La
desaparición de Jeffrey Epstein de la escena pública con un inverosímil
“suicidio en prisión” aviva las sospechas sobre su rol de agente de
inteligencia. ¿Su misión? Inducir a miembros de las élites a cometer
pecados inconfesables, filmarlos y someterlos a servidumbre a través de
la extorsión.
La muerte en prisión de Jeffrey
Edward Epstein, el multimillonario convertido en un ícono mundial del
abuso sexual de menores, mina la credibilidad del sistema judicial de
EE.UU. y muestra la vigencia de las estructuras de poder supraestatales
habitualmente aludidas como Estado Profundo.
El final de
la "saga Epstein" no parece reflejar las desventuras de un millonario
caído en desgracia. Más bien aviva las sospechas previas sobre su rol de
agente de inteligencia, y sugiere una compleja operación para sacar de
escena a un soldado encubierto que cumplió largamente su misión: filmar a
decenas, cientos de personalidades influyentes en situaciones
comprometedoras, en macabras "trampas de miel".
En la era del lawfare, la información sensible para el chantaje es un precioso arsenal de guerra.
“El suicidio de Esptein no tiene sentido”
Según los reportes oficiales, Epstein fue hallado ahorcado la mañana del sábado 10 de agosto de 2019, en su celda del Centro Correccional Metropolitano en la ciudad de Nueva York. Estaba acusado de gestionar una red de servidoras sexuales menores de edad.
Epstein
tenía problemas crónicos con la Justicia. Su historial público se
remonta al año 2002, cuando aparecieron las primeras acusaciones. La
prensa de todo el mundo destaca su amistad con celebridades, miembros de
la realeza y figuras prominentes de la política mundial, que participaban en sus fiestas y reuniones privadas. Abundan las fotografías que lo muestran junto a políticos, actores de cine y personalidades prestigiosas.
Little James Island, una de las residencias famosas de Jeffrey Epstein.
La
“conveniente” desaparición de la escena pública de Jeffrey Epstein
aviva por lo menos dos preguntas inquietantes. La primera es cómo pudo
“suicidarse” un acusado tan emblemático en una cárcel de alta
seguridad.
“El hecho de que uno de los prisioneros
federales de más alto perfil del país pueda incluso suicidarse desafía
toda lógica y creencia”, afirma Bernard Kerik,
ex comisionado del Departamento Correccional de la ciudad de Nueva
York. “¿Cómo podría ahorcarse un prisionero, como lo hizo Epstein, según
los primeros informes, y ningún guardia lo vería o reaccionaría de
inmediato? ¿Por qué, dado su intento anterior y todos los problemas
relacionados con su caso, no era un oficial de supervisión que lo
observaba constantemente y podía responder de inmediato?”
“Solo el tiempo dirá si eso fue lo que sucedió con Epstein o si ocurrió algo más siniestro”, concluye Kerik.
El
suicidio de Epstein es tan inverosímil que ha desatado todo tipo de
especulaciones. El miércoles, en FOX Business Network, el Dr. Cyril Wecht
discutió los resultados de la autopsia. Wecht, que es médico y abogado,
dijo que un estudio de Montreal encontró que solo 2 de 239 muertes por
ahorcamiento resultaron en un hueso hioides roto. Epstein sufrió
fracturas en el cuello y un hueso hioides roto que es “más común en las
muertes por estrangulamiento”.
Otros cuestionamientos
van más allá: ¿Es realmente Epstein el cuerpo que se muestra
parcialmente en las imágenes que la prensa ha publicado? La doctora Cynthia McKinney,
excongresista y candidata a presidente por el Partido Verde, se hizo
eco en su cuenta de Twitter de una imagen comparativa que circula en la
red:
Misión: Organizar, filmar y chantajear
La
segunda pregunta se puede resumir así: Si la pedofilia y el sexo
consentido con menores de edad es moneda corriente y sin riesgos legales
en los círculos del poder ¿Por qué un magnate con contactos en el más
alto nivel se complicaría la vida contratando menores que una y otra vez
lo denunciaban? ¿Cuál era el sentido de socializar estas prácticas
aberrantes con la alta sociedad?
La periodista
especializada Whitney Webb -que ha escrito algunos de los mejores
artículos sobre el tema- avanza una respuesta que es moneda corriente
entre los conocedores: “Jeffrey Epstein estaba grabando chantaje
sexual”, declaró entrevistada por Marc Steiner para el portal True Dig.
El
chantaje estaba orientado a figuras políticas, jueces y personajes
influyentes. Epstein trabajaba en forma orgánica para servicios
oficiales de inteligencia. Así quedó acreditado en 2008, cuando el
millonario logró un acuerdo para su liberación sobre la base de la
revelación de que su trabajo servía a intereses vinculados con la
seguridad nacional. En ese entonces, el ex secretario de Trabajo Alex
Acosta justificó el controvertido acuerdo que consiguió
Epstein con la Justicia “porque le habían dicho que Epstein estaba
vinculado a la inteligencia". Claro que no se especificó qué agencia de
inteligencia... Un detalle: el acuerdo le otorgaba cobertura (inmunidad)
a todos los co-conspiradores que hubieran ayudado a Epstein a conseguir
sus fines.
Los operativos destinados a involucrar a
figuras públicas en prácticas aberrantes y vergonzosas, para filmarlos
inadvertidamente y luego tenerlos bajo control para siempre, se
denominan "trampas de miel" en la jerga del ambiente. La de Epstein no
era la única célula operativa con estos fines. Para Webb, hay “una
cantidad abrumadora de evidencia” de que “ésta es una red mucho más
grande, que tiene documentado vínculos con operaciones que involucran
chantaje sexual que precedieron a Epstein”.
“Las personas
que habían estado vinculadas a esas operaciones anteriores de chantaje
sexual, para mí, realmente muestran que Epstein estaba llevando a cabo
una operación que no inventó. Esto es algo que no comenzó y no terminó
con él...”
“Algunas de las narraciones que han surgido
en torno a este caso sugieren que Epstein fue el único responsable por
toda esta actividad y que todo es culpa de un solo hombre. Creo que si
hacemos eso, realmente estamos haciendo una injusticia a sus víctimas
porque esto es algo mucho más grande que Epstein”,
resalta Webb, quien recuerda que las operaciones de inteligencia
encubiertas con fines de chantaje sexual tienen muchas décadas de
historia en la vida política moderna.
Rescatando al soldado Epstein
Robert
D. Steele, ex oficial de la CIA, activista político y autor de
numerosas publicaciones, en entrevista con este medio agrega
precisiones: “Jeffrey Epstein es un oficial de operaciones clandestinas del Mossad,
asistido por la oficial de operaciones clandestinas del Mossad
Ghislaine Maxwell. Su misión es hacer exactamente lo que han estado
haciendo: atrapar a los políticos, jueces, celebridades, fiscales y
líderes corporativos de los Estados Unidos en reuniones donde “todo
vale” y el Mossad lo muestra todo en video: personas adultas que hacen
cosas malas a niños pequeños”.
Robert D. Steele además preside la Comisión Judicial de Investigación sobre Trata de Personas y Abuso Sexual Infantil. En la asunción del cargo, en audiencias que tuvieron lugar en abril de 2018,
Steele denunció que el Estado Profundo de EE.UU usa el tráfico de niños
y la pedofilia como una forma de control de sus miembros.
Hoy
reafirma su postura: “El caso Epstein trata sobre el tendido de trampas
deliberadas de pedofilia para operaciones de chantaje por parte del
Mossad; la CIA y el FBI son cómplices, y hay cientos de otras
operaciones similares de pedofilia en los EE. UU y en todo el mundo”.
Steele
pone en duda que Epstein sea un millonario genuino. Le asigna más bien
un papel de miembro de un grupo organizado de inteligencia. Y concluye:
“Por supuesto que Epstein no está muerto. Lo han trasladado a un lugar seguro y cómodo donde puede informar sobre lo que cada persona chantajeada hizo por Israel”.
Este enfoque es compartido por los estudiosos. Para el analista Alfredo Jalife, "existe abundante literatura que implican a Epstein, a Robert Maxwell y a su hija Ghislaine como operadores del Mossad".
Por eso, parece improbable que podamos conocer qué sucedió realmente con Jeffrey Epstein.
El
6 de julio, los investigadores del FBI derribaron las puertas de la
casa de Epstein en Nueva York después de que fue arrestado en Nueva
Jersey. Una búsqueda en la casa de Epstein arrojó cientos de fotos de
mujeres desnudas, algunas de ellas menores de edad, dinero en efectivo,
diamantes, obras de arte y un
pasaporte austríaco vencido, con la cara de Epstein pero el nombre de
otra persona. En el documento, figuraba Arabia Saudita como lugar de
residencia. Seguramente no era la única herramienta de que disponía para falsear su identidad.
Al
igual que el atentado contra las Torres Gemelas, tal vez nunca sepamos
qué fue lo que realmente sucedió. Pero podemos estar seguros de que la
versión oficial de los hechos es falsa.https://www.alainet.org/es/articulo/201690
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