Simón Vargas Aguilar*
La Jornada
¿Es México cada vez más violento? Los siguientes datos duros dicen que sí.
De acuerdo con las cifras oficiales del Sistema Nacional de Seguridad
Pública, en 2015, las tasas de homicidios dolosos aumentaron casi 9 por
ciento respecto del año anterior, y este 2016 la tendencia sigue al
alza. Según estadísticas registradas hasta el pasado febrero, este tipo
de crimen aumentó 14.5 por ciento frente a 2015. Lo cual representa un
retroceso, por lo menos desde 2012, ya que las tasas de homicidios
habían disminuido constantemente (http://bit.ly/1X4shBv).
La forma más utilizada –y al parecer efectiva– para medir y analizar
la violencia por organismos internaciones y centros de investigación ha
sido con datos sobre homicidios, ya que se trata del tipo de delito más
difícil de ocultar y el que por su impacto más se denuncia. Sin embargo,
desde 2007 en México ha habido un número considerable de personas
reportadas como desaparecidas, el cual ha ido aumentando cada año. De
acuerdo con el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o
Desaparecidas se contabilizaban 28 mil 156 hasta el pasado 31 de enero (http://bit.ly/1bvegtZ).
Según el Índice de Paz Global (IPG) 2015 del Instituto para la
Economía y Paz (IEP), México es el segundo país más violento del
continente americano, sólo superado por Colombia. Nuestro país está
ubicado en el lugar 144 de 162 países medidos y fue catalogado en la
escala de nivel bajo del estado de la paz. Este instrumento global
considera parámetros como niveles de violencia, criminalidad, gasto
militar y si participa en guerras (http://bit.ly/1MKqyfx).
En ese índice se revela que los costos relacionados con el homicidio
en México han aumentado 50 por ciento desde 2008; según sus mediciones,
nuestro país se ubica dentro de las 10 naciones con los mayores costos
por contención de violencia, ubicándose en el sexto sitio,
con una cifra de 233 mil millones de dólares, lo cual equivale a 17.3 por ciento del PIB de México, esto representa mil 946 dólares por persona.
Si los estados menos pacíficos tuvieran el mismo crecimiento
económico que los estados más pacíficos, la economía mexicana habría
sido 13 por ciento más grande en 2014. Es decir, si México fuera más
pacífico, el gasto en contención de la violencia podría destinarse a
áreas más productivas, como infraestructura, innovación o educación, y
llegar con ello a las metas de crecimiento económico que prometió el
presidente Enrique Peña Nieto durante su campaña electoral y al
principio de su gestión.
Con base en un informe de la Agencia de Estados Unidos para el
Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés), el Instituto
México del Centro Wilson y el Programa de América Latina en Washington,
elaboró 10 recomendaciones de políticas puntuales para reducir la
violencia y contener el crimen en México, las cuales podrían ser las más
eficaces para lograr este fin, ya que se sustentan en décadas de
evidencia empírica (http://1.usa.gov/1T4cg0f).
El Centro Wilson inicia su análisis con la lección más
inmediata, importante y sencilla, pero poderosa, que deja el estudio de
la Usaid para México: la prevención del delito es más eficaz cuando se
orienta de forma muy precisa. Por falta de espacio, quisiera destacar
sólo una de las 10 recomendaciones, misma que considero fundamental en
el contexto actual, pues estamos a pocos días de la sesión especial de
la Asamblea General de Naciones Unidas (Ungass) que se llevará a cabo
del 19 al 21 de abril en su sede de Nueva York, con el fin de evaluar el
problema de las drogas a escala global.
La recomendación es la siguiente: “Es mejor una guerra contra el uso
de armas de fuego violento, que una violenta guerra contra las drogas.
La guerra contra las drogas, entendida como la captura y el
procesamiento de los traficantes de alto nivel, aumenta la violencia
porque desestabiliza cárteles de la droga. Sin embargo, la
creación de políticas para inhibir el flujo de armas ilegales en manos
de los criminales, y tribunales de drogas y tratamiento de drogas, es
mucho más eficaz para reducir la violencia. Las drogas deben abordarse
como un problema de salud más que una aplicación de uno”.
En este sentido, la ONU difundió un documento con miras a ser
debatido en la Ungass, donde se insta a las naciones a presentar y
apoyar nuevos proyectos, políticas y estrategias para abordar el
problema de las drogas, el cual debe ser visto como asunto de salud
pública. El gobierno mexicano ha adelantado que planteará un nuevo
modelo de política contra las drogas basado precisamente en que este es
un problema de salud pública.
La guerra contra las drogas ha costado muy cara a México con resultados claramente insuficientes. Irónicamente los cárteles mexicanos
se han fortalecido y, de acuerdo con un reciente informe de la DEA,
ahora se compiten el mercado de la heroína estadunidense contra sus
pares colombianos. En la próxima Ungass nuestro país debería adoptar un
verdadero compromiso en la búsqueda de soluciones eficaces.
*Analista en temas de seguridad, justicia, política y educación.
Twitter: @simonvargasa
Facebook: simonvargasa
Linkedin: simón-vargas-aguilar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario