Antonio Gershenson
Algo se ha sabido aquí
sobre el nuevo Acuerdo Transpacífico, que incluye a Estados Unidos, a
México y a otros 10 países, y se mantiene en secreto en especial para
sus víctimas, pero se ha hablado todavía menos sobre la existencia de
otro proceso paralelo, del Atlántico, entre la Unión Europea y Estados
Unidos, también en secreto. Así como hablamos del descontento en Estados
Unidos, lo hay en Europa también.
Se han llevado a cabo estudios que apuntan a la pérdida de cientos de
miles de puestos de trabajo, como sucedió con el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte, por el que sólo en Estados Unidos se
perdieron medio millón de empleos.
También allá se pone a grandes empresas por encima de los gobiernos
en cuestiones económicas. Se eliminan reglas de protección a
trabajadores y a consumidores.
Dependencia energética.
Supuestamente, la Unión Europea podría
diversificar sus suministros para no depender tanto de Rusia.
Ya hemos visto que la venta de crudo y gas de Rusia a Europa occidental se ha reducido, por los
castigosa Rusia y por la compra en otros sitios. También está el regreso de Irán al mercado petrolero por la terminación del castigo que se le había aplicado. Y hemos visto que la exportación de crudo de Rusia al Lejano Oriente aumentó de 2013 a mayo de 2015 en 34 por ciento.
Las protestas en Europa se basan en que se supone que las
importaciones masivas de gas desde Estados Unidos suponen reservas en
ese país muy superiores a las reales; y que el crudo y gas de esquisto,
no de petróleo, es muy contaminante.
El gas necesitaría licuarse para el transporte a Europa, y luego deslicuarse en Europa.
Aceleraría el ritmo de calentamiento global.
Aquí se publicó, el miércoles, que por el fracking, en Estados Unidos se dieron 13 mil derrames y otros incidentes graves en 2012 y 2013. Recomiendan que no se use en México.
Lo que podemos deducir de todo este cuadro es que el impulso a estos
dos tratados, del Pacífico y del Atlántico, es sólo en beneficio de un
puñado de monopolios, principalmente de Estados Unidos. Ya hemos visto
que aun en Estados Unidos, muchos, incluso la principal candidata para
el siguiente periodo presidencial en ese país, están contra esos
tratados.
En México nos anuncian que se prolongará el secreto del
convenio 30 días más. Eso hace pensar lo peor. ¿Están preparando la
expropiación de tierras de cultivo para el fracking? ¿Seguirán
sacrificando a la población agrícola en aras de las trasnacionales?
¿Seguirán dejando quebrar a empresas y que los trabajadores se queden
sin trabajo, como ha sucedido con muchos?
Se busca echarle la culpa de todo a China. Pero lo que queda ausente
de las maniobras estadunidenses no es China, sino Asia como tal. El
Banco Asiático, del que ya hemos hablado, incluye a todos los países del
mundo con mayor crecimiento. Los países con crecimiento anual de 5 por
ciento o más, según el Banco Mundial y para 2014, son: Mongolia, 7.8 por
ciento; China, 7.4 por ciento; India, 7.4 por ciento; Vietnam, 6.0 por
ciento; Pakistán, 5.4 por ciento e Indonesia, 5.0 por ciento. Todos
ellos no son sólo de Asia, sino del Banco Asiático. La población de los
seis países rebasa los 3 mil millones de habitantes. Ahí el poder de
Washington está ausente, y esa parte del mundo, con su crecimiento, será
la mayor del mundo en producción tarde o temprano, así lo dice un
análisis alemán que publicamos hace tiempo (el 23 de febrero pasado,
Las economías del mundo, ayer, hoy y mañana).
Las obras financiadas por el Banco Asiático empiezan con el año
próximo. Se ha hablado, entre otros, de ferrocarriles internacionales y
de líneas de transmisión de electricidad de muy alta tensión, también
internacionales. Con el tamaño de los países, pueden esperarse también
obras enormes.
El crecimiento en Estados Unidos es de 2 por ciento y fracción. El de
la Unión Europea, en el mejor de los casos ha sido de uno por ciento.
En México estamos en uno por ciento y fracción.
Si logran sacar sus tratados, lo único que van a lograr es hundirnos
aún más económicamente, en México y demás países de este tratado, en
Estados Unidos y en la Unión Europea, como hemos visto… y el mayor
enriquecimiento de unos cuantos.
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