Melissa Sepúlveda
La
presidenta de la Fech sobre el último caso de aborto clandestino que
tiene a una menor de 16 años internada en el Hospital de Victoria con
complicaciones
Esta no es primera vez que conocemos este tipo
de casos en el año, donde se repite el patrón de menores de edad que
abortan clandestinamente y terminan con complicaciones, ¿Qué opinas de
esto en el contexto de la discusión que hay en torno al proyecto que
despenaliza el aborto sólo por tres causales?
Este no es un caso nuevo sino que se repite, y en realidad son pocos
los casos que salen a la luz, pero de todas maneras sabemos que hay un
gran número de abortos que se realizan de manera clandestina. Si bien
los registros son inexactos, en el sector de salud hay algunas
aproximaciones y que dan cuenta de la situación de vivimos en Chile, de
ser de los pocos países en el mundo donde la legislación es
completamente restrictiva para todos los casos de abortos. Hemos visto
que estos casos generan revuelo y han aumentado la presión de
movimientos como el feminista para reivindicar que la sociedad
garantice el aborto de manera segura, sobre todo en casos donde las
niñas han sido abusadas sexualmente, y que por culpa del Estado la
maternidad se vuelve obligatoria en todos los casos. Eso impide la
posibilidad de paliar una situación traumática con un sufrimiento
adicional como en este caso es el tener que asumir la maternidad,
incluso a edades donde biológicamente las condiciones no están
preparadas para un embarazo.
Este caso en particular llama la atención por la demora en tomar
la decisión final de la niña de 16 años, que habría tenido 20 semanas
de gestación. Probablemente eso explica además que esté internada con
complicaciones. ¿Cuánto tiempo crees tú que es recomendable para
practicar un aborto bajo la modalidad del misoprostol?
Melissa Sepúlveda, presidenta de la Federación de Estudiantes de Chile.
Esta situación da cuenta que lo único que hace la prohibición del
aborto es impedir el acceso a procedimientos seguros. Está demostrado a
nivel mundial que la demanda de abortos no aumentó ni disminuye
específicamente por garantizar un procedimiento seguro y gratuito por
parte del Estado, sino que son otro tipo de medidas. Obviamente es
deseable que el menor número posible de mujeres lleve a cabo un aborto,
porque eso da cuenta de otras problemáticas de la sociedad como la
falta de información, de falta de educación y conocimiento de las
mujeres de sus propios cuerpos. Esos son problemas que debiesen ser
abordados por la sociedad, pero de todas maneras el aborto existe y va
a seguir existiendo, por lo que tiene que ser garantizado como una
cuestión de salud pública, y de autonomía también para las mujeres,
para que la maternidad sea una cuestión decidida y no obligatoria.
Respecto de las semanas de gestación, hay distintos tipos de
legislaciones a nivel mundial. En los países donde está garantizado el
aborto se espera hasta las doce semanas y posteriormente sólo se
realizan en casos de riesgo fetal o para la salud de la madre cuando
son casos muy extremos. Por lo general son doce las semanas que
aseguran que el procedimiento sea seguro, aunque entendiendo que es
algo invasivo de todas maneras, como lo es cualquier intervención
médica de estas características. Por lo tanto no es un mecanismo de
planificación familiar, sino una garantía social para las mujeres donde
ha habido otros mecanismos fallidos como las pastillas anticonceptivas
u otros.
La discusión actual se vincula con el proyecto que presentó el
Ejecutivo, y que sólo contempla tres causales. Sin embargo, sabemos que
el movimiento feminista del cual también formas parte demanda un aborto
libre. ¿Crees que esta discusión requiere de plazos largos, por lo que
es mejor apoyar el proyecto, o es ahora cuando hay que dar la pelea por
ampliar esos límites?
Hoy día creo que es necesario ampliar el debate. Creo que no hay
ningún sector en la política tradicional que hoy día instale el debate
sobre el aborto libre. Ese lugar lo ocupa el movimiento social desde
una demanda que es histórica del movimiento feminista, pero también es
histórica para las mujeres que tienen que realizar un procedimiento
riesgoso porque el aborto existe, y existe de manera clandestina en un
mercado clandestino que quien puede pagarlo lo hace, ya sea en una
clínica privada o bien sale al extranjero. Quien no tiene esa cantidad
de dinero, tiene que realizarlo con procedimientos inseguros,
insalubres y con todos los riesgos sanitarios y además los riesgos de
ser encarcelados o que te lleven a un proceso judicial. Entonces es
fundamental que hoy día se amplíen las márgenes del debate.
Claro, se podría decir que estamos en un menos cien en Chile por lo
que el aborto por tres causales puede ser un avance, pero también puede
ser el cierre del debate que mantenga este mercado clandestino, y
tenemos nuevamente un derecho social que está mediado por la condición
socioeconómica. Finalmente esta es una problemática social que está en
todos lados, y sería solamente darle una solución. Nadie habla que
garantizar el aborto como mecanismo de planificación familiar. No se
puede hablar de aborto libre si no es con una política de educación
sexual, de promoción de los anticonceptivos y de los distintos
mecanismos de protección. En definitiva de un política de información
real y que en nuestro país han sido los mismos sectores conservadores
los que han limitado esas posibilidades, impidiendo campañas de
televisión donde se quería fomentar el uso del condón. Eran justamente
los grupos conservadores y la iglesia quienes impedían este tipo de
propagandas. Finalmente no se entiende si no es desde una postura
fundamentalista, religiosa y conservadora que el debate siga estando
tan restringido cuando las encuestas muestran claramente el apoyo
mayoritario de la población a este proyecto de ley de las tres
causales. Por lo mismo se requiere de voces y fuerzas que empecemos a
impulsar el debate en torno al aborto libre.
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