8/20/2014

Una de gendarmes


Ricardo Rocha
Ya no son lo que eran porque ya no hay. Pero tampoco serán los de antes, porque así se decidió. Y el gobierno federal ha optado por denominar como Gendarmería a un nuevo cuerpo de la Policía Federal que no va a ser ni remotamente lo que nos habíamos imaginado que sería. 
De entrada estarán enfrentando un problema de percepción, porque por muy diversas razones se especuló con una nueva policía, civilizada, capacitada y hasta idealizada; pero, sobre todo, cercana a todos y cada uno de nosotros. Una policía confiable, como por ejemplo los Bobbies de Londres, a los que les puede uno encargar las llaves de la casa y que entre sus obligaciones han de charlar al menos una vez por semana con alguno de los habitantes de hogares y comercios en las dos o tres manzanas que les tocan atender personalmente. 
La Gendarmería mexicana no será así. Se tratará en cambio de una nueva División de la Policía Federal que hasta ahora cuenta con seis: la de Seguridad Regional que se ocupa básicamente de labores de vigilancia en carreteras, puertos y aeropuertos; la de Fuerzas Federales de Apoyo, que es usada para enfrentamientos directos con la delincuencia; la tercera, dedicada a la Investigación de Delitos Federales como secuestro y extorsión; la División de Antinarcóticos especializada en combate a cárteles, narcos y organizaciones criminales; la quinta es la de la Policía Científica, con labores en el ciberespacio, la genética y la balística; la sexta que es la División de Inteligencia que indaga y sirve a todas las demás. 
Ahora entrará en acción la séptima División que es precisamente la llamada Gendarmería y que será básicamente un cuerpo de élite con capacidades operativas destinado a misiones específicas para garantizar procesos productivos. Leyó usted bien. Aunque para entender sus funciones valga un ejemplo: todos recordamos que hace no mucho el limón que se pagaba en cosecha a 3 pesos kilo, llegó a dispararse hasta 80 pesos en tiendas; esto ocurrió en gran medida porque la zona limonera de Apatzingán estaba bloqueada por el narco; así que tan sencillo como enviar a la Gendarmería a despejar el área para que salga el limón y vuelva a ser accesible y barato para todos nosotros. Otro ejemplo: Tamaulipas es el primer productor de sorgo del país; pero resulta que muchos ganaderos ya lo andaban hasta importando porque estaba atrapado debido a los posicionamientos de grupos criminales; así que se operaría una solución parecida al limón. Ultimo ejemplo: para mantener el atractivo turístico de Valle de Bravo se implementaría un operativo de disuasión y captura a fin de acabar con la ola de secuestros. Así que no dude usted que esta será la primera misión del nuevo cuerpo federal. 
En favor de la nueva Gendarmería a la mexicana habría que decir que desde la promesa del presidente Peña Nieto en 2012 a su presentación en sociedad este fin de semana, ha transcurrido un proceso suficiente de diseño, reclutamiento, selección y entrenamiento a cargo de un hombre con la capacidad y solvencia moral de Monte Alejandro Rubido García, comisionado nacional de Seguridad, bajo la supervisión de Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, quien tiene una nueva chamba, más las que se le acumulen esta semana. 
Puntualizando, se trata de cinco mil gendarmes de los cuales 360 tienen alguna experiencia policial y fueron capacitados en Francia, Italia, España, Chile o Colombia. El resto son jóvenes, hombres y mujeres sin antecedentes policiales ni militares; muchos con licenciaturas, de 28 años promedio, con una mentalidad twittera y dispuestos a conquistar ese bien tan preciado que es la confianza. 
Que ganarán 14 mil pesos mensuales y que prometen ser incorruptibles para darse a respetar y hasta a querer. Como los gendarmes de antes.

ddn_rocha@hotmail.com

Periodista 

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