Madrid, 16 oct. 14. AmecoPress. Shefali
Varma es una mujer india que vive entre Madrid y Nueva Delhi, donde
pasa cuatro meses al año e impulsa proyectos de apoyo a las mujeres. El
día que la entrevistamos acaba de conocerse la noticia de la concesión
del Premio Nobel de la Paz a Malala por la defensa del derecho a la
educación de las niñas. Shefali también cree que esta es una de las
claves para que la desigualdad entre mujeres y hombres desaparezca, que
es en última instancia lo que desencadena la violencia. Y trata de
hacer su aporte impulsando proyectos en India para ayudar a las mujeres
a “defenderse del maltrato”, impulsando una pequeña escuela en Delhi y
también en España, apoyando a mujeres inmigrantes a través de la
Asociación de Mujeres de Sudasia.
La situación
de las mujeres en India ha ido cambiando a lo largo de la historia. “En
la época antigua, las mujeres gozaban de más respeto que en la época
medieval e incluso más que en la actualidad”, explica Shafali. En la
India moderna, las mujeres han tenido puestos importantes en el ámbito
político, llegando a ocupar la presidencia del país y a liderar la
oposición. A pesar de ello, “son víctimas de violación, tira de ácido,
rechazo y violencia por no traer dote suficiente y las niñas jóvenes
son forzadas a la prostitución”.
Según un
informe de Thomson Reuters, India es el cuarto país más peligroso del
mundo para las mujeres y el peor de todos en los países del G20.
Shefali afirma que esto no es reciente, pero ahora está saliendo a la
luz, “porque nos hemos dado cuenta de que tenemos derecho al respeto y
a no ser tratadas como objetos.”
Según los
informes de la policía de la India, hay un incremento tremendo en los
crímenes contra las mujeres. El National Crime Records Bureau tiene
estadísticas de muestran que desde 1998 hasta 2010 el incremento en los
crímenes contra las mujeres supera el porcentaje de crecimiento de la
población.
En las
violaciones, tanto dentro como fuera de los matrimonios, “la impunidad
sigue siendo muy grande”, explica la activista. Y es que a pesar de los
cambios recientes de la ley, en el sentido de mejorar la protección a
las mujeres, las víctimas y las familias sienten mucha vergüenza y
sufren rechazo social de la comunidad. “En India no puedes hablar mal
de un violador”, sentencia.
En los años
ochenta, las activistas lucharon contra la violación marital para que
se declare ilegal, pero en 1983, el acta dijo que "el coito de un
hombre con su propia esposa, si no es menor de 15 años, no es
violación".
Hay un nuevo
caso de violación cada 20 minutos. Nueva Delhi tiene el índice de
violación-en-grupo más alto en todas las ciudades indias. Los casos de
violación en la India se han duplicado entre 1990 y 2008. Según el
National Crime Records Bureau, 24,206 casos de violación fueron
reportados en la India en 2011, y el número real es mucho mayor.
Shefali enseña artes marciales para la defensa personal a mujeres de
Nueva Delhi. “En mi país es habitual que en la calle los hombres te
toquen el pecho, te agredan y nadie haga nada, por eso es importante
que las mujeres sepan delimitar su espacio y defenderse”.
El acoso
sexual es un “eufemismo” usado para nombrar los ataques de forma verbal
y física sobre las mujeres. Del número total de los crímenes
registrados contra mujeres en 1990, la mitad fue relacionado con el
acoso sexual en el trabajo. En 1997, el Tribunal Supremo de la India
tomó medidas severas con varias leyes contra el acoso sexual. También
la Corte dicto pautas de comportamiento para la prevención a fin de
evitar las demandas de los pleitos. El National Commission for Women
subsecuentemente elaboró estas normas en el Código de Conducta para los
empleados.
Otra de las
formas de violencia que pueden sufrir las mujeres de cualquier clase,
casta, o religión es que se las rocíe con un ácido que quema su piel y
llega a deformar sus facciones. Un crimen premeditado y cruel para
vengarse contra las mujeres que se “atreven a negar la propuesta de
matrimonio de un chico o piden divorcio”. El ácido es barato,
fácilmente disponible, y la “forma más fácil de estropear la vida de
una mujer”. También se observa un aumento de estos crímenes,
especialmente en las zonas rurales.
Cambio cultural
El matrimonio
de menores ha existido desde tiempos inmemorables en la India e
ilegalmente sigue practicándose en nuestros días. Históricamente, las
niñas viven con sus padres hasta que llegan a la pubertad, cuando son
obligadas a casarse. Aunque los británicos declararon esto ilegal en
1860, sigue siendo lo habitual sobre todo en las zonas rurales. Según
UNICEF, en su reportaje de“State of the World’s Children-2009”, el 47
por ciento de las mujeres de la India entre 20 y 24 años fueron casadas
antes de la edad legal de 18, subiendo a 56 por ciento en áreas
rurales. El 40 por ciento de los matrimonios menores del mundo ocurren
en la India.
Es cierto que
desde el gobierno y las instituciones se han implementado leyes y
mecanismos para frenar las distintas formas de violencia que sufren las
mujeres y la impunidad de los agresores. Pero no es suficiente. “Una
cosa es lo que dice la ley y otra la cultura, que es lo que hay que
cambiar”, asegura.
Desde 1961, el
estado indio impuso la ley de prohibición de la Dote, declarando
ilegales las demandas de dote por parte de la familia del novio hacia
la de la novia, esto sigue sucediendo, siendo el motivo de muchos casos
de violencia, suicidios y asesinatos de mujeres.
En 1994 el
gobierno prohibió declarar el sexo del bebe antes del nacimiento para
evitar el infanticidio femenino aun prevalece en algunas áreas rurales.
“Muchas veces este infanticidio es por dejadez de precauciones tomadas
para las niñas no llevándolas al médico, por ejemplo, orientando los
escasos recursos de la familia en beneficio de los varones de la casa”.
En ambos casos la dote es la razón principal.
También desde el gobierno se impulsó la Ley de Protección de las Mujeres (2006) dirigida al ámbito de la pareja.
Shefali Varma
insiste en la necesidad de un cambio cultural. “Hay que dotar de
recursos a las mujeres, que sepan que tienen derecho a vivir sin
violencia, que puedan ser autónomas”. A ello dedica gran parte de su
vida y anima a otras mujeres a hacerlo. “Que se pongan en contacto con
nosotras, hay muchas formas de ayudar”. (mujeresudasia@gmail.com - 610
53 36 38)
Foto: AmecoPress
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