(Foto:Notimex)
El texto firmado por Aleida Calleja, Beatriz Solís Leree y Raúl Trejo Delarbre,
que fue difundido a los medios de comunicación este jueves, cuestionan
que en lugar de posponer el apagón analógico que debe hacerse es
garantizar esos recursos ahora mismo. “Diferir el apagón no resolvería
ese problema que, por lo demás, esos medios no plantearon a tiempo”,
dicen.
Pronunciamiento:
Postergar el apagón analógico, inaceptable obsequio político a Televisa
Aleida Calleja, Beatriz Solís Leree y Raúl Trejo Delarbre
Ex presidentes de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información, AMEDI
El tránsito de la televisión analógica a la de carácter digital permite que haya más opciones en ese medio de comunicación. En México ese cambio ha sido especialmente importante porque contribuye a diversificar un escenario hasta ahora dominado por un solo actor, la empresa Televisa. Esa fue una de las modificaciones de mayor relevancia en la reforma constitucional de 2013, ratificada en la ley reglamentaria de 2014.
Gracias a la televisión digital habrá nuevas televisoras con presencia nacional. Es natural que la competencia que esas señales puedan significar les inquiete a las empresas ya establecidas. Es entendible que Televisa presione para que se difiera el apagón analógico, previsto para el último día de 2015. Pero que haya legisladores de varios partidos y algunas otras voces que se mimeticen al interés de esa empresa, constituye un comportamiento escandaloso e inaceptable.
El apagón analógico requiere de fechas perentorias porque de otra manera no habría un tránsito uniforme al nuevo sistema digital. En ningún lugar del mundo ese apagón ha ocurrido con una completa cobertura de televisores digitales. Por eso no ha sido inusitado que en algunas ciudades y regiones, como se informó recientemente en Monterrey, aún haya hogares sin televisores o decodificadores que les permitan recibir señales digitales. Al identificarse esos hogares la distribución de televisores digitales podrá ser más eficaz.
Sin embargo las insuficiencias en la cobertura del equipamiento digital son aprovechadas por Televisa para que se postergue el apagón analógico. Aceptar las exigencias de esa empresa implicaría, entre otras consecuencias:
El viraje en beneficio de Televisa (y en alguna medida también de Televisión Azteca) que proponen algunos legisladores y partidos constituiría un retroceso que nos llevaría a la época de preponderancia política de ese consorcio que los ciudadanos y el poder político habían superado.
Pronunciamiento:
Postergar el apagón analógico, inaceptable obsequio político a Televisa
Aleida Calleja, Beatriz Solís Leree y Raúl Trejo Delarbre
Ex presidentes de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información, AMEDI
El tránsito de la televisión analógica a la de carácter digital permite que haya más opciones en ese medio de comunicación. En México ese cambio ha sido especialmente importante porque contribuye a diversificar un escenario hasta ahora dominado por un solo actor, la empresa Televisa. Esa fue una de las modificaciones de mayor relevancia en la reforma constitucional de 2013, ratificada en la ley reglamentaria de 2014.
Gracias a la televisión digital habrá nuevas televisoras con presencia nacional. Es natural que la competencia que esas señales puedan significar les inquiete a las empresas ya establecidas. Es entendible que Televisa presione para que se difiera el apagón analógico, previsto para el último día de 2015. Pero que haya legisladores de varios partidos y algunas otras voces que se mimeticen al interés de esa empresa, constituye un comportamiento escandaloso e inaceptable.
El apagón analógico requiere de fechas perentorias porque de otra manera no habría un tránsito uniforme al nuevo sistema digital. En ningún lugar del mundo ese apagón ha ocurrido con una completa cobertura de televisores digitales. Por eso no ha sido inusitado que en algunas ciudades y regiones, como se informó recientemente en Monterrey, aún haya hogares sin televisores o decodificadores que les permitan recibir señales digitales. Al identificarse esos hogares la distribución de televisores digitales podrá ser más eficaz.
Sin embargo las insuficiencias en la cobertura del equipamiento digital son aprovechadas por Televisa para que se postergue el apagón analógico. Aceptar las exigencias de esa empresa implicaría, entre otras consecuencias:
- Postergar la apertura de nuevas opciones en televisión, en beneficio de la diversidad que hace falta en los medios de comunicación.
- Perjudicar a la empresa que ganó una de las licitaciones para instalar una nueva cadena fe televisión nacional, que está fincada en la digitalización de las señales.
- Afectar el desarrollo de medios que ya han emprendido cambios para la digitalización y que aprovechan las posibilidades para difundir señales adicionales en el mismo canal. Así ocurre con varios medios no comerciales, como en Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano cuya señal es acompañada de los contenidos del Canal Once, el Canal 22 y TV UNAM, entre otras.
- Subordinar el desarrollo de la televisión y de esa manera una decisión constitucional del Estado mexicano a los intereses y caprichos de una empresa privada. Televisa no tiene por qué reemplazar al albedrío y las responsabilidades sociales y constitucionales de los legisladores.
El viraje en beneficio de Televisa (y en alguna medida también de Televisión Azteca) que proponen algunos legisladores y partidos constituiría un retroceso que nos llevaría a la época de preponderancia política de ese consorcio que los ciudadanos y el poder político habían superado.
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