8/19/2014

Madero, el sello de la corrupción


El presidente del PAN, Gustavo Madero, durante la recaudación de firmas para solicitar el aumento al salario mínimo. Foto: Germán Canseco

MÉXICO, D.F. (apro).- No es otro video de una fiesta “privada” de diputados ni un libro autojustificatorio del fracaso ni más idólatras de Hitler, pero es otro signo de la putrefacción panista: Un dirigente juvenil de Puebla, detenido en junio por robo, recluta por Facebook a personas para que recaben firmas para la consulta popular sobre “salario digno”, promovida por Gustavo Madero, y ofrece pagarlas a 10 pesos cada una.

Se trata de Jesús Espina Chaín, director estatal de Comunicación, Imagen y Relaciones Públicas de Acción Juvenil del PAN de Puebla y primo del magistrado Roberto Grajales Espina, operador político del gobernador Rafael Moreno Valle, quien, desde el martes 12, ofreció en Facebook “trabajo discreto” para ganar “alrededor de 500 pesos diarios”.

Espina Chaín –quien se presenta también como “actor de Televisa”–, explicó a los interesados, vía telefónica, que el “discreto trabajo” consiste en recoger firmas ciudadanas para la consulta popular del PAN que él pagará a 10 pesos, previa verificación:
“Estoy pagando 10 pesos por firma, 100 pesos por formato lleno de 10 firmas, o sea 10 pesos por firma (…) Y no hay un límite: o sea, si me das cinco firmas, te pago cinco firmas; si me das mil firmas, yo te pago las mil firmas (…) El dinero te lo pago yo. Haz de cuenta, tú me entregas las firmas, yo las valido y unos días después, yo te pago.”
Si en el PAN se compran votos, por qué no habría de comerciarse también con firmas ciudadanas.

Viridiana Lozano y David Villalobos, colegas del periódico Central de Puebla, acreditaron sin margen de duda ese esquema de compra de firmas de Espina Chaín, quien apenas en junio fue detenido por robo a casa habitación, según un comunicado de la Procuraduría de Justicia estatal, y salió libre presuntamente por la influencia de su primo Roberto Grajales, un incondicional de Moreno Valle.
Aunque el dirigente estatal del PAN, Rafael Micalco, se apresuró a deslindarse de Espina –“él no trabaja conmigo, no recibe sueldo del Comité Estatal y no estamos pagando ni un solo peso por cada firma”–, ha sido el propio Madero el motivador de este tipo de conductas torcidas y otras francamente delincuenciales.
El 31 de julio, por ejemplo, envió una carta a todos los militantes del PAN –360 mil 490, hasta el 26 de junio– para obligarlos a recabar al menos 10 firmas de ciudadanos para la consulta, porque de lo contrario no se les refrendaría su militancia.
En esa carta le informó que les enviaría, por correo, un “formato de firmas para ser llenado por 10 personas”, “un instructivo de cómo llenar los formatos” y –ojo– “carta de tu validación para refrendarte como militante por haber participado con tu apoyo en recolectar las 10 firmas ciudadanas”.
Si el militante no cumple con recabar las diez firmas ciudadanas, su militancia no será refrendada. Madero debería tener cuidado: En una de esas el PAN pierde el registro, como ya ha estado a punto de ocurrir.
Otra: El portal SDP reveló conversaciones entre el veracruzano Miguel Ángel Yunes y los queretanos Ricardo Anaya, secretario general del PAN, y su mano derecha, el exdiputado federal Miguel Martínez Peñaloza, sobre el envío de aquél de “siete y medio en documentos”, supuestos formatos para la consulta, pero que en realidad serían 7.5 millones de pesos para propósitos desconocidos.
Puede anticiparse que habrá más escándalos de corrupción en el PAN, porque hay vasta información al respecto en poder de los priistas, que quieren ganar en 2015, y porque ese partido y Madero dejaron de serle funcionales a Enrique Peña Nieto.
Madero, en particular, es emblema de corrupción. Esa ha sido su marca en su trayectoria política que, en una década, llegó a la cúspide partidaria.
Nadie duda ya de cómo solapó los “moches” de sus personeros en la Cámara de Diputados, Luis Alberto Villarreal y a Jorge Villalobos Seáñez, a quien sólo removió por el escándalo de la fiesta en Villa Balboa.
El encubrimiento fue nítido cuando, en noviembre del año pasado, en vez de investigar y aun remover a Villarreal, prometió que el PAN presentaría en breve iniciativas para combatir toda la corrupción institucional. Nada ha pasado.
Madero dice estar contra la corrupción, pero lo previsto en el Pacto por México, en ese tema, es letra muerta.
Si el compromiso contra la corrupción de Madero fuera auténtico habría condicionado la aprobación de la reforma energética a la aprobación de todos los mecanismos para prevenirla y sancionarla, como lo hizo con la electoral.
Pero, sobre todo, él mismo no habría incurrido en corrupción, como cuando traficó con influencias para su empresa Electronic Publishing para obtener millonarias ganancias, documentada en Proceso desde 2006, ni habría recibido dinero de “El rey de los casinos”, Juan José Rojas Cardona, a través de Villalobos, como también acreditó la revista, ni se aliaría a los grupos más corruptos del PAN con tal de ser presidente de su partido.
Y como se ve, será la corrupción en la que finque su proyecto de ser presidente de México…
Comentarios en Twitter: @alvaro_delgado

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