9/26/2011

Las promesas de Calderón

Las promesas de  Calderón
Los datos oficiales sólo reconocen como población desocupada en agosto pasado a 2 millones 832 mil 456 personas, lo que indica que en el octavo mes del año 80 mil 969 personas se sumaron a las filas del desempleo.

El candidato presidencial que prometió impulsar fuentes de trabajo cinco años después no logra convertirse en el “Presidente del empleo”. Sus esfuerzos y políticas no han dado, ni darán, los resultados ofrecidos al electorado. A poco más de un año de que por fin termine su gestión, los mexicanos no tiene ya ninguna esperanza de que se alcancen los niveles de crecimiento económico ofrecidos y sólo esperan el inicio de un nuevo gobierno que permita enderezar el rumbo de la Nación mexicana. En tanto, con resignación, siguen recibiendo los reportes oficiales que confirman el ensanchamiento de los márgenes de desempleo en todo el país. Este viernes, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó que la tasa de desocupación en agosto pasado fue de 5.79 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), superior al registro de igual mes del año pasado, cuando se ubicó en 5.44 por ciento.

No obstante que los datos oficiales reconocen un incremento del desempleo, éstos son engañosos porque el Inegi considera como parte de la “población ocupada” a las personas que durante la semana de referencia realizaron algún tipo de actividad económica”, incluso si trabajaron “por lo menos una hora de manera independiente o subordinada, con o sin remuneración”. Así, presumen al dar a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) para agosto de 2011, que el número de habitantes ocupados en el país fue de 94.1 por ciento de la PEA, que es de 49 millones en total. Lo que no destacan es que el universo de personas que se encuentran en el sector informal supera al de aquellos trabajadores que se desempeñan en actividades formales y están registrados en la seguridad social. La tercera parte de la población en edad de trabajar, más de 14 millones de personas, se emplea en actividades económicas informales, al margen de los sistemas de previsión y seguridad social. Mientras que los afiliados al IMSS son menos de 12 millones de personas y la creación de empleos formales sigue desacelerándose.

Los datos oficiales sólo reconocen como población desocupada en agosto pasado a 2 millones 832 mil 456 personas, lo que indica que en el octavo mes del año 80 mil 969 personas se sumaron a las filas del desempleo. Pero la población subocupada, es decir que declaró tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas representó el 9.0 por ciento de la población ocupada -alrededor de 5 millones de personas más-, proporción superior a la de igual mes de un año antes, cuando fue de 8.7 por ciento. La tasa de desempleo en los hombres pasó de 5.10 por ciento en agosto de 2010 a 5.53 por ciento en el mismo mes de 2011, en tanto que en las mujeres aumentó de 5.99 a 6.22 por ciento. Las entidades que registraron un mayor nivel de desocupación entre su población como proporción de la PEA fueron Tamaulipas, Aguascalientes, Zacatecas, Chihuahua, Tabasco y el Distrito Federal.

Uno de los factores que influye en el aumento del desempleo es la desaceleración económica de Estados Unidos, pues las exportaciones de México al país del norte se ven reducidas y con ello la producción y el empleo nacional. Lo peor de todo es que el entorno internacional hace augurar que vendrán meses aún más difíciles en lo que resta del año y que el cierre del sexenio de Felipe Calderón será todo menos a “tambor batiente” en cuanto a resultados en materia económica en general y en generación de empleos en particular. Este jueves, los debates de los ministros de finanzas de más de un centenar de países, reunidos en Washington, Estados Unidos, para las Asambleas Anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, se centraron en la amenaza de una nueva recesión mundial, impulsada por la crisis de la deuda en la zona del euro. El mundo atraviesa por “un momento decisivo” como lo señaló acertadamente Christine Lagarde, la nueva responsable del FMI.

Hoy, el epicentro de la crisis se encuentra en el corazón de Europa, donde los 17 países que comparten el euro tratan de evitar la quiebra de las finanzas públicas de Grecia y el contagio de la inestabilidad a otras economías de mucho mayor tamaño, como Italia y España. Las señales de alarma se han multiplicado en torno a la salud de los bancos europeos más expuestos a la deuda de los países rescatados: Grecia, Irlanda y Portugal. Lagarde subrayó “la especial responsabilidad” de las economías avanzadas (Estados Unidos, la Unión Europea y Japón) pero advirtió a los países emergentes que no escaparán de la crisis, si no actúan coordinadamente. “No nos confundamos –argumentó- el sur no es inmune a las equivocaciones del norte. Hemos entrado en lo que he llamado una fase peligrosa”.

Ministros y gobernadores del G-20 advierten que la excesiva volatilidad y los movimientos desordenados en los tipos de cambio tienen implicaciones adversas para la estabilidad económica y financiera. El jueves esto quedó más que claro para nuestro país con una grave caída del peso y del mercado de valores, aunque este viernes la divisa mexicana recuperó terreno frente al dólar, luego de que la moneda estadounidense perdiera 20 centavos tanto en operaciones a la venta como a la compra respecto a su cotización previa, al ofertarse hasta en 13.80 pesos y adquirirse en un mínimo de 13.30 pesos en instituciones bancarias del Distrito Federal. Por su parte, el euro registró un descenso de 20 centavos para venderse hasta en 18.74 pesos por unidad. También en la Bolsa Mexicana de Valores el IPC subió 0.64 por ciento.

Pese a todo, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, insiste en que no es necesario intervenir en el mercado cambiario. En una entrevista con una agencia noticiosa, confió en que “en la medida en que los mercados sigan trabajando bien, creo que no es necesaria la intervención del Banco central”. Dijo que el peso mexicano debería revertir sus pérdidas y apreciarse “pronto” respaldado por los sólidos fundamentos de la economía local. El funcionario consideró que “la volatilidad reciente que hemos visto en el mercado no está reflejando la fortaleza de nuestros fundamentos. Creo que el peso está claramente subvaluado”.

En el mismo tenor, el director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Nicolás Eyzaguirre, consideró que “México está bien preparado para soportar una desaceleración en el crecimiento de las economías avanzadas con efectos relativamente menores”. Explicó que la fuerte posición que presenta México se refleja en el terreno industrial, que actualmente es más fuerte que antes de la crisis de 2008. No obstante, el FMI anticipa que la economía mexicana crecerá en 2012 sólo 3.6 por ciento del PIB, lo que irá de la mano con la que anticipan para la economía de Estados Unidos, que es de 1.8 por ciento.

Lilia Arellano - Opinión EMET

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