1.- La nueva fase emergente ante el avance del estado corrupto.
Después
de un primer intento fallido el gobierno del estado de México logró
integrar una asamblea con ejidatarios comprados y falsos ejidatarios
donde se avalaron cambios en el uso del suelo en las zonas comunales de
Atenco. La maniobra bastante descarada fue posible por varias
circunstancias, entre ellas el desgaste de la organización del FPDT, la
participación de perredistas en las movilizaciones que alejaron
posibles apoyos autónomos y distrajeron la organización con temas no
relacionados a la comunidad (la “defensa” del petroleo), ademas de las
carencias en la construcción del discurso ante la realidad actual de
Atenco junto con una racionalización en posiciones irreales basadas en
el desconocimiento y la idealización de una imagen falsa de los temas
geográficos y sociales de la región.
Originalmente había sido de
esta manera que se intentó despojar al núcleo ejidal de sus tierras,
pero la resistencia de la comunidad hizo huir en un escena memorable al
corrupto comisario ejidal. No obstante, durante todo el conflicto se
continuaron preparando las obras periféricas al aeropuerto, incluyendo
el infame circuito exterior mexiquense y las zonas comerciales de “las
américas” y “ciudad jardín”, dos plazas comerciales de carácter
excluyente y construidas bajo una lógica de consumismo vacio que no
genera comunidad. Rodeadas de urbanizaciones irregulares, que jamas han
tenido servicios de calidad y que solo continúan cubriendo con concreto
zonas sin áreas verdes y severamente contaminadas como resultado de
décadas de malas practicas de gestión de los residuos sólidos y
líquidos de la ciudad de México. Esta andanada de urbanización basura
refleja no solo la violencia del gobierno y los oligarcas involucrados
en avanzar un plan absurdo en la zona mas deteriorada de la ciudad y
alrededor de la última gran superficie no invadida del lecho seco del
lago de Texcoco, también es muestra de un pensamiento retrogrado y
ciego que no es capaz de proyectar en base a las prácticas
contemporáneas de urbanismo, arquitectura, diseño y prácticas sociales
de intervención urbana.
En todas estas obras es evidente una
intención de imposición y de hermetismo en cuanto a su naturaleza y su
relación con los habitantes. Siguiendo la tradición del PRI, del
anacronismo modernista y de la idea de los lideres faraónicos se
construye con la intención de establecer una dinámica social por
decreto sin ningún elemento de comprensión o respeto por la cultura
propia del lugar.
Y si esta situación es posible lo es por el
momento de triunfo del modelo de corrupción priista obtenido por el
aval de 19.2 millones de personas que consideran la corrupción como un
modelo de vida y de avance económico. Fue esa voluntad de complicidad y
no las minucias repartidas durante la campaña electoral lo que logró el
triunfo en las urnas de esa opción. Y eso es también lo que llevó a
cierto número de ejidatarios a participar de las asambleas ficticias
donde se aprobó ilegal e ilegitimamente el cambio en el uso de suelo.
Evidentemente las otras opciones participantes de la elección de 2012
no son ajenas a los procesos de corrupción y no tienen una opción
válida de proyecto político. Pero en cuanto a su sofisticación para la
corrupción son menos efectivos que los viejos dinosaurios del priismo.
Entre esas opciones corruptas está el PRD que ahora está movilizando a
sus bases en Atenco para incluir su agenda en las acciones de la
comunidad. Esa presencia y su papel nocivo fueron señalados desde el
2006 por lo menos, pero aun persisten.
2.-Una obra de dimensiones absurdas, costos incalculables y carencia de beneficios.
El
aeropuerto en el lecho seco del lago siempre fue una necedad de un
grupo de oligarcas. La obra civil nunca fue viable por la naturaleza
del suelo, no hay argumentos técnicos para justificarla y eso lo saben
todos los expertos en el tema, pero esos mismos expertos se callaron
ante la autoridad porque vienen de gremios acostumbrados a la
corrupción como vía para tomar decisiones. Persiste la actitud
mercenaria entre los grandes despachos de arquitectura que ignoran
deliberadamente el repudio social a esa obra absurda. Durante años,
ingenieros, arquitectos y políticos han mantenido silencio sobre lo
obvio, la decisión de construir un aeropuerto en el lecho seco del lago
es solo por intereses corruptos de enriquecer a grupos de caciques
impresentables que imponen su voluntad por la vía de la “compra de
conciencias” o por la vía de la violencia sin tapujos como la que
invadió Atenco el 3 y 4 de Mayo de 2006.
De construirse esta
inmensa monstruosidad con los planes existentes se requeriría un
sobrecosto enorme por los gastos de preparación del terreno y esta
preparación destruiría todos los remanentes de espacios ecológicos en
la zona. Tal como se denunció desde 2000, un aeropuerto en ese lugar
acabaría con las zonas de anidación de miles de aves que sobreviven a
duras penas en los charcos contaminados del lugar. También se
eliminaría un área de recarga de los mantos acuíferos de los que
depende la ciudad, lo que solo agravaría la dependencia del sistema
Cutzamala que ya es en si mismo un triunfo de la estupidez
antiecologica de la modernidad. Una ciudad que surgió en un lago ha
sido objeto histórico de una lucha imbécil contra el agua hasta
dejarnos incapacitados para sobrevivir sin el bombeo de agua extraída a
cientos de kilómetros de su lugar de uso con un enorme gasto de energía
eléctrica.
Y no solo, las prácticas de acaparamiento de
recursos dejaron un área contaminada por sales cáusticas al norte de
los terrenos del lago en los restos del evaporador solar el caracol de
la empresa Sosa Texcoco (que por cierto cerró sin indemnizar a sus
trabajadores tras un sucio proceso legaloide en 1991), al sur el
basurero Bordo Poniente crece sin que se tome ninguna medida para
trascender la edad de la basura, la sociedad solo envia su basura a
algún lado sin ningún atisbo de preocupación o responsabilidad por los
desechos producidos en un proceso no cíclico que solo acumula el
problema y lo acrecentá permanentemente. Los vientos dominantes han
esparcido durante décadas los sólidos de esos basureros sobre toda la
ciudad y en las inmediaciones del lugar las concentraciones de
contaminantes son permanentemente altos con un efecto continuo sobre la
salud de millones de personas que bajo los esquemas actuales quedarían
condenados a carecer de áreas naturales para siempre.
Y a
estos problemas se añade la absoluta irresponsabilidad en el manejo de
aguas negras producidas en la ciudad. Los millones de litros de agua
que se utilizan en la ciudad se contaminan en las actividades diarias
sin que a nadie le importe esa grotesca y gigantesca producción de
mierda como problema social. Alrededor del lecho seco del lago corren
cientos de kilómetros de canales de aguas negras que cruzan desde
colonias densamente pobladas hasta campos de cultivo donde se usan para
riego sin pasar por tratamiento para potabilizarlas. La inmundicia de
la ciudad parece lo único con un factor de procesamiento a ciclo
cerrado. Recircula todo el tiempo en nuestro distópico ecosistema. Otra
parte de las aguas negras se canaliza a través del drenaje profundo.
Una idea originalmente ideada por ingenieros franceses contratados por
Porfirio Diaz para celebrar la modernidad en 1910 con un sistema que
evitara las inundaciones en el centro de la ciudad. Un siglo después en
una evidente falta de ideas un proyecto que implicó a los gobiernos del
D.F. , del EdoMex y al gobierno federal se amplió la obra de Diaz
construyendo el túnel emisor oriente, una etapa mas profunda al ya de
por si ampliado drenaje profundo. El sentido de estas obras corresponde
con la idea absurda de que el mundo puede recibir los desechos de
asentamientos humanos de manera infinita bajo la idea de la existencia
de “espacios vacíos e incomunicados” a donde arrojar la inmundicia. En
ultima instancia muchas de estas aguas llegan a la presa Endhó, uno de
los cuerpos de agua mas contaminados del mundo y que está rodeado de
zonas agrícolas.
Se puede decir certeramente que los tres
principales productos de la Ciudad de México son: Desechos Sólidos,
Aguas Negras y Gases Nocivos. Los dos primeros son arrojados al espacio
del lecho seco del lago de Texcoco en una acumulación infame de
inmundicia y estupidez.
En este mismo espacio se pretende
construir una obra que no atiende ninguna de esas problemáticas, que
ataca el frágil sentido de comunidad, que evita la descomposición
social, que atenta contra los pobres resquicios de vida silvestre en el
otrora magnifico lago y que solo enriquece a una sarta de oligarcas
repugnantes.
3.- La ciudad como ecosistema mas allá de los fundamentalismos.
La
zona agricola de Atenco no abarca todo el remanente no urbanizado del
lago y las actividades agrícolas son compatibles con la reinundación
del lago, mas que buscar un nuevo enemigo la comunidad de Atenco tiene
la oportunidad de liderar el mayor proyecto de rescate ecológico,
social y urbano de la historia si se apoya en la comunidad de la ciudad
de México y en sus miles de profesionistas. Indudablemente hay que
sostener el -No al aeropuerto- pero también al inmovilismo o a la
condenación de la ciudad. Los terrenos federales del lecho seco del
lago de Texcoco deben de ser parte de un gran proyecto de renovación
ambiental que de esperanza a los millones de personas que habitamos la
ciudad. Para lo que hoy dia la Conagua utiliza la zona federal del
lecho seco del lago es para la infiltración al subsuelo de aguas con
mínimo o ningún tratamiento, para el almacenaje de químicos tóxicos y
para la especulación de tierra. Esas tierras pueden ser renovadas con
un proyecto amplio que involucre a los millones de habitantes del Valle
de México en un proceso de arquitectura participativa donde sea la
sociedad la que priorize el uso de recursos.
En cuanto a la
infraestructura necesaria para la ciudad un aeropuerto tiene una
utilidad marginal respecto a los temas mas apremiantes que son el
abasto de agua, el manejo de aguas servidas y el manejo de desechos
sólidos. Si no se atienden esos puntos la salud y seguridad de mas de
20 millones de personas se mantendrá en un precario limite que puede
desembocar en la muerte o el éxodo masivo de grandes áreas de la ciudad.
Del
mismo modo que no se deben abandonar las labores agrícolas en los
terrenos ejidales tampoco se tiene que dejar en el abandono o la
especulación el terreno federal que durante décadas ha servido como
tiradero de los desechos de la ciudad en una visión depredatoria e
irresponsable que dejo como secuela un legado de contaminación y
urbanización sin ningún criterio de bienestar llevada a cabo por mafias
políticas. La zona federal del lecho seco del lago puede ser la ultima
oportunidad de la ciudad para garantizar su viabilidad ecológica y su
abastecimiento de agua.
El que se reviva el lago de Texcoco
hasta un punto donde sean posibles la navegación y la pesca no implica
ni debe implicar el abandono de la agricultura sino por el contrario su
transformación a una agricultura de temporal a una agricultura de riego
o de chinampa aprovechando todo el legado de saberes de los campesinos
del valle de México y los profesionistas solidarios que seguramente
contribuiríamos en el proceso.
El proyecto Ciudad futura fue una
propuesta de un grupo de arquitectos, ingenieros y urbanistas que bajo
los paradigmas de otros tiempos propusieron una alternativa al uso de
los terrenos federales en el lecho seco del lago. Intentaron adecuar su
propuesta en 2000 para conciliar las posturas que se debatían entonces.
Sin embargo no han realizado ningún proceso de dialogo con las
comunidades aledañas. Esto es un remanente de un pensamiento arcaico
que pretende que la arquitectura y el urbanismo se imponen desde
arriba. Las condiciones sociales y la democracia implican el
involucramiento de la comunidad en las transformaciones sociales de su
entorno. La sociedad organizada no solo tiene la necesidad de defender
su territorio y sus intereses, también tiene la responsabilidad de
participar en la planeación y gestión de las decisiones que involucren
el espacio común.
Ya no es posible volver a un estado previo de
las cosas, el destino no solo de los terrenos del lecho seco del lago
sino de la ecologia de la ciudad deben ser decididos con la urgencia
del caso. Y aqui fallan tres cosas desde la sociedad. Primero.- El FPDT
se ha anquilosado en un discurso que pretende mantener todo en un
estado previo al actual (lo que es imposible). Segundo.- No hay
proyectos alternativos para el área surgidos a peticion de la sociedad
o a iniciativa de los profesionistas de las áreas relacionadas y
Tercero.- No se ha lanzado ninguna nueva convocatoria publica por parte
de las organizaciones sociales para convocar a la sociedad del valle de
México en la solución a largo plazo de los problemas ambientales de la
región.
Si se abandonan los fundamentalismos construidos
desde el discurso del pobrismo que atacan sin dialogar a los que no se
desempeñan en actividades agrícolas se pueden aprovechar todos los
saberes de todos los habitantes de la ciudad. Hay sin duda alternativas
sociales al futuro ecológico del valle, pero para lograr la
organización necesaria se requiere que los movimientos sociales que han
luchado por la defensa de los ejidos tomen la iniciativa de manera
audaz y llamen a la toda la sociedad del valle a participar de los
procesos de decisión sobre el futuro común.
La sociedad no es
ciega a la urgencia de resolver los temas ecológicos, pero si es
incapaz de hacerlo sin un espacio de confluencia que permita tomar
decisiones comunes. Y estas decisiones requerirán de alternativas bien
fundamentadas, diseñadas a detalle con los saberes combinados de
profesionistas y comunidades que conocen su entorno.
El reto
esta en lograr que sea la democracia directa y la voluntad social la
que determine el futuro de la ecología del valle de México.
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