Las uruguayas son mayoría en este país sudamericano de 3.5 millones de habitantes, pero su reducida presencia en la toma de decisiones hace de su participación en las elecciones del próximo 26 de octubre una incógnita.
Desde 1961, todos los censos nacionales arrojaron una leve pero sostenida mayoría de mujeres en el país y, sin embargo, apenas participan en las instancias de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Uruguay, entre los pioneros en legislar medidas en defensa de la población femenina, como su derecho al voto, sólo tiene dos senadoras, ambas del gobernante Frente Amplio (FA), en una Cámara de 30 miembros.
En la Cámara de los Representantes, con 99 miembros, hay 13 diputadas: siete del FA y tres cada uno de los opositores partidos Nacional (PN) y Colorado (PC).
Es decir, las uruguayas ocupan el 14.2 por ciento de las bancas en el Parlamento, mientras que el promedio regional es de 23 por ciento.
En el Poder Judicial, ellas representan el 63 por ciento de los cargos, pero actualmente no hay ninguna en la Suprema Corte de Justicia.
Pese a los avances en defensa de los derechos femeninos, el gabinete del presidente José Mujica, de 13 ministros, apenas cuenta con dos mujeres y la historia de los gabinetes ministeriales arroja un promedio de 4 por ciento.
Según coinciden distintas fuentes, sólo 16 altos cargos son ejercidos por mujeres en 69 entes autónomos, dos en las 23 empresas públicas y cuatro en los 15 servicios descentralizados.
La coordinadora residente de Naciones Unidas, Susan McDade, recordó que Uruguay hoy es “uno de los países de la región que menos participación le da a las mujeres en la toma de decisiones”.
LAS PROTAGONISTAS
La candidata al Senado Mónica Xavier admitió que llegó a ser la cuarta presidenta del FA porque “hubo voto directo”, y que –de lo contrario– le hubiera sido mucho más difícil.
Beatriz Argimón, dirigente del PN, sostuvo que quienes contribuyen a las campañas suelen apoyar a los hombres, por lo que lo económico afecta las oportunidades electorales de las mujeres.
La diputada Martha Montaner, del PC, opinó que las mujeres están “en las bases sociales de los partidos, a veces hasta mayoritariamente, pero –a medida que van subiendo escalones de responsabilidades– van desapareciendo”.
Mabel Simois, directora de la Red de Mujeres Políticas con el Comité Latinoamericano y del Caribe para la Defensa de los Derechos Humanos de las Mujeres, es candidata a senadora por el FA y postula que “hay que ir por la paridad”.
Son varias las abanderadas de la paridad, tema que describen como “un componente de calidad democrática que queremos que se exprese en los cargos electivos y ejecutivos”.
Varias uruguayas serán postuladas en los próximos días, pero ninguna firma encuestadora se ha atrevido aún a adelantar sus eventuales posibilidades de éxito.
El semanario Búsqueda encargó un sondeo sobre el tema que registró 66 por ciento a favor de que haya más mujeres en política, mientras que el 25 por ciento cree que es adecuado el número actual de legisladoras y ministras.
Sólo 2 por ciento piensa que debería haber menos mujeres que las que hay ahora en cargos legislativos y ministeriales.
La encuesta demostró, además, que las actitudes de los uruguayos sobre el tema están cambiando, aunque lentamente: hace 15 años el 57 por ciento consideraba que debería haber más mujeres en esos cargos y el 28 por ciento que era adecuado.
En 2009 se aprobó la llamada Ley de Cuotas, que establece que en los comicios generales de octubre y en los municipales de 2015 (exclusivamente) los partidos presenten al menos una mujer cada tres lugares en sus listas (un tercio de los candidatos).
Lilián Celiberti, integrante de Cotidiano Mujer, dijo que en Uruguay hay “menosprecio” por un mecanismo de igualdad como la Ley de Cuotas, “que ojalá –dijo– no tuviera que existir”.
Varias organizaciones femeninas del país aprovecharon la actual campaña electoral para alertar a las uruguayas sobre posibles “maniobras, avivadas o jugarretas”, a pesar de lo dispuesto por la ley.
“No permitiremos que insulten nuestra inteligencia y realizaremos campañas para que la ciudadanía castigue estas prácticas”, indica un comunicado del Colectivo Mujeres por Democracia, Equidad y Ciudadanía.
Las mujeres recuerdan el fenómeno originado en México, donde una mujer electa deja su cargo a un hombre, mediante un compromiso previo a su postulación.
Hasta ahora no hay denuncias oficiales de esto en la actual campaña uruguaya, aunque sí comentarios en los medios de alguna candidata que estaría obligada a renunciar si es electa.
LEY DE CUOTAS
Pese a algunas críticas, la Ley de Cuotas es considerada un importante cambio cualitativo, puesto que, como dijo el ministro de Desarrollo Social, Daniel Olesker, “hay una desigualdad que no es natural sino generada”.
La misma encuestadora citada por Búsqueda consigna que el 75 por ciento de los uruguayos está de acuerdo con la ley, mientras que sólo el 19 por ciento está en desacuerdo.
Más allá de los números, el nivel de participación política de las uruguayas será puesto a prueba en las elecciones del próximo 26 octubre, con repercusiones claves para el futuro.
*Corresponsal de Prensa Latina en Uruguay.
Por: Jorge Luna*
Cimacnoticias/PL | Montevideo.-
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