Presenta informe sobre 153 Periodo Ordinario de Sesiones
Tras
celebrar audiencias y reuniones temáticas, la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH) identificó que las mujeres de América Latina
y el Caribe son una población sumamente afectada por la inseguridad y
exclusión estructural, a lo que se suma la falta de acceso a educación
y servicios de salud sexual y reproductiva.
La CIDH emitió su informe sobre su 153 Periodo Ordinario de Sesiones,
realizado en Washington del 23 de octubre al 7 de noviembre de 2014, en
el que señaló que durante la revisión de peticiones de casos y medidas
cautelares, así como en las 53 audiencias públicas y 31 reuniones de
trabajo, “la Comisión recibió con preocupación información sobre la
situación de exclusión estructural en la que viven millones de personas
en la región, lo cual genera graves violaciones a los Derechos Humanos
(DH)”.
En su informe, el mecanismo de la Organización de Estados Americanos
(OEA) indicó que en varios países persiste el “trabajo esclavo” y la
explotación laboral, la discriminación racial es todavía un problema
extendido, y se evidenció la preocupación por los elevados índices de
violencia y el impacto desproporcionado que ésta tiene en las y los
adolescentes y jóvenes de grupos sociales tradicionalmente excluidos.
La CIDH destacó que las mujeres son una población particularmente
excluida que también se ve afectada por las barreras para acceder a la
educación y a servicios de salud sexual y reproductiva.
Durante una sesión con la relatora especial de la ONU sobre la
Violencia contra las Mujeres, Rashida Manjoo, y la presidenta de la
CIDH y relatora sobre los Derechos de las Mujeres, Tracy Robinson, se
discutió el “vacío normativo” sobre la violencia de género en el
sistema internacional de DH, y se debatió sobre los potenciales
beneficios y riesgos de la adopción de un tratado internacional sobre
la violencia contra las mujeres.
CASO MÉXICO
México celebró cinco audiencias ante la CIDH, en las que el Estado
presumió sus presuntos avances en la legislación, pero grupos civiles
denunciaron las reiteradas violaciones a las garantías humanitarias que
enfrenta la población, lo que tuvo eco en las y los comisionados.
Por ejemplo, en la audiencia “Programa Nacional de Derechos Humanos de
México”, la CIDH lamentó la desaparición de 43 estudiantes de la
Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, y manifestó su interés por
conocer las medidas que tomará el Estado para dar respuesta a estos
graves hechos, en particular, la relativa a la implementación de
protocolos de búsqueda de personas desaparecidas.
Asimismo, la CIDH se refirió al desafío que enfrenta México a fin de
lograr una coherencia entre la buena voluntad de las autoridades
federales y las actuaciones de los gobiernos estatales y municipales.
Mientras que en otra de las audiencias, la CIDH “subrayó la necesidad
de generar un cambio real en la cultura institucional de las
autoridades encargadas de aplicar la ley, y también consideró que
graves violaciones a DH no son una realidad que se limita únicamente a
las entidades federativas donde éstas se producen, sino que el gobierno
federal tiene el deber de desarrollar los mecanismo pertinentes para
ejercer una función más concreta de supervisión y control de lo que en
estos casos ocurre en las entidades federativas”.
La CIDH recibió con preocupación los reportes sobre la supuesta
tendencia de las autoridades mexicanas a restringir la libertad de
expresión y la protesta social desde 2012.
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