Con sus alternancias y transiciones utópicas, es correcta la imputación de López Obrador de que los sexenios panistas han sido mafias de foxistas y calderonistas. Con la victoria pírrica de Fox y el ilegítimo triunfo, dudoso como el de Salinas, de Calderón, llevaron a sus socios, amigos y familiares a los cargos administrativos, legislativos y judiciales. Y contra la consigna de Carlos Castillo, perdieron el partido (ya en decadencia) y perdieron el gobierno, dedicándose al saqueo (haciéndose de recursos para sus campañas electorales en puerta, echando manos del capital de la banca de desarrollo, mientras buscan desacreditar a sus enemigos a través de la Unidad de Inteligencia Financiera que escarba en los “ahorros” de funcionarios y políticos).
Juan Camilo, Iván, Mouriño Terrazo –hijo de una millonaria familia española radicada en nuestro país (los Mouriño Atanes, Escalante y Terrazo), y quien había financiado a Calderón desde que ambos se encontraron en la Cámara de Diputados– fue el principal cómplice-amigo hasta que, como a Colosio, desde los pasillos del poder presidencial, lo mandaron matar.
Las historietas Calderón-Mouriño, García Luna-Calderón y otras parejas de Calderón son parte del excepcional libro Los cómplices del presidente, de la reportera Anabel Hernández. En nueve capítulos, una presentación y un índice onomástico (con más de 400 páginas), la periodista amenazada de muerte por el mequetrefe Genaro García Luna (policía improvisado desde el foxismo, protegido de la Sahagún) nos cuenta, con pelos y señales, los intereses creados del calderonismo (la prima-hermana de la esposa de Calderón, una de las cómplices del incendio de la Guardería ABC, protegida y exonerada). Mouriño era el elegido de Calderón para sucederlo, pero, en el camino de la oficina presidencial a la Secretaría de Gobernación, cambiaron los planes (remember Salinas-Colosio), y tras su homicidio, ahora el favorito es García Luna, el temible policía con la pistola amartillada en cuanto escucha la palabra periodista.
Anabel Hernández enfocó su trabajo periodístico en la creciente corrupción que existe (mansión, sospechoso en Francia de depósitos, favoritismo a sus cómplices, montajes televisivos para sus capturas y su cercanía con Calderón más allá de la relación entre un empleado y el jefe, etcétera); y en sus textos del cotidiano quehacer del diarismo, como en sus documentados libros, va del foxismo al calderonismo ofreciendo en los medios periodísticos las mejores aportaciones para que los lectores conozcan de primera mano cómo los panistas resultaron listos para el saqueo, tontos para la administración, estúpidos para gobernar y unas “chuchas cuereras” para los abusos al amparo de la impunidad del manto presidencial. Periodista hasta las últimas consecuencias, reportera incansable, Anabel Hernández no se ha dejado intimidar y continúa el cumplimiento de su deber.
Ficha bibliográfica:
Autora: Anabel Hernández
Título: Los cómplices del presidente
Editorial: Grijalbo
*Periodista
García Luna amenaza a la periodista Anabel Hernández
Padece la nación las sangrientas embestidas de homicidios, secuestros, desapariciones, censura y mil y una agresiones más por parte de dos delincuencias. La cada vez más violenta y retadora de los narcotraficantes y de los que, en el río revuelto de esa violencia, cometen otros delitos, y de los delincuentes-funcionarios que abusan del Poder Judicial y Ejecutivo: jueces, magistrados y ministros a la par de presidentes municipales, gobernadores y quienes, auxiliados militar y policiacamente, integran con sus estertores autoritarios la Presidencia de la República. Penal y administrativamente, esas modalidades de la “moderna” conducta delincuencial someten a la población a oleadas de terror, donde todos los días afloran cadáveres en fosas clandestinas (mineros sepultados); mujeres y hombres asesinados (por ajuste de cuentas entre narcotraficantes) que asistían a una fiesta, caminaban por las calles, y víctimas de los retenes soldadescos o revisiones policiacas.
Cientos de miles (según el calderonismo, más de 40 mil; aunque otros conteos denuncian una cifra cercana a 100 mil, con los feminicidios, niños con sus madres, estudiantes, periodistas, campesinos, turistas, migrantes, etcétera) han caído en una no guerra que va en aumento y pone las condiciones para el golpe de Estado que favorecerá la coronación del ingeniero Genaro García Luna, pistolero que tiene amartillada su arma contra la periodista Anabel Hernández y su periodismo de investigación. Ese protegido de Calderón fue pillado en tremenda corrupción, abuso de poder policiaco e investigaciones (en Francia, Estados Unidos y otros países, presuntamente por depósitos en efectivo).
Con su tartamudez disminuida por su impunidad para hablar y actuar, ¡dicta desayunos-conferencias sobre seguridad!, como la que presentó en la capital de Sonora el pasado martes 24 de mayo, cobrando 500 pesos con recibos deducibles de impuestos y cuya “invitación” apareció en el diario El Imparcial (7 de mayo de 2011). Este personaje siniestro y tenebroso al que protege su jefe, amigo y socio, Calderón, con toda la impunidad panista-presidencial, sigue amenazando a la reportera Anabel Hernández para que ya no investigue los vasos comunicantes de su vida pública y de funcionario, que sigue abusando de su poder (junto con su segundo de a bordo: Luis Cárdenas, con una investigación suspendida en la Procuraduría General de la República) para matar delincuentes y civiles.
Foxista, calderonista y panista, pero, sobre todo, como los nazis: siempre amartilla la pistola cuando escucha la palabra periodista, y más cuando se trata de la reportera Anabel Hernández. El que goce de tanta impunidad y que una marcha –no obstante de plantear la petición constitucional de su renuncia o cese– no logre su separación del cargo significa que existe una complicidad entre él y Calderón (Anabel Hernández, Los cómplices del presidente, editorial Grijalbo).
Ya la periodista ha informado sobre las amenazas del policía García Luna. Ya la sociedad, por medio de manifestaciones y cuestionamientos a su sangriento desempeño, ha solicitado su remoción. Ya se han publicado en los medios de comunicación (incluso en los duopolios de televisión) los abusos del ingeniero-amigo de Calderón. Pero Televisa, saliendo al paso de esos cuestionamientos y en pago a los favores recibidos por Calderón, la Comisión Federal de Telecomunicaciones y la Comisión de Competencia, en el pleito a muerte contra el imperio de Slim (donde Televisa y Telmex son una oligarquía plutocrática), le ha dedicado programas telenoveleros para defenderlo.
El asunto es mucho muy grave. García Luna trata de cumplir sus amenazas contra la reportera. Y es que el policía de la impunidad (el poder es el poder de matar) sabe que tiene una cola muy larga y que la investigación periodística de Anabel Hernández continuará, cumpliendo con su trabajo y su deber, ya que la prensa y el periodismo son contrapoder para exhibir a los canallas que abusan del poder. Y uno de ellos es García Luna, a quien responsabilizamos de lo que le suceda a Anabel Hernández, pues tiene amartillado el abuso del poder policiaco y éste, como dijo Calderón, es “la fuerza” con visos de golpismo.
*Periodista
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