Alberto Aziz Nassif
Si el cálculo del gobierno de Peña era que con la aprobación de las reformas obtendría una buena ganancia política, un amplio consenso favorable y una perspectiva más confortable para los siguientes años del sexenio, se equivocó.
Los problemas graves como la violencia, la descomposición, la colusión entre autoridades y crimen, la desigualdad de un modelo económico que concentra la riqueza y la enorme ola de impunidad que cubre al país, son las aduanas que no ha podido sortear este gobierno, ni los anteriores. Los expedientes se acumulan y poco a poco el país ha entrado en una etapa diferente, el gobierno parece haber perdido la iniciativa política y está en rol de bombero tratando de apagar los fuegos en diversas partes del país porque ya se reventó el hilo más débil.
En esta nueva fase a la defensiva los conflictos empiezan a rebasar al gobierno: desde el extranjero (una revista y HRW) develan la matanza de Tlatlaya y se hace un escándalo internacional. No se ha logrado arreglar el caso de Michoacán, cuando estalla Guerrero. No termina el caso de Tlatlaya y llega la desaparición y probable asesinato de 43 normalistas de Ayotzinapa, donde los tres niveles de gobierno tienen responsabilidad. El secretario de Gobernación sale a dar respuesta al movimiento del IPN, pero a pesar de una respuesta positiva, el movimiento —que pide democracia y mejor educación— no confía en el cumplimiento de sus demandas y sigue el paro.
El gobierno insiste en la baja de las cifras de la violencia, pero el Inegi saca datos que muestran cómo en 2013 crecen el secuestro, la extorsión y el robo. La Secretaría de Hacienda da una cifra sobre la perspectiva de crecimiento económico y cada mes se baja de forma paulatina la cifra; de un PIB de 3.9% ya vamos en 2.7%, como sucedió en 2013. Esta dinámica muestra la creciente distancia entre discurso oficial y realidad, entre inercias y deseos de cambio, procesos que se observan con mucha claridad entre las ofertas reformistas, su fase constitucional y su momento concreto en las leyes secundarias. En todos los casos hay un hilo común, un problema de legitimidad que ronda la envejecida forma de operar de gobierno y de partidos políticos.
En los momentos de crisis se ven bien las paradojas. Se construyó la fantasía de organismos autónomos para reconstruir al Estado, pero la inercia llevó a la captura institucional. No se ve la ganancia del tránsito del IFE al INE, porque las ventajas han quedado disminuidas en un arreglo partidocrático de cuotas y dobles estructuras. La integración de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE’s) tuvieron la sombra de la captura de las cuotas partidistas. De la misma forma, al nuevo IFT (telecomunicaciones) le redujeron sus facultades y capacidades, y no parece que sea una institución que haga la diferencia; no pasó la prueba del ácido al desechar la posibilidad (5 votos contra 2) de una controversia constitucional para recuperar todas sus facultades constitucionales. Algo similar sucedió con el “nuevo” IFAI, hoy autónomo, pero en la primera prueba, la de presentar una controversia constitucional por restricciones a las libertades civiles, también votó que no (4 votos contra 3). Los organismos autónomos son campos de batalla entre la autonomía y la captura de intereses y partidos. ¿Quién ganará?
Resulta paradójico, porque mientras se busca a los normalistas de Guerrero, comienza el proceso electoral de 2015. En este clima ¿qué sentido tiene votar? Un síntoma de este momento fue la agresión a Cuauhtémoc Cárdenas, simplemente porque le ven cara de político. La crisis de Iguala devela podredumbre e impunidad. El PRD no logra salir adelante porque prefiere proteger sus intereses, antes que ponerse del lado de las víctimas; el PRI lo respalda y el PAN calladito. Partidos en decadencia. En México se vive un “pacto de impunidad” (Buscaglia dixit) y con Ayotzinapa se reventó el hilo más débil de ese pacto. Ya hay una condena internacional por crímenes de lesa humanidad. Ayotzinapa quebró la brutal normalización de la violencia…
Investigador del CIESAS
@AzizNassif
No hay comentarios.:
Publicar un comentario