La violencia machista es la principal causa de muerte entre mujeres de 15 y 44 años en todo el mundo
Madrid, 16 oct. 14. AmecoPress. Con
la sala llena de gente –sobre todo mujeres- comenzaba el II Seminario
Internacional de Violencia contra las Mujeres: Feminicidio, convocado
por Alianza por la Solidaridad junto a otras organizaciones
internacionales para debatir sobre los avances y retos en América
Latina y Europa para conseguir que las mujeres disfruten el derecho a
una vida libre de violencia.
Y es que
aunque la falta de responsabilidad colectiva frente al fenómeno de la
violencia contra las mujeres por el hecho de ser mujeres sigue siendo
común en las sociedades de todo el planeta, hay quienes saben que
frente al feminicidio y su base, la profunda desigualdad entre mujeres
y hombres existente, se necesitan estrategias conjuntas.
Un asunto público
Los
avances que se van produciendo obedecen a la lucha del movimiento
feminista y las asociaciones de mujeres. Son ellas quienes han
conseguido que la violencia de género salga del ámbito privado y tome
nombre o que se acepten términos como el feminicidio.
Gracias
a ello, explicaba Liz Meléndez, directora ejecutiva del Centro de la
Mujer Peruana Flora Tristán, CLADEM, “se puede interpelar al Estado
como responsable, por acción u omisión”, nos alejamos de enfoques que
“naturalizan” comportamientos, lo que conduce a la “exculpación de los
agresores” y a “responsabilizar a las víctimas”, y “se establece la
misoginia como eje de discusión”.
No hay
perfil. La violencia de género golpea a todo tipo de mujeres, sin
distinción, es un problema estructural. Aunque hay factores que
acrecentan la vulnerabilidad. La pobreza, el ser indígenas… De ello
hablaron Angélica Valenzuela, (CICAM) y María Morales (Majawil Q’ij) en
una mesa moderada por Beatriz Sagrado (CONGDE) y en la que participaron
también las españolas Carmen Martínez Ten, que fue directora del
Instituto de la Mujer y forma parte del Lobby Europeo de Mujeres, y
Bárbara Tardón, de la Plataforma que ha elaborado el Informe Sombra
CEDAW en España.
Angélica
explicó que en países como México, Guatemala y El Salvador, donde el
asesinato de mujeres se realiza “con saña”, solo un 0,47 por ciento de
las víctimas denuncian y a pesar de ser un porcentaje tan pequeño las
instituciones no tienen capacidad de respuesta.
La
activista denunció la existencia de marcos legales que legitiman la
violencia y sobre todo, la influencia de un imaginario colectivo que
sostiene la desigualdad de la cual se deriva. “Por ello, a pesar de los
avances, de las luchas y de las leyes, de una a tres mujeres mueren de
forma violenta cada día en la región latinoamericana”.
Sin directiva europea
“Al
contrario de lo que pueda creerse, Europa no está libre de violencia”,
advirtió Carmen Martínez Ten en su intervención. Los datos de la
encuesta realizada por la agencia europea y que fueron presentados en
marzo muestran que la situación no ha mejorado mucho en los últimos 15
años. Una de cada tres mujeres en Europa ha sufrido violencia física o
sexual, un 5 por ciento ha sido violada y entre un 45 y un 55 por
ciento han sufrido acoso sexual. “Además, están apareciendo nuevas
formas de violencia relacionadas con la tecnología”.
Martínez
Ten explicó en la UE no existe una legislación común sobre violencia de
género. “La UE, que ha legislado hasta las medidas de una tableta de
chocolate, no crea una directiva con un enfoque integral y común sobre
esta materia: es sospechoso”, añadió. Desde ese punto de vista, Ten
dijo que el Lobby Europeo de Mujeres piensa que “es bueno” utilizar el
Convenio de Estambul, y exigir “que la Comisión Europea y cada país lo
firme”.
Además,
denunció el hecho de que varios países europeos incluyan los datos
económicos de la prostitución como parte del PIB y de los Presupuestos
Generales del Estado.
La
importancia de la legislación internacional fue algo destacado por las
distintas representantes de las organizaciones que se dieron cita. “Son
herramientas fundamentales”, advertía Bárbara Tardón, la encargada de
presentar el trabajo que durante más de dos años han llevado a cabo
expertas y más de 250 organizaciones plasmado en el llamado Informe
Sombra. Es un magnífico documento de 30 páginas en el que se evalúa el la equidad de género en España.
Este
informe es un “instrumento de la CEDAW”, y en ningún caso es un
“contrainforme” del presentado por el Estado español – tarde, por
cierto-. “Nos hemos basado en los datos recogidos y analizados a través
del trabajo comunitario”. La principal conclusión de este documento es
que la Igualdad en España ha sido “desmantelada”.
Tardón
explicó la reducción de recursos públicos destinados a la lucha contra
la violencia de género, cómo se “disfrazan” cifras y se reducen equipos
y sueldos. Desde 2009, ha habido una reducción del 23 por ciento al
presupuesto contra este tipo de violencia. “Por poner un ejemplo, en
2012 la inversión en campañas de reclutamiento del ejército duplicó a
la dedicada en campañas de prevención de Violencia de Género”, ilustró
la experta.
La Ley
integral contra la violencia de género únicamente considera violencia
de género a la que se ejerce en el ámbito de la pareja o ex pareja,
ignorando otros tipos de violencia como la violencia sexual, los
asesinatos contra mujeres fuera del ámbito de la pareja o prácticas
perjudiciales como la mutilación genital femenina o el matrimonio
forzoso.
El
Informe Sombra, que será defendido en Ginebra el próximo 10 de
noviembre, también denuncia que en ámbitos tradicionalmente masculinos
como el judicial y el policial persisten los estereotipos de género
asociados a violencia contra las mujeres o niñas; hasta el punto de que
si las víctimas no son capaces de aportar las pruebas necesarias los
casos son sobreseídos sin investigación de oficio. En su intervención
Tardón llamó la atención acerca del “mal llamado Síndrome de Alineación
Parental, utilizado en juicios y basado en estereotipos de género”.
Por
último, Bárbara hizo referencia a la lucha contra la trata, en la que
se observa la “ausencia de perspectiva de género” frente a la
utilización de “políticas migratorias y seguridad del estado”.
De este
modo concluían las intervenciones del Primer panel, titulado ‘El
feminicidio, como la expresión máxima de la violencia machista:
avances, obstáculos y retrocesos’.
Retos e instrumentos
Durante
toda la tarde, expertas y militantes del movimiento feminista
profundizaron en el fenómeno de la violencia machista, que, según
cifras de la OMS, es la principal causa de muerte entre mujeres de 15 y
44 años en todo el mundo, por delante de las muertes provocadas por el
cáncer, la malaria, los accidentes de tráfico y las guerras.
A pesar
de los instrumentos internacionales como la Convención sobre la
Eliminación de todas las formas de Discriminación Contra la Mujer
(CEDAW), de sentencias como la de la Corte Interamericana
responsabilizando al Estado mexicano sobre las muertes de Campo
Algodonero que sientan jurisprudencia a nivel internacional o
Resoluciones de urgencia aprobadas por el Parlamento Europeo, las
políticas implementadas por los estados para hacer frente a esta
pandemia son claramente insuficientes ante la magnitud y complejidad
del problema.
El
segundo panel tuvo como objetivo ofrecer un análisis integral de los
diferentes aspectos y perspectivas de abordaje de la violencia contra
las mujeres y feminicidio: desde el ámbito judicial, la investigación,
sanción, atención y prevención, identificando los avances, obstáculos y
retos.
Durante
el tercer bloque se propuso identificar cuáles son los retos (a nivel
político, legal, del movimiento de mujeres) para enfrentar la violencia
y el Feminicidio e identificar los momentos importantes para la
incidencia a nivel latinoamericano y europeo.
Además
se exhibió la exposición ¡Vivas Nos Queremos!, un proyecto para crear
imágenes gráficas con mensajes contra la violencia hacia las mujeres y
los feminicidios, que se compone de 16 imágenes realizadas por la
Colectiva Mujeres Grabando Resistencias, presentadas por la Casa
Iberoamericana de la Mujer en Barcelona.
Foto: AmecoPress
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Pies
de foto: 1) Primer panel, de izquierda a derecha Carmen Martínez Ten,
Liz Meléndez, Beatriz Sagrado, Angélica Valenzuela, María Morales y
Bárbara Tardón; 2) Palabras de bienvenida; 3) Público asistente; 4)
Intervenciones en el panel;
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