Escrito por Jenaro Villamil
El gobernador Carmelo Vargas está
enfurecido. Acaba de aparecer en el noticiario de mayor audiencia en un
videoescándalo, recibiendo dinero de un narcotraficante. La difusión de
estas imágenes en el Corporativo Televisión Mexicana es una de las
“cajas chinas” –estrategias para desviar la atención masiva- ante uno
de los errores públicos del presidente de la República, presa de la
burla en redes sociales.
Carmelo Vargas, un personaje folklórico
que es una sátira múltiple de Mario Marín o de Ulises Ruiz, pero
también de algunos gobernadores actuales como Rafael Moreno Valle,
Javier Duarte, Miguel Angel Mancera, Manuel Velasco o hasta el
guerrerense Angel Aguirre, decide ir con “el director” del Corporativo
a “arreglar” el asunto con una maleta llena de dinero.
De acuerdo al guión de La Dictadura Perfecta, se produce el siguiente diálogo entre el “director” de la compañía televisiva y el gobernador:
-Para nuestros clientes de gobierno,
como usted pretende ser, hemos desarrollado diferentes paquetes de
asesoría y posicionamiento. Pero considerando sus problemas, lo que yo
le recomiendo es empezar con el Plan Premium –afirma el funcionario
televisivo, con un innegable parecido a Bernardo Gómez, vicepresidente
actual de Televisa.
-¿Y en qué chingaos consiste el mentado plan ése? –pregunta el gobernador.
-A grandes rasgos, y para no
confundirlo a usted con detalles, usted destina el 3 por ciento de las
participaciones federales y el 50 por ciento del gasto de comunicación
social a nuestra televisora, y nosotros le proporcionamos asesoría en
comunicación e imagen, un paquete de spots en prime time y, lo más
importante, manejo de crisis política…Tal cual y como la está, usted,
teniendo ahora.
Como el siguiente fragmento, muchas
otras partes del guión del director Luis Estrada y de Jaime Samprieto,
que originalmente se llamaba La Verdad Sospechosa –registrado el 14 de
diciembre de 2011 con el número 1548988- fue apoyado ese año por
Videocine, la subsidiaria de Grupo Televisa dedicada a la industria
cinematográfica.
La Verdad Sospechosa sólo cambió de nombre a La Dictadura Perfecta, pero el guión siguió siendo el mismo, afirma Luis Estrada, en entrevista con Proceso.
La película que se estrenará este 16 de
octubre mantiene todas las secuencias que parodian el manejo de las
“crisis” político-mediáticas más vistas en los últimos años, desde
episodios que recuerdan al escándalo de la niña Paulette o el
telemontaje de Florence Cassez, los videoescándalos de René Bejarano o
hasta sucesos más recientes de detenciones de grandes capos del
narcotráfico y gobernadores que, de pronto, se vuelven “héroes” en la
pantalla. Todo gracias a la magia del “paquete Premium” que una
poderosa televisora que “ya puso un presidente” firma con un gobernador
emproblemado.
A pesar de que ya conocían este guión,
directivos de Videocine decidieron retirarle el apoyo de los 20
millones de pesos originales a La Dictadura Perfecta. Las autoridades
de la Secretaría de Gobernación le dieron una buena clasificación y se
estrenará en 1,200 pantallas en el país.
Luis Estrada está inquieto. Teme que la sátira relatada en La Dictadura Perfecta repita los episodios de intento de censura o presiones que vivió con La Ley de Herodes, el filme que en 1999 retrató ácidamente a la política priista, en vísperas de la derrota electoral del 2000, o El Infierno,
la cinta estrenada en el marco del Bicentenario del 2010 que ironizó la
guerra contra el crimen organizado en el gobierno de Felipe Calderón.
La diferencia es que La Dictadura Perfecta
no sólo incomoda a la clase política sino a sus socios de los medios
masivos que aplican las fórmulas probadas ya con Enrique Peña Nieto
para catapultar a un político hasta la presidencia de la República, a
cambio de un millonario contrato cuyos detalles sólo se saben detrás de
la pantalla.
Estrada considera que “lo mejor aún
está por venir”. Para el director lo importante es responder a esta
pregunta: “¿volverá la gente a ver igual las noticas después de esta
película?”
La Fórmula Expuesta
“A lo mejor eso lo que más les preocupa
de la película: que ya no pueden operar con la fórmula probada”, admite
el director Luis Estrada.
-¿Exhibes el ‘nombre del juego’?
-Sí. Y se hace de una forma articulada. El punto es que son muy predecibles. Han ido aplicando esta misma fórmula
una y otra vez.
una y otra vez.
-¿Hay algún signo de que puedan tomar represalias?
-Por ahí está el rumor de que ‘los
engañé’. Que les presenté una parodia y salí con un documental, cuando,
en realidad, desde el principio estaba todo muy claro en el guión.
-¿Por qué sería incómoda La Dictadura Perfecta
si muchos jóvenes, mucha gente ya se dio cuenta de cómo opera la
televisión, en especial, Televisa y ya no les creen? –se le cuestiona.
-Porque estas críticas que usted
menciona se da en una retroalimentación de los convencidos. Quienes
emiten un tweet para criticar a Televisa se leen entre ellos y sólo
tiene el poder de durar, cuando mucho, 10 minutos. De los movimientos,
ahí está el #YoSoy132, donde algunos de sus líderes acabaron siendo
comentaristas de Televisa. El caso de Antonio Atolini es una de las
cosas más tristes porque se trataba de uno de los dirigentes más vistos
y simbólicos.
“Aquí estamos hablando de una historia
que puede verse. El cine sigue siendo un espectáculo popular. Tiene el
magnetismo por sus actores, es un lenguaje visual muy atractivo”.
-¿Entonces aquí veremos si el cine sigue siendo un medio muy poderoso frente a la capacidad de manipulación televisiva?
-Cuando el cine es muy bueno es un arte
y cuando quiere ser ideológico acaba siendo panfletario. La televisión
es un aparato electrodoméstico que llega a millones de hogares, el cine
aún no tiene ese poder. El círculo rojo en México se retroalimenta a sí
mismo, pero la televisión llega a la gran mayoría de los 120 millones
de mexicanos. La gente sigue estando pendiente del final de una
telenovela.
-¿Por qué sería peligrosa entonces una película como ésta?
-Es peligrosa porque es didáctica, porque está articulando una serie de imágenes que la gente ha visto en la televisión.
-¿Por qué elegir el género de la sátira y no un documental donde se digan los nombres de manera explícita?
-Porque la gente se siente medianamente
redimida frente a la sátira. Hay una especie de hartazgo social y la
sátira es una pequeña venganza frente a los abusos.
“Cuando hice las anteriores películas pensé que ya el país había tocado fondo. Cuando Jaime (Samprieto) y yo hicimos La Ley de Herodes
pensábamos que el país ya había tocado fondo. El cinismo rampante en
esa época frente al Fobaproa, a los crímenes políticos. Mire qué
ingenuos fuimos.
“La Dictadura Perfecta la
escribimos en el 2011. En ese año, Peña Nieto no era ni el candidato
oficial del PRI, pero ya era inevitable que llegaría a la presidencia
de la República. Nosotros dijimos que no podíamos quedarnos en el
relato de la historia de su ascenso porque es un modelo que ya probó
eficacia y lo quieren repetir con otros gobernadores”.
-¿Entonces la novedad no era el ascenso de Peña Nieto sino el modelo que se repite?
-Así es. La novedad era describir el modelo de la televisión para replicar lo sucedido con Peña Nieto.
“Se supone que ya no podrían hacerlo
porque hay leyes que lo prohíben. Lo único que hicieron fue sofisticar
el modelo. En distintos estados se están financiando varias telenovelas
para promover a los gobernadores. Están aplicando la misma fórmula de
casarse con una actriz de la televisión.
“A lo mejor es lo que más les preocupa de la película: que ya no podrán operar con la fórmula probada porque quedan exhibidos”.
La Sombra de la Ley de Herodes y El Infierno
A Luis Estrada no se le olvida “lo siniestro” que fue el conflicto con La Ley de Herodes,
en el ocaso del último sexenio priista. Se armó una crisis frente al
intento de censura en el gobierno de Ernesto Zedillo. El entonces
director del Instituto Mexicano de Cinematografía, Eduardo Amerena, fue
obligado a renunciar en diciembre de 1999. Amerena acusó a Estrada de
cambiar el final de la historia porque el personaje principal,
interpretado también por Damián Alcázar, en lugar de recibir un castigo
por sus fechorías quedó impune.
El titular de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa afirmó frente al affaire de La Ley de Herodes
que “todo se suscitó porque las autoridades del área cinematográfica ni
leyeron el guión adecuadamente ni vieron la película hasta que estaba
lista. Cuando la vieron se espantaron, se sintieron con una papa
caliente y tomaron la decisión errática de no proyectarla” (Reforma,
3-12-2000).
En aquella época, hubo rumores de todo
tipo entre los columnistas oficiosos: que el PAN estuvo detrás de la
película, que el propio Carlos Salinas la apoyó, entre otros muchos
dichos. La película fue un éxito. Tanto, que gente cercana a Emilio
Azcárraga Jean afirman que La Ley de Herodes es una de sus cintas favoritas del presidente de Grupo Televisa.
Dos años después de su renuncia,
Amerena dio una entrevista a Reforma donde responsabilizó directamente
a Tovar y de Teresa. “Dijo que era una película proselitista, que
atacaba al PRI y al sistema, y que por ello no merecía ser exhibida en
esos términos”, afirmó.
Paradójicamente, Tovar y de Teresa
vuelve a estar al frente del Conaculta, como hace 15 años. La
diferencia es que ahora ya no pudieron frenar la distribución y
promoción de la película.
Durante el gobierno de Vicente Fox, Estrada filmó El Mundo Maravilloso que era una parodia también de Foxilandia.
A las dos semanas de ser estrenada fue
retirada por la distribuida Twenty Century Fox. No hubo intentos
explícitos por censurarla. El entonces secretario de Gobernación,
Santiago Creel, recomendó que se le aplicara “la ley del hielo”. Ni la
vieron ni la oyeron.
El Infierno incomodó mucho al gobierno
de Felipe Calderón. Se exhibió en el momento de la celebración del
Bicentenario. Estrada fue apoyado por IMCINE, Conaculta y el Gobierno
del Distrito Federal. El relato descarnado de la complicidad entre los
políticos y el narcotráfico impactó a las audiencias, pero,
paradójicamente, emergió
El Cochiloco (interpretado por Joaquín Cosío) como uno de los personajes más entrañables.
Estrada recuerda que intentaron
frenarla por presunta violación a la Ley sobre el Escudo, la Bandera y
el Himno Nacionales, pero no pudieron. La única referencia explícita de
Felipe Calderón a la película fue durante una entrevista con Denisse
Mercker. Seco, el entonces presidente afirmó que no la había visto,
pero criticó a los “malos mexicanos” que no se suman a la lucha del
gobierno contra el crimen organizado.
-¿Ve algún paralelismo entre lo sucedido con La ley de Herodes, El Infierno y ahora con La Dictadura Perfecta?
-Estoy viendo el paralelismo de un
sistema político calificado por Mario Vargas Llosa como “la dictadura
perfecta” en el siglo XX y el de ahora, en el siglo XXI. Otra vez
vuelve a surgir el rumor de que “los engañé” con el guión.
“Lo más interesante, sin embargo, está
por venir. ¿La gente va a ver igual las noticias después de esta
película? Esa es mi pregunta”.
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