Barcelona,
08 oct. 14. AmecoPress.- El próximo jueves 16 de octubre, a las 19 h.,
se presenta, en la sala La Cuina, Centre de Cultura de la Dona
Francesca Bonnemaison de Barcelona, la publicación “Tejidos que lleva
el alma. Memoria de las mujeres mayas sobrevivientes de violación
sexual”. Asistirá la integrante de la Colectiva Actoras de Cambio de
Guatemala Liduvina Méndez y la entrada será libre.
Durante el
conflicto armado es la recopilación de las vivencias de las mujeres
mayas que sufrieron violencia sexual durante la dictadura de Efraín
Rios Montt y rompieron el silencio después de 25 años, del
acompañamiento que la Colectiva Actoras de Cambio realizó en el proceso
de sanación y recuperación de estas mujeres indígenas y de las
reflexiones teóricas y políticas extraídas en común. Tejidos que lleva
el alma rescata la memoria de las mujeres mayas como sujetas históricas
y convierte lo personal en político.
Es el
resultado de la investigación-acción realizada durante casi tres años
por el ECAP (Equipo de Estudios Comunitarios y Acción Psicosocial), la
UNAMG (Unión Nacional de Mujeres guatemaltecas) y feministas
independientes que participan en la Colectiva Actoras de Cambio.
La
investigación evidencia como la violación sexual fue utilizada por el
Estado para destruir la continuidad biológica, social y cultural del
pueblo maya a través de los cuerpos de las mujeres.
Nombrar la
violación se trasforma aquí en un acto profundamente transgresor ante
las numerosas estrategias de silenciamiento y estigmatizaciones
impuestas por la ideología patriarcal y racista.
Además, la
investigación analiza en la piel de estas mujeres las profundas
rupturas que la violación sexual significó, la estigmatización que las
revictimizó y las profundas huellas que ha dejado en su interior, así
como el empoderamiento de la mano de Actoras de Cambio, que les dio
herramientas para “afrontar el trauma, salir del dolor y desprenderse
del hecho violento para reconstruir su vida”.
De este modo, Tejidos que lleva el alma se convierte en una herramienta de dignificación para todas las mujeres de Guatemala.
Actoras de
Cambio es una colectiva guatemalteca con diez años de historia, que
nació como resultado de la puesta en común de los sueños de mujeres,
feministas y lesbianas de la cultura maya, mestiza y francesa. Su
filosofía nace de la idea de que “es posible reconstruirse después de
haber vivido el horror, y crear un mundo justo, de respeto y libertad
para las mujeres, donde la violación sexual, la guerra y el racismo ya
no se toleren ni consideren algo normal”.
Actoras tiene
“un funcionamiento horizontal, basado en responsabilidades claras y
definidas y no en lugares jerárquicos. Las decisiones, tanto
estratégicas como operativas, se toman en reunión de equipo, donde
participan todas las mujeres que forman parte de Actoras.
Conscientes de
que las jerarquías no se definen únicamente a partir de estructuras,
desarrollamos espacios bimensuales para abordar y desarticular las
relaciones de poder y conflictos que se crean a lo largo del trabajo en
equipo”.
Así, explican
que “los principios de respeto, justicia, igualdad, libertad,
solidaridad y autonomía orientan nuestro trabajo, las relaciones que
establecemos con las mujeres que acompañamos y las relaciones que
creamos entre nosotras. Cuestionamos de forma permanente nuestra forma
de actuar para que estos principios no se queden en enunciados de
buenas intenciones sino que sean una práctica real de nuestras
relaciones cotidianas”.
Superar la violencia desde la cosmovisión feminista e indígena
“El feminismo
nos propone ‘lo personal es político’”, explican, “así que la propuesta
era analizar nuestra vida, mirar dentro de nosotras mismas. En el
equipo teníamos la experiencia de utilizar la energía para sanarnos, lo
corporal, los procesos de autoconciencia feminista, y también
contábamos con muchos elementos de la cosmovisión maya, que nos ve como
seres totales y no fragmentados: el fuego, el aire, la naturaleza, el
calendario maya, entre otros, para resignificar la violencia".
Utilizaron
técnicas como “la pintura. Al principio, cuando pintaban dónde están
las marcas de la violencia sexual, las mujeres mayas pintaban todo su
cuerpo y fuera, en el campo energético”. Otra metodología fundamental
“es que las mujeres, estando presentes en los grupos, nos
responsabilizábamos de nuestro proceso de sanación, cada una desde sus
posibilidades, sus ritmos, y el equipo no impone ni dirige el proceso,
lo hacemos juntas".
Foto: Archivo AmecoPress.
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