo de desechos sólidos. Si no se atienden esos puntos la salud y seguridad de mas de 20 millones de personas se mantendrá en un precario limite que puede desembocar en la muerte o el éxodo masivo de grandes áreas de la ciudad.
Del mismo modo que no se deben abandonar las labores agrícolas en los terrenos ejidales tampoco se tiene que dejar en el abandono o la especulación el terreno federal que durante décadas ha servido como tiradero de los desechos de la ciudad en una visión depredatoria e irresponsable que dejo como secuela un legado de contaminación y urbanización sin ningún criterio de bienestar llevada a cabo por mafias políticas. La zona federal del lecho seco del lago puede ser la ultima oportunidad de la ciudad para garantizar su viabilidad ecológica y su abastecimiento de agua.

El que se reviva el lago de Texcoco hasta un punto donde sean posibles la navegación y la pesca no implica ni debe implicar el abandono de la agricultura sino por el contrario su transformación a una agricultura de temporal a una agricultura de riego o de chinampa aprovechando todo el legado de saberes de los campesinos del valle de México y los profesionistas solidarios que seguramente contribuiríamos en el proceso.

El proyecto Ciudad futura fue una propuesta de un grupo de arquitectos, ingenieros y urbanistas que bajo los paradigmas de otros tiempos propusieron una alternativa al uso de los terrenos federales en el lecho seco del lago. Intentaron adecuar su propuesta en 2000 para conciliar las posturas que se debatían entonces. Sin embargo no han realizado ningún proceso de dialogo con las comunidades aledañas. Esto es un remanente de un pensamiento arcaico que pretende que la arquitectura y el urbanismo se imponen desde arriba. Las condiciones sociales y la democracia implican el involucramiento de la comunidad en las transformaciones sociales de su entorno. La sociedad organizada no solo tiene la necesidad de defender su territorio y sus intereses, también tiene la responsabilidad de participar en la planeación y gestión de las decisiones que involucren el espacio común.

Ya no es posible volver a un estado previo de las cosas, el destino no solo de los terrenos del lecho seco del lago sino de la ecologia de la ciudad deben ser decididos con la urgencia del caso. Y aqui fallan tres cosas desde la sociedad. Primero.- El FPDT se ha anquilosado en un discurso que pretende mantener todo en un estado previo al actual (lo que es imposible). Segundo.- No hay proyectos alternativos para el área surgidos a peticion de la sociedad o a iniciativa de los profesionistas de las áreas relacionadas y Tercero.- No se ha lanzado ninguna nueva convocatoria publica por parte de las organizaciones sociales para convocar a la sociedad del valle de México en la solución a largo plazo de los problemas ambientales de la región.

Si se abandonan los fundamentalismos construidos desde el discurso del pobrismo que atacan sin dialogar a los que no se desempeñan en actividades agrícolas se pueden aprovechar todos los saberes de todos los habitantes de la ciudad. Hay sin duda alternativas sociales al futuro ecológico del valle, pero para lograr la organización necesaria se requiere que los movimientos sociales que han luchado por la defensa de los ejidos tomen la iniciativa de manera audaz y llamen a la toda la sociedad del valle a participar de los procesos de decisión sobre el futuro común.

La sociedad no es ciega a la urgencia de resolver los temas ecológicos, pero si es incapaz de hacerlo sin un espacio de confluencia que permita tomar decisiones comunes. Y estas decisiones requerirán de alternativas bien fundamentadas, diseñadas a detalle con los saberes combinados de profesionistas y comunidades que conocen su entorno.

El reto esta en lograr que sea la democracia directa y la voluntad social la que determine el futuro de la ecología del valle de México.

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