Entrevista a Helena Zelic, integrante de la Marcha Mundial de las Mujeres
Por Carla Perelló, de la redacción de NODAL
Margarida Maria Alves estaba en la puerta de su casa cuando un
sicario le disparó con una escopeta. Fue el 14 de agosto de 1983 y ella
era defensora de los derechos humanos, la primera mujer en presidir
Sindicato de Trabajadores Rurales de Alagoa Grande, desde donde denunció
los abusos patronales. El tiro le deformó la cara y a poco de que la
enterraron nacieron mil flores que, desde el 2000, se movilizan cada
tres años para homenajear y exigir derechos en lo que llaman la Marcha
das Margaridas (margaritas, en español). A 36 años del crimen sin
responsables, las mujeres indígenas, campesinas, quilombolas y urbanas
salieron a las calles una vez más para reclamar por lo suyo con
consignas transversales para todo el Brasil: basta de violencia hacia
las mujeres, basta de racismo, más democracia y más feminismos. En esta
entrevista con NODAL, Helena Zelic, integrante de la Marcha Mundial de
las Mujeres, una de las organizaciones que participó de la marcha,
resalta la importancia de la lucha que llevan adelante.
¿Por qué es importante hoy la Marcha das Margaridas?
Es una marcha muy grande de mujeres campesinas de Brasil que reunió
cien mil mujeres este 14 de agosto en Brasilia, la capital del país. Fue
súper importante porque reunió a mujeres de todas partes, del norte al
sur. Lograr eso es un gran trabajo porque además participaron mujeres
muy diversas, del campo, de las aguas, mujeres pescadoras, quilombolas,
indígenas y también mujeres urbanas que apoyan la lucha de las mujeres
campesinas. Es importante en el contexto actual porque pone en agenda la
lucha de las mujeres trabajadoras. Es una lucha contra este gobierno
misógino, racista, neoliberal, fascista, conservador, que tiene odio al
pueblo y que no está sólo en el Brasil, sino que se reproduce en otras
partes de Latinoamérica y del mundo. Por eso es muy importante estar
todas juntas en esta marcha diciendo que no queremos más violencia hacia
las mujeres, que no queremos más veneno agrotóxico en nuestra comida,
que no queremos más las empresas explotando nuestro trabajo en el campo
ni en la ciudad, queremos agroecología y soberanía alimentaria, libertad
y democracia, porque eso es algo que no vemos hace mucho tiempo en
Brasil. Por eso queremos que el expresidente Lula da Silva esté libre de
nuevo porque el proceso por el que está pasando es muy injusto y es
totalmente político. Es una persecución y eso es una falta de respeto no
sólo a Lula o a las personas de su partido, sino contra todos y todas
las que luchan y ahí también entramos nosotras. La marcha tiene este
nombre en homenaje a Margarida María Alves que fue una importante
sindicalista que murió luchando, a manos de nuestros verdugos. Nosotras
luchamos para no tener más verdugos, capitalismo, patriarcado ni
racismo.
¿Qué lugar tienen las mujeres campesinas, indígenas, quilombolas en la sociedad actual?
Creo que las mujeres campesinas, quilombolas en esta sociedad ocupan
un lugar muy complejo porque al mismo tiempo que son las que sostienen
el mundo produciendo los alimentos, haciendo la comida, cuidando de
todos y de todas, también son las que son más invisibilizadas, las más
explotadas, las que tienen el trabajo más precario. Lo suyo es visto
como un “no trabajo”. Es un lugar complejo que ocupan y es un lugar de
mucha lucha, desde donde ven también que se pueden unir y se pueden
hacer cosas juntas, luchar juntas y luchar por una vida de igualdad
entre mujeres y hombres. No tenemos esa sociedad hoy. Las mujeres tienen
un rol de protagonismo en las luchas en Brasil, lo hemos visto en las
elecciones. Fueron las mujeres las que salieron a las calles contra
Bolsonaro, también las que salieron el 8 de marzo y contra la reforma
previsional. Las mujeres son grandes luchadoras del Brasil y del mundo
en este momento. Es importante decir -además- que antes de la Marcha de
las Margaridas ocurrió también la Marcha de Mujeres Indígenas y ellas
vienen también trayendo muchas luchas desde sus territorios, por otra
vida, luchas anticapitalistas, antirracistas y feministas que son
importantes para toda la sociedad.
Algunos de los ejes que atraviesan todas las demandas de esta
marcha son la violencia, el racismo y la igualdad de oportunidades,
¿cuál es la situación actual en esos aspectos?
Con el gobierno de Jair Bolsonaro lo que pasa es que él no tiene
ninguna responsabilidad con la vida de las personas, con la vida de la
sociedad, de la naturaleza. Él está entregando todas las riquezas de
nuestro territorio a las empresas internacionales por la generación de
lucro. Todo eso involucra lo que está pasando en la región de Amazonía,
que está prácticamente librada al exterminio de la tierra y de todos los
pueblos que viven ahí. Son ataques por todas partes en las tierras y
por eso es importante reafirmar nuestro compromiso con la agroecología y
con la soberanía alimentaria.
¿Qué esperan de ahora en adelante y cómo se organizan, teniendo en cuenta que el gobierno de Bolsonaro recién empieza?
Es una pregunta un poco difícil de responder porque es algo que
estamos comprendiendo y pensando todos los días. Es importante saber que
el gobierno de Bolsonaro acaba de empezar, pero ya tiene resultados muy
profundos en la vida de las personas. Todo lo que habíamos conquistado,
lo que habíamos logrado con mucho esfuerzo y mucha lucha se está yendo
muy rápido. El retroceso tiene resultados concretos en la salud, porque
hay menos acceso a medicamentos; en la educación, que está a pasos de
ser privatizada y sufre amenazas todos los días por ejemplo con cortes
en becas; y en el trabajo, porque las personas tienen menos derechos y
menos trabajo. La vida de las personas está peor. Además de grandes
manifestaciones como ésta, que dan un impulso a la lucha política, es
muy importante y necesario ahora hacer la lucha cotidiana, todos los
días en los barrios, en las villas, en los pueblos, en los trabajos,
intentando hacer dos cosas al mismo tiempo. Se trata de, por un lado,
decir “no” a lo que Bolsonaro propone, pero también garantizar que la
vida de las personas no se acabe en eso y que tengamos otra concepción
de sociedad todos nosotros. Tenemos que decir que es necesario tener
otra sociedad, que eso está lejos de ocurrir, pero va a llegar y debemos
cuidar de la vida de las personas mientras todo esto ocurre, para estar
más cerca y más vivas.
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