Somede propone mediciones para lograr justicia de género
Lograr
que las mujeres accedan al trabajo decente e incrementen su nivel de
bienestar depende, en parte, de cómo se realice la medición estadística
de la participación de las personas en todas las formas de trabajo y en
todos los sectores de la economía.
Durante la 19 Conferencia Internacional de Estadísticas de Trabajo (CIET) –grupo integrado por especialistas en empleo que formulan recomendaciones a la Organización Internacional del Trabajo (OIT)– se aprobó modificar el concepto de trabajo, a fin de que las naciones puedan generar estadísticas para medir los subconjuntos de actividades productivas (formas de trabajo), las clasificaciones de la población según su situación laboral y su forma de trabajo principal, así como la subutilización de la fuerza de trabajo.
En ese tenor, se realizó hoy en El Colegio de México (Colmex) el seminario “No todo el trabajo es empleo: cambios en el concepto y la medición del trabajo en México”, donde especialistas en demografía debatieron la forma en la que en nuestro país se deben integrar estos nuevos conceptos a las encuestas.
En México, las estadísticas sobre las características ocupacionales de la población a nivel nacional, así como otras variables demográficas y económicas que permitan profundizar el análisis de los aspectos laborales, se obtienen con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), cuyos resultados se presentan de forma trimestral.
Organizado por el Grupo Científico sobre Mercados Laborales de la Sociedad Mexicana de Demografía (Somede), en el evento participaron Luis Jaime Sobrino, director del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales; Carlos Echarri, presidente de la Somede, y Thomas Wissing, director adjunto de la oficina de países de la OIT para México y Cuba.
En sus intervenciones coincidieron en que la conceptualización actual invisibiliza muchas de las formas de trabajo, generalmente el realizado por mujeres de sectores rurales, personas adultas mayores, o de quienes se dedican a la producción de autoconsumo, por lo que un replanteamiento adecuado del concepto permitiría abarcar todas las formas de trabajo.
Señalaron que es indispensable adecuar cada subconcepto para su contribución a la medición del trabajo decente y del nivel de bienestar de los hogares y de la sociedad en general, apoyando y facilitando de esta manera la implementación de la Agenda de Desarrollo post 2015, así como para lograr la justicia de género.
Integrantes del Grupo Científico sobre Mercados Laborales de la Somede presentaron la forma en la que se tendrían que estar midiendo las diversas formas de trabajo propuestas por la OIT, como el trabajo de producción para el autoconsumo, la ocupación, el trabajo en formación no remunerado, el trabajo voluntario, la subutilización del trabajo, la subocupación, la desocupación, y la población excluida de la fuerza de trabajo.
De acuerdo con la resolución de la CIET, el trabajo comprende todas las actividades realizadas por personas de cualquier sexo y edad a fin de producir bienes o prestar servicios para el consumo de terceros o para uso final propio, y se define independientemente de la legalidad de la actividad y de su carácter formal o informal.
Asimismo excluye las actividades que no entrañan la producción de bienes o servicios (por ejemplo la mendicidad y el robo), las actividades de cuidado personal (por ejemplo la higiene y el aseo personales), y las actividades que no pueden ser realizadas por terceros para el beneficio de una persona (por ejemplo dormir, aprender y las actividades para el entretenimiento propio).
Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario