CRISTAL DE ROCA
Por: Cecilia Lavalle*
Cuando
mi abuela nació, votar era un sueño. Cuando mi madre nació, votar era
una posibilidad. Cuando yo nací, votar era un hecho. Cuando nació mi
hija, las cuotas venían en camino. Hace poco nació mi sobrina nieta, y
hoy podemos gritar: ¡Paridad a la vista!
Así de personal puede ser la historia de los derechos políticos de las mujeres.
Las mujeres que nacen este año ya tienen un horizonte con el que no nacimos ni sus madres ni sus abuelas (o tías abuelas). Ese horizonte se llama paridad y lo hemos hecho posible sus madres y sus abuelas (o tías abuelas).
Paridad significa la mitad del poder. No más. No menos. La mitad.
En nuestro país la paridad nació legalmente en 2014, cuando se reformó el artículo 41 de nuestra Constitución.
Y antes de que alguien me salga con que “la otorgó” o “la concedió” el presidente de México, déjeme precisar que detrás de esa iniciativa de reforma hay muchísimas mujeres: senadoras, diputadas, funcionarias, académicas, defensoras de Derechos Humanos, periodistas; en movimientos organizados, como Mujeres en Plural, o fuera de ellos; de distintos partidos o sin militancia partidista.
De hecho, de manera destacada senadoras, diputadas y algunas funcionarias lograron que fuera reforma constitucional, porque no iba a serlo.
Se lograron también reformas importantes a leyes secundarias como la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales y la Ley General de Partidos Políticos, en las cuales se establece paridad en candidaturas a la Cámara de Diputados, Senado, congresos estatales y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Y, por si fuera poco, distintas sentencias y un trío de jurisprudencias del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación permitieron que la paridad constitucional tuviera un mejor horizonte, porque alcanza para los ayuntamientos y hace más parejas las postulaciones por el principio de representación proporcional.
Así, a 62 años de haber conseguido el reconocimiento legal a nuestro derecho a votar, la paridad legal comienza a rendir frutos en los hechos.
En la Cámara de Diputados, las mujeres por primera vez en la historia ocupan 42 por ciento de las curules.
En cuatro de los 17 estados en los que hubo elecciones concurrentes este año se superó la paridad: Querétaro, Guanajuato, Colima y Chiapas.
Aún están pendientes resoluciones de tribunales en Campeche y Tabasco, pero se prevé que las mujeres ocupen 43 por ciento de las sillas en sus respectivos congresos.
Y, aunque la paridad en ayuntamientos depende de juicios, en Chiapas fueron electas 35 presidentas municipales, cuando su máximo histórico había sido seis.
Nos queda claro que el camino apenas comienza.
La paridad ganada hasta hoy ofrece igualdad de condiciones legales para contender por algunos cargos de elección popular. Pero, falta: igualdad de condiciones legales en todas las entidades; igualdad de condiciones legales para todos los cargos de elección popular; igualdad de condiciones reales en contiendas y, una vez electas, en el ejercicio del poder.
No obstante, tenemos rumbo y un promisorio horizonte. ¡Paridad a la vista!
Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com.
*Periodista y feminista en Quintana Roo, México, e integrante de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género.
CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | México, DF.-
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