10/31/2015

La paridad en la participación


Es una interpretación radicalmente democrática de la igualdad

Clara Scherer

México, 28 oct. 15. AmecoPress/SemMéxico.- Participar en la política, para las mujeres está significando un reto enorme. Reto que primero, debe derribar barreras construidas en torno a los conceptos mujer y política.
Mujer, según algunas definiciones del diccionario de la Real Academia de la Lengua: “La que con diligencia se ocupa de los quehaceres domésticos y cuida de su hacienda y familia. Aquella cuyo poder de atracción amorosa acarrea fin desgraciado a sí misma o a quienes atrae”. Hay muchas otras, que van desde una que dice que es responsable de sus actos, hasta las múltiples que la señalan como prostituta.
De política, el mismo diccionario dice: “Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo. Que interviene en las cosas del gobierno y negocios del Estado. Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados. Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos”.
Entre ocuparse con “diligencia”, “poder de atracción amorosa” y “participar en asuntos públicos”, o “en cosas de gobierno”, se nos atraviesan los adjetivos. A cualquiera, le resulta mucho más emocionante ser diligente o tener poder de atracción, que ir a votar o dar opiniones referentes al gobierno.
La forma de construir ese sujeto denominado mujer, implica decidir si se quiere ser atractiva, o si se quiere ser una simple ciudadana, según se deduce de estas definiciones. Claro, la mayoría ha sido cuidadosamente instruida para ser atractivas y no, simples. Además, ya sabemos, hay dos “rasgos” en la política: es muy complicada, y peor, es corrupta.
La “diligente” lo es porque no deja ni una brizna de polvo en ningún rincón, y siempre, siempre, es “limpia” (por dentro y por fuera). La “atractiva” ¿para qué se va a complicar pensando la complejidad del mundo? O sea, que desde este lugar, mejor ni hablar de política y mujeres. Sin embargo, las mexicanas están participando y mucho, en política. Ya hay varios Congresos paritarios y este próximo año electoral, veremos la batalla porque haya muchos municipios con el mismo avance.
Para que la paridad no quede sólo en el ámbito de la política formal, que ha sido un gran avance, sino se transforme en paridad en la participación, el esfuerzo debe hacerse para que las familias distribuyan de otra forma, los trabajos domésticos y los de cuidado. Y aquí, la lucha será probablemente, mucho más difícil. Los privilegios masculinos de no trapear ni despeinarse lavando trastes, son una barrera de granito sólido, más duro que la mente tortuosa de Schopenhauer y su poco acertada frase de “Las mujeres son criaturas de ideas cortas y cabellos largos”.
Nancy Fraser dice: “la paridad de participación es una interpretación radicalmente democrática de la igualdad. Este concepto se ha expandido y se ha profundizado. Se aplica cada vez a más áreas de la vida, no sólo a la esfera legal, no sólo a la esfera política, también a la esfera económica, la familia, la sociedad civil. De modo que (la paridad de participación) no queda satisfecha con los meros derechos formales en el papel, sino con las condiciones materiales efectivas requeridas por la gente para realmente interactuar como pares o como iguales en la sociedad”. Compañeras, nos espera la lucha por modificar esta injusticia.
Foto: Archivo AmecoPress

No hay comentarios.:

Publicar un comentario