Viejos pleitos en el nuevo partido
Senado: Batres contra Monreal
Yeidckol y la elección en Morena
La nomenklatura y el poder real
El punto de quiebre se dio en
agosto de 2017, cuando Ricardo Monreal no fue seleccionado para ser el
candidato de Morena a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. El
propio ex gobernador de Zacatecas mencionó como responsable de su
exclusión a una
nomenklatura(según la Real Academia Española, ese término corresponde al
conjunto de altos cargos políticos de la antigua Unión Soviética o de sus países aliados y, por extensión, de otros sistemas políticos) que habría operado para cerrarle el paso.
Oficialmente, con sustento en una encuesta de opinión hasta ahora
fantasmal, Monreal habría sido derrotado por Sheinbaum, con Martí Batres
y Mario Delgado como competidores que validaron el peculiar desenlace
que llevó al ex jefe delegacional en la Cuauhtémoc a considerar la
posibilidad de renunciar a Morena y asumir una candidatura adversa al
obradorismo, pretensión que finalmente no consumó pero que le permitió
negociar con el máximo líder morenista una candidatura a un escaño y la
coordinación de la bancada del partido en el Senado, todo lo cual se
cumplió.
Desde entonces se libra una batalla interna que se refleja en toda
ocasión propicia. Por ejemplo, en la pelea por la candidatura a gobernar
Puebla, que el monrealismo briosamente trató de conseguir para el
senador Alejandro Armenta. O en las candidaturas en Tamaulipas, donde
Alejandro Rojas Díaz Durán, suplente de Monreal en el Senado, inició una
campaña de confrontación abierta con Yeidckol Polevnsky. Más
recientemente, en los preparativos para la elección de dirigente de
Morena, donde Monreal empuja al citado Rojas Díaz Durán a la vez que
coquetea con la posibilidad de apoyar al ebrardista Mario Delgado, todo
con tal de enfrentar a la citada Polevnsky, quien busca prolongar su
estancia al timón del partido ahora hegemónico, e incluso por tal motivo
se confronta con Bertha Luján, quien pareciera ser la abanderada
extraoficial de Palacio Nacional.
Lo sucedido ayer en la Cámara de Senadores coloca sobre el mapa de
guerra posicionamientos más delicados. Martí Batres no ahorró municiones
verbales contra Monreal, al acusar a éste de maniobrar para impedirle
la relección y dar paso a Mónica Fernández Balboa, una tabasqueña que en
febrero de 2014 era secretaria de Desarrollo Social en el gobierno de
Arturo Núñez, perredista que originalmente era obradorista y luego se
peleó con Andrés Manuel. Dejó Fernández Balboa el puesto para casarse
con Carlos Rojas Gutiérrez, quien fue secretario de Desarrollo Social en
la administración de Carlos Salinas de Gortari y director del Instituto
Nacional de Economía Social con Enrique Peña Nieto. Ahora, Mónica
presidirá la mesa directiva del Senado, si no prosperan las
impugnaciones en su contra.
El choque entre Batres y Monreal, con el primero desconociendo la
legitimidad de la elección organizada por el segundo, tiene un contexto
actual que es más amplio: la presidenta de Morena, Polevnsky, está
empeñada en organizar la próxima elección de dirigente nacional conforme
a sus lineamientos y no a los órganos como el consejo nacional, que
preside su opositora, Bertha Luján. Busca Yeidckol lanzar su
convocatoria a modo, definir el padrón de votantes, deshacerse de una
comisión de coadyuvancia para las elecciones y sostener al ex gobernador
de Michoacán, Leonel Godoy, como secretario de organización del comité
nacional morenista.
El conflicto va subiendo de tono pero pareciera que no se desbordará.
Como en el priísmo clásico, el arbitraje de los conflictos internos en
el partido dominante recae en el usuario de la banda presidencial. Sería
muy difícil que personajes como Monreal, Marcelo Ebrard (con su carta,
Mario Delgado), Luján o la propia Polevnsky se llegaran a oponer de
manera militante a una solicitud u orden proveniente de Palacio
Nacional. Hay turbulencias, y voceo de presuntos naufragios, pero nada
parece apuntar hacia la desobediencia ante una instrucción amable o
imperiosa procedente del centro real del nuevo poder mexicano.
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
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